La organización taiwanesa Tzu Chi paga $ 15 por el despeje de las calles
El 70% de los escombros en Pedernales ya fue recogido por los equipos de limpieza
A 41 días del terremoto, Pedernales, la ciudad más afectada por el fenómeno natural, luce limpia y transitable, salvo en los sitios donde continúa la demolición de escombros. Las calles principales de esta localidad, como la García Moreno, Eloy Alfaro y Plaza Acosta, están despejadas y sin desechos.
En una tarea conjunta personal del Municipio, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, de la Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas (Emmop) de Quito y de organizaciones privadas solidarias, a diario realizan la limpieza de basura y escombros.
Durante los primeros días luego del terremoto se trabajó en el desfogue de vías de evacuación. Luego se realizó la liberación de calles centrales para que la gente circule y reactive el comercio. De ahí vino la remoción de escombros que actualmente continúa.
“Hemos entrado a la fase de limpieza y regeneración urbana. Esto puede durar 15 días, dos meses o algo más, porque hay muchos propietarios de viviendas que siguen sacando a las calles escombros, pero nosotros inmediatamente recogemos para dejar limpia la ciudad”, dijo el ingeniero líder del equipo de la Emmop en Pedernales, quien pidió mantener su nombre en reserva. Él trabaja con 110 personas, 14 volquetas, 2 miniexcavadoras, 5 minicargadoras y dos tanqueros.
“Estamos muy contentos porque cerca del 70% de limpieza total de la ciudad se ha cumplido”, dijo, al precisar que las tareas se han intensificado en las periferias de Pedernales porque en el centro el problema está superado. Ellos han realizado alrededor de 2.000 viajes en volquetas para trasladar cerca de 21.000 metros cúbicos de escombros.
Hay tres escombreras y dos ya coparon su capacidad. Todas están fuera de la ciudad (en la vía a Jama y Cojimíes).
Hugo Díaz, subcomandante del grupo de trabajo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, destinado a Pedernales, dijo que ahora están enfocados en la demolición de las construcciones afectadas, las cuales son cerca de 1.160. De ese universo ya habrían sido demolidas aproximadamente 60.
Antes de la demolición se establece un acuerdo entre los propietarios de los inmuebles afectados y las instituciones. En caso de haber negativa, no se interviene.
Díaz señaló que el trabajo de los 100 militares y 34 maquinarias del Cuerpo de Ingenieros del Ejército es intenso, por lo que se torna difícil establecer un plazo para terminar. Cada caso tiene su grado de complejidad y puede tardar de uno a ocho días. Tras cada demolición se coordinan acciones con el personal de la Emmop y del Municipio de Pedernales para el traslado de los escombros y la limpieza.
El alcalde Néstor Gabriel Alcívar anticipó que el proceso durará alrededor de 6 meses.
Cerca de 2.500 edificaciones se vinieron abajo por la catástrofe en Pedernales, lo que incluye 22 edificios. Otros trece quedaron en pie, pero presentan daños graves, según datos preliminares del Municipio.
Pero a escala menor, esto es la limpieza o barrido de las calles, se cumple a diario por parte del personal del cabildo local. Con escoba en mano, fundas y una carretilla hacen esta tarea, entre otros, María de los Ángeles Rivera y Diógenes Moreira.
Su trabajo es recoger la arena, tierra y basura de las vías, durante toda la jornada laboral. La tarea es dura pero gratificante, según Moreira, quien subraya que lo hace con mucho gusto por su querido Pedernales. “Esto era horrible al día siguiente del terremoto, pero ahora está más limpio que antes”, dijo en tono sonriente. Ellos recogieron bastantes desperdicios menores, ya que los escombros los dejaron para quienes trabajan con maquinaria pesada.
A esta labor se sumó la fundación taiwanesa Tzu Chi, organización humanitaria sin fines de lucro que recluta a personas de escasos recursos para que limpien la ciudad.
Por una jornada de cuatro horas pagan $ 15.
“La idea es que la gente se sienta orgullosa de sí misma, que no solo espere la ayuda del Gobierno, sino que busque solucionar en algo sus problemas económicos y ayude a la ciudad”, comenta uno de los voluntarios, mientras otros pagan lo convenido, pasado el mediodía.
“Con estos $ 15 ya puedo dar de comer este día a mi familia, es una buena obra que hacen estas personas”, asegura Kléver Cevallos, un ciudadano cuya actividad ha sido el comercio de ropa en la ciudad, negocio que ha decaído considerablemente.
Tras el terremoto, los primeros días, decenas de personas se dedicaron a reciclar varillas de hierro para venderlas al peso a compradores que venían de Quito, Latacunga, Guayaquil y otras ciudades.
Por algunos días el negocio era visible y codiciado, por lo que se veía en las casas desplomadas a gente cortando las varillas de las columnas y volquetas a la espera de llevar el material a fundición.
“Pero los militares pusieron control a eso, y ahora, siempre y cuando los chatarreros tengan la autorización escrita de los dueños de las propiedades pueden retirar, caso contrario se aplica el convenio de acopio con la empresa Andec para que ellos recojan las varillas y luego paguen a los propietarios”, dijo un funcionario municipal que prefirió mantener su nombre en reserva. (I)