El sector hotelero y turístico está afectado porque contrató más personal y adquirió insumos para recibir a los visitantes en navidad y año nuevo
Edificaciones son inspeccionadas en Atacames
Atacames, Esmeraldas.-
Conforme avanzan las horas, el número de damnificados aumenta, sea porque sus viviendas sufrieron daños parciales o están totalmente inhabitables. A la par, las réplicas siguen empeorando las infraestructuras, así como el estado de ánimo de los habitantes de Atacames y Tonsupa.
Luego de la visita el pasado lunes, cuando constató las consecuencias del enjambre sísmico, el presidente Rafael Correa pidió a las autoridades locales que implementen de inmediato albergues para ayudar a los más necesitados.
El primero fue instalado en la cancha deportiva del barrio Paz y Progreso, cerca de Rey David, una de las zonas más afectadas de Tonsupa. Allí los ministerios de Inclusión Económica y Social (MIES), de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, la Secretaría de Gestión de Riesgos y otras instituciones locales trabajan de manera mancomunada para atender a los más afectados.
Al momento, más de 125 familias fueron instaladas en las carpas, mientras tanto, otras piden que las ubiquen en una zona segura. Adentro, especialistas de la salud atienden a los heridos. Desde las 17:00 del lunes hasta las 09:00 del martes 56 personas fueron atendidas, la mayoría con cuadros de presión alta y politraumatismos.
Jean Carlo Delgado, vocal del GAD Parroquial de Tonsupa, pide a los moradores de los barrios más golpeados que se anoten en unas improvisadas listas. Les sugiere ‘tener paciencia, que todos serán atendidos para ubicarlos en un albergue o darles una carpa para que las coloquen en los patios de sus casas’.
Delgado explicó que ante una emergencia es evidente que existan problemas logísticos. Llamó a la cordura y les solicitó a los afectados, mucha serenidad y espera.
En la lista destacaban las 31 familias del sector Cornelia Corral y 11 del barrio Guayacanes Etapa, con daños totales o parciales de sus viviendas, respectivamente.
En el caso del sector John Pérez, Olga Terrero, de 41 años, busca ayuda luego de que su casa quedó en ruinas. “Nos anotamos en las listas para que puedan inspeccionar las casas y que también nos ayuden con carpas, ya que debemos dormir afuera de nuestros hogares porque tememos que nos roben”.
Mientras esperan la asistencia gubernamental, pasan el tiempo afuera de sus hogares. Para apaciguar la situación han instalado colchones y perezosas.
Leonardo García no sabe qué hacer, pues su casa, en la vía a Atacames sufrió serios daños. “Estamos donde mi hermana y luego ¿qué vamos a hacer?”. Su único sustento es un negocio de aguas frescas en la vía. “Los turistas nos abandonan, no vienen. Cada sismo es peor”.
Gabriel Rivera, gobernador de Esmeraldas, explicó a EL TELÉGRAFO, que hacer el albergue en el barrio Paz y Progreso llevó 4 horas, lo que calificó como un precedente del Gobierno. Explicó que los trabajos de demolición arrancaron ayer en la mañana. Asimismo, resaltó que los servicios como agua, luz y teléfono fueron repuestos prácticamente al 100%. “Pueden haber restricciones en ciertos lugares, pero son por fallas técnicas”.
Recorren los barrios para saber a quiénes les entregan las carpas. “Se están colocando los sellos de seguridad respectivos para saber si pueden habitar las viviendas”.
Todavía no existe un número exacto de cuántas infraestructuras serán demolidas. Para identificarlas, 10 técnicos de la Universidad Técnica de Manabí realizan el levantamiento de la información.
Rivera indicó que los comerciantes se proveyeron de insumos para afrontar los dos feriados y los hoteleros contrataron a más personal, pero esta situación disminuirá el arribo de turistas.
Para suplir los efectos de los movimientos sísmicos, han abierto una línea de crédito directo con BanEcuador de hasta $20.000, sin garantías. “Con ese dinero tendrán una respuesta. Pero debemos saber si es necesario el crédito”.
La cifra de albergados sigue siendo provisional y las personas que buscan ayuda siguen llegando. Por ahora hay un albergue, pero pueden instalarse otros dos. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
Daños estructurales
Pese la afectación estructural de algunos hoteles, el gobernador de Esmeraldas invitó a la ciudadanía a visitar las playas para colaborar con los lugareños. Y mientras hablaba sobre el trabajo que se realiza a nivel local, otro sismo asustó a periodistas y autoridades. “Estamos trabajando en condiciones de mucho estrés, pero no nos importa porque debemos dar respuesta”.
El sector inmobiliario está preocupado por la situación de Tonsupa y Atacames, pues temen que con el pasar de las réplicas, el valor del suelo y de los departamentos se devalúe. Existen varios departamentos en venta. Marcelo L. manifestó que su casa, de 250 metros cuadrados está afectada en la mampostería. Dijo que el valor oscila entre los $ 95.000 y $ 100.000. “Me voy por temas de negocios”, puntualizó, tras anotar que el anuncio ubicado en la fachada de su casa lo colocó hace tres meses, pero todavía no encuentra comprador.
En Tonsupa, principalmente, existe una zona en pleno desarrollo inmobiliario. Algunos edificios de hasta 21 pisos, que aún están en construcción, han sido afectados por los movimientos telúricos. Sin embargo, constructores y dueños de los departamentos aseguran que las bases están sólidas.
Byron Aparicio, alcalde de Atacames, dijo estar apenado por la situación: infraestructura hotelera afectada, edificios con fallas y algunos de ellos se han caído y que los sectores populares son los más afectados; hasta ayer había más de 1.300 inscritos para recibir ayuda.
Indicó que en los próximos días se implementará el sistema de Alerta Temprana para mejorar los planes de evacuación. (I)
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Preparaban ofertas para recuperarse en los feriados de Navidad y Año Nuevo
Los propietarios de negocios lucen resignados ante la ausencia de turistas
En un día ordinario, en Atacames y Tonsupa la rumba arranca a las 18:00. Pero este 19 de diciembre, ya son las 20:15 y la actividad no inicia. Hoteleros, comerciantes y dueños de locales nocturnos saben que Navidad y Año Nuevo no serán como esperaban.
Los sismos de la madrugada del lunes y las constantes réplicas mantienen a la gente en zozobra. Los dueños de hoteles y restaurantes parecen resignados.
Los visitantes no recorren los malecones, más bien, acuden a las dos zonas más seguras de Tonsupa ante un posible tsunami: Taseche y Grito del Serrano.
En las calles hay barullo, pero no de fiesta, sino de dolor. Los afectados por el último sismo de 5,7 grados buscan el mejor sitio para descansar y cuidar sus enseres, pues temen ser víctimas de asaltos y robos.
En las covachas levantadas sobre la playa de Atacames, a lo lejos, suena la canción del Grupo Niche Cali Pachanguero. Para Christian Rendón, administrador del local Caída del Sol, una de ellas, esa canción pone a bailar hasta a los más aburridos, pero esa noche nadie quiso hacerlo. Y cuando aún sonaba el tema, decidió apagar el disco móvil y cerrar.
Rendón recuerda que el lunes anterior, a esa hora, tenía al menos 60 clientes. Cree que los planes para Navidad y Año Nuevo terminaron, pues se preparaban promociones para recibir a los turistas.
Los hoteles y restaurantes también lucen vacíos. Sus ingresos disminuyeron hasta en un 75% tras el terremoto de abril.
Gabriel Loor, de 24 años, conduce una mototaxi y mira resignado el poco movimiento en Atacames. Cubría la ruta hacia Tonsupa, el pasaje costaba $ 0,50.
En otra esquina, Iván Giler, de 48 años, sacó un par de esteras y almohadas de una de las 21 habitaciones de su hotel llamado Seaquarium, pues en el último piso tiene una piscina. Durante el seísmo, el hotel no tenía clientes, ya que el negocio cayó tras el terremoto. Para estas festividades preparó varias promociones para reactivar el negocio.
En el hotel vive con su esposa, su primo y su hermano. En el último sismo, pensó que el edificio de 5 pisos se vendría abajo, ya que escuchó un fuerte sonido, producto de la caída de un televisor. El inmueble sufrió daños en paredes y mampostería. “Haremos turnos con mi hermano y mi primo para cuidar que nadie entre a nuestro alojamiento, que está completamente vacío y aparentemente abandonado”.
El hotel Marqués, considerado el mejor de Atacames, también está afectado. “Hay daños en la fachada, nos toca trabajar duro”, comentó uno de los empleados.
Policías vigilan las calles con la ayuda de motos y patrullas. Uno de ellos comenta: “Body, evitamos que haya saqueos en la madrugada del lunes”.
En la ruta Atacames- Tonsupa, sobresale una cancha de voleibol. Los deportistas amateur creen que eso les distrae de los problemas que tienen. Por ejemplo, José Chanaluiza, conocido como ‘Trampolín’, perdió una pared de su casa. Dice que el miércoles empezará a reconstruirla. A su costado está Luis, el popular ‘Corazón’, por su fama de conquistador. Su madre tiene una fractura de hombro, pues una viga de madera le cayó encima. La noche avanza y los damnificados se dirigen a Taseche para descansar seguros. (I)
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La mujer de 75 años falleció el lunes de un infarto a consecuencia del sismo
Rosa ofrecía frituras en la vía principal con la ilusión de reconstruir su casa
En el recinto Las Brisas, a cinco minutos de Atacames, nietos, hijos y allegados velan los restos de Rosa Lucas Chila, quien falleció la madrugada del lunes producto de un paro cardiaco ocasionado por el susto del sismo.
La mujer de 75 años ayudaba a sus hijos y nietos en el hogar, a pesar de las carencias que tenía. “Siempre tenía problemas con la presión. Esta vez no resistió y ahora junto con mi papá –quien falleció hace 10 meses por un cáncer- nos acompañan desde el cielo”, dijo Ángela Zambrano.
Esta familia numerosa –de ocho personas- vive desde el 16 de abril en un albergue improvisado en las instalaciones de lo que era la escuela Luis Alberto Martínez.
El 16 de abril su mamá perdió su vivienda y subsistía ofreciendo frituras en la calle principal, con la intención de reunir un fondo para volver a levantar su casa. “Espero que el presidente Correa se entere de esto y nos ayude”, acotó Ángela.
Su hermana Juana contó que anhelan una casa de madera porque en el sector, situado en pleno relleno, sufren de constantes inundaciones en temporada de lluvias. Y justo cuando dialogaban con la prensa, otro sismo asustó a los familiares. Dos de las nietas lloraron de inmediato.
El sepelio de Rosa Lucas se realizó ayer, a las 16:00 en el Cementerio de la parroquia La Unión. En ese lugar también existen afectaciones por el sismo del 16 de abril y los registrados esta semana. (I)