Al menos 600 técnicos realizan evaluaciones para determinar las afectaciones estructurales en las zonas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril, se indicó durante el informe semanal de labores 473, desde el ECU 911 de Portoviejo. 

Más de tres mil viviendas han sido ya censadas y clasificadas en 3 categorías: las que no son seguras para ser habitadas, a las que se coloca un adhesivo rojo que anuncia el peligro que representa; las que podrán ser habitadas después de algunas reparaciones tienen adhesivo amarillo (uso restringido a ciertas áreas y por periodos de tiempo); mientras que las casas que pueden ser habitadas sin peligro, llevan un adhesivo verde.

En el Enlace, el presidente Rafael Correa reiteró que en muchos de los casos no se respetaron las normas de construcción. "Esto no vamos a permitir que se olvide en un año como lamentablemente siempre ha pasado en el país. El número de fallecidos pudo ser mucho menor, el grado de la tragedia pudo ser más bajo si hubiesen existido mejores construcciones", apuntó. 

Según cifras oficiales, la tragedia dejó hasta el momento 660 personas fallecidas y 32 desaparecidas. Además, 166 escuelas con afectación media y grave, así como 560 afectadas. En total 6.998 edificaciones destruidas y 2.740 afectadas.

El Mandatario explicó que normas de construcción siempre han existido e incluso en 2010, tras el devastador terremoto en Haití, se tomó esa experiencia para expedir otras más estrictas, pero ni siquiera estas se cumplieron.  "Lo que pasaba es que ponían un hotel de 2 pisos y, como les iba bien, ponían otros 4 pisos con pilares para edificación de 2 pisos, y en el terremoto se destruyeron como castillos de naipe. Eran trampas mortales", ejemplificó. 

"Esto que nos sirva de durísima experiencia como país", apuntó Correa al recalcar en la necesidad de mayor rigurosidad y control en las construcciones. 

"Tenemos que ser mucho más rigurosos compañeros si queremos vivir más seguros, y que cada uno cumpla con su deber. Que esto nos sirva de dolorosísima experiencia. Aquí están las consecuencias de esta improvisación. No digo que con un sismo de 7,8 en la escala de Richter no hubiese existido daños, pero se hubiera podido salvar decenas sino centenas de vida", subrayó. 

El Jefe de Estado ejemplificó que las construcciones del Gobierno que respetaron la normativa no sufrieron o sufrieron daños menores. Mencionó así el nuevo hospital de especialidades de Portoviejo, la Escuela del Milenio de Jaramijó, el puente Bahía-San Vicente, entre otros. 

Correa hizo un llamado para aprender de la tragedia, "para que esto no se olvide después de un año y todo el mundo empiece a hacer lo que le da la gana nuevamente". Dijo que la mayor responsabilidad está en los municipios, que deben controlar las construcciones o delegar la fiscalización a la empresa privada. "Se pudo buscar soluciones, no se ha tenido en muchos casos la voluntad política, porque esto no es del agrado de muchos, creaba resistencia". 

Recalcó que ya se ha entrado en una nueva etapa, de albergues más consistentes, de demolición, de reconstrucción, "pero también del establecimiento de responsabilidades".

"Debemos saber asumir responsabilidades, sino el país nunca va a cambiar", sostuvo. 

El Mandatario informó que el 25 de abril envió una carta al fiscal general de la Nación, Galo Chiriboga, "para que proceda con la correspondiente indagación fiscal y establezca responsabilidades si se detecta, como efectivamente existe, construcciones que no cumplían las normas y provocaron muertes que pudieron evitarse". 

"Aprendamos de esta dura tragedia y que de aquí salgamos como un mejor país, todos a cumplir las normas de construcción, todos a cumplir con nuestra responsabilidad, sobre todo las autoridades municipales que tienen la competencia", finalizó. (I)