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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La inversión del Gobierno asiático en esta iniciativa conjunta es de $ 1,8 millones, no reembolsables

El IG trabaja con Japón en materia de sismos

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El Instituto Geofísico (IG), el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) y la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) afinan detalles sobre un nuevo sistema para generar respuestas tempranas ante tsunamis y terremotos.     

El protocolo de reacción es parte del proyecto de mejoramiento de la capacidad de monitoreo de terremotos y tsunamis a escala nacional. Ese programa fue impulsado por estas tres instituciones y por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

Así lo anunció ayer Alexandra Alvarado, directora del IG, durante el Cuarto Comité del Proyecto Interinstitucional en la Escuela Politécnica Nacional. La funcionaria manifestó que parte de este sistema de reacción fue usado durante el terremoto del 16 de abril.

Mario Ruiz, subsecretario de Gestión de Riesgos, resaltó la ayuda y la experiencia recibidas por el Gobierno de Japón, lo que permite mejorar la capacidad de respuesta de las tres instituciones en eventos de tal magnitud.

Ese sistema, según Ruiz, ayuda a reducir el impacto de los tsunamis en la región costera y advertir a las poblaciones sobre estos fenómenos.

El proyecto, que fue firmado en 2013 y ejecutado desde 2014, cuenta con el apoyo de científicos de ese país asiático y de la Agencia Meteorológica del Japón.

Ruiz reconoció que la costa ecuatoriana (sin determinar una fecha concreta) está en riesgo de sufrir otro terremoto. Aunque no se puede reducir el tamaño de los movimientos telúricos, dijo que sí se puede mejorar la capacidad para que el impacto sea menor.

Actualmente, las tres entidades con el apoyo de JICA ejecutan pruebas, simulacros y charlas para determinar las falencias del sistema. “La implementación de este sistema de alerta le hace bien al país porque se enfoca en garantizar un buen vivir”, dijo Ruiz.

Mientras tanto, el capitán Johnny Correa, subdirector del Inocar, expresó que con este proyecto se ha logrado capacitar al personal técnico. Ello, sostuvo, permitió desarrollar 8.300 escenarios que pueden ocurrir en las costas ecuatorianas.

Añadió que el Instituto se encargará de entregar la información en un tiempo muy reducido, para que posteriormente, la SGR pueda emitir un comunicado. “Nosotros no tenemos una cultura de ocurrencia de tsunamis y en eso estamos trabajando en la población costera”, concluyó.

Toshiaki Furuya, representante de JICA en Ecuador, indicó que el proyecto bilateral terminará en marzo de 2017. Añadió que en base a la experiencia del último terremoto, el proyecto trabaja en la creación de alertas tempranas y el fortalecimiento de las construcciones antisísmicas.

Sistema tiene un problema

Ruiz explicó que actualmente se trabaja en una herramienta para que la información sísmica pase por un proceso corto a Inocar, entidad que informará a la SGR y esta, a su vez, tome la decisión de emitir las alertas tempranas en un máximo de 12 minutos, luego del evento.

Afirmó que el nudo crítico a resolver hasta marzo de 2017 es la falta del paso comunicación entre IG-Inocar y SGR. Este proyecto bilateral será complementado con otro del Gobierno Nacional. “Al momento se ha capacitado a 9 gobiernos autónomos descentralizados para que estos puedan intervenir y  capacitar a sus pobladores”, aclaró.

La responsable del IG manifestó que como parte del proyecto instalaron 6 estaciones, las cuales permiten calcular y registrar sismos grandes, mayores a 9 grados. También adquirieron equipos informáticos (servidores), para condensar la información.

Hiroyuki Kumagai, quien participó ayer de un seminario internacional sobre el análisis del sismo del 16 de abril, recordó que en 1942 ocurrió un movimiento telúrico grande en Ecuador. “El terremoto de Pedernales pensamos que ocurrió en el mismo punto de la falla”.

Reconoció que en una zona más al norte, en 1958 también hubo un potente temblor de escala similar. No descartó que un movimiento similar pueda ocurrir a futuro en ese mismo punto (sin especificar fecha).

La inversión en el proyecto es de $1,8 millones y proviene de recursos no reembolsables. (I)

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El clima no incide en los fenómenos

Los recientes temblores no se relacionan

Alexandra Alvarado, directora del Instituto Geofísico (IG), negó que el aumento en la temperatura exterior, pueda ocasionar temblores. Lo dijo en respuesta a las inquietudes respecto a la repetición de este tipo de eventos en Quito, en agosto de 2014 y 2016, y que la ciudadanía atribuye al cambio de estación.  

Afirmó: se trata de una coincidencia que ocurran movimientos telúricos de consideración en esa época del año. “Hemos tenido sismos (algunos imperceptibles) todos los meses, así que queda descartada esa hipótesis”.

La funcionaria precisó que la falla secundaria de Quito, en donde se originaron los últimos remezones está mapeada por parte del Instituto. “Se conoce que es una estructura secundaria del sistema principal. Es difícil determinar la cinemática (mecánica) porque los rasgos morfológicos son un poco complicados de ver. Pero conocíamos de esta falla secundaria”.

Afirmó que se sabe poco sobre la historia de esta estructura, la cual no ha generado sismos grandes.

Sobre el conjunto de fallas que existen en la capital, Alvarado detalló que el movimiento telúrico referente para este evento data de 1587, que habría sido de una magnitud de 6,6 grados.

La experta indicó que no se puede predecir estos fenómenos y que “es pura charlatanería su supuesta detección a futuro”. Respecto a la forma de prevenir riesgos, Alvarado señaló que la mejor manera es educando a la sociedad.

Opinó que es prudente que las entidades encargadas del tema, como Secretaría de Gestión de Riesgos, el IG e Inocar, principalmente, aprendan de la experiencia de otros países, como Japón, México y Chile. (I)

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