Los dulces de Corpus se degustaron a domicilio
La cuarentena no fue un impedimento para que los cuencanos saboreen los deliciosos dulces de Corpus. Esta fiesta tradicional este año no pudo reunir a los habitantes alrededor del parque Calderón, como en épocas pasadas, sino que todo se llevó a cabo mediante plataformas digitales.
En años anteriores, en varios de los espacios del parque Calderón se vendían estas golosinas, propias de esta fecha, tales como: roscas de yema, dulces de maíz blanco, arepas, huevos de maní enconfitados, quesitos, suspiros, cocadas de piña y coco, rocas enconfitadas, quesadillas, dulces de paila, peritas, manzanitas, anisados, entre otras.
En Cuenca aún quedan personas que preparan estos dulces y los hacen desde hace más de 50 años; tal es el caso de la hija de Mercedes Quinde (conocida como Michi Quinde), Clotilde Ávila; ella recuerda que se levantaba a las 03:00 para ayudar a su madre en la preparación de la masa.
Kléber Carrera, nieto de Quinde, indicó que esta vez a pesar de la pandemia su madre no quiso dejar pasar la oportunidad de hacer dulces de corpus, pero solo para sus nietos y familiares.
“Es un trabajo muy duro, sacrificado, pero al final queda la satisfacción del esfuerzo cuando se prueban estos bocados”, indicó.
Michi Quinde se convirtió en una de las primeras panaderas de Cuenca. En su tiempo hacía las conocidas “rodillas de Cristo”, las “costras”, los “mestizos”, que eran panes muy apetecidos por los cuencanos y en estas fechas doblaba su trabajo para hacer los exquisitos dulces de corpus; los mismos que eran entregados en cajones a las personas que vendían en aquel entonces en el parque Calderón. “Mi abuelita ha sabido trabajar con 10 días de anticipación a la fiesta; tenía varios obreros que le ayudaban con la masa y el horno”, indicó Carrera.
Los dulces han sido tan tradicionales que los cuencanos esperan estas fechas para degustarlos, también para comprar y enviar al exterior para sus familiares.
Patricio Villavicencio, comerciante, no perdió tiempo y colocó una gran mesa en su local. Se comenzaron a vender desde el viernes anterior y cada día se incrementaban las ventas, “El fin de semana ha sido muy bueno, a la gente le gusta y le atrae mucho estas golosinas”, dijo.
Una cosa parecida se registró en otros sectores de la ciudad, donde también colocaron los dulces para que se exhiban y puedan adquirir los transeúntes; esto bajo las medidas de seguridad que se exigen actualmente.
“Comer un dulce una vez al año es lo mejor”, dijo Marcelo Carrión, mientras saboreaba una arepa y pedía para llevar a casa una funda con estas golosinas.
La fiesta del Corpus finalizará mañana, pero todas estas delicias se seguirán vendiendo mediante las plataformas virtuales y así podrán continuar saboreándose. (I)
Los dulces van por el mundo
Para Argelis Gil, técnico encargado del proyecto para la venta de los dulces mediante plataformas virtuales, es una buena oportunidad para mostrar al mundo lo que tiene Cuenca en este campo.
Según el técnico, los interesados en adquirir no solo provenían de Cuenca, sino de varias partes del país e incluso del extranjero.
Gil dijo que existe un catastro de 120 personas que todos los años vendían sus productos en el Parque Calderón, “pero ellas no han participado en la convocatoria”. Agregó que el “30 por ciento de esta población es la que se ha mantenido apoyando el proyecto. Al final se elaborará un catalogo con toda esta tradición cuencana. (I)