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El Telégrafo
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El Cementerio de los Extranjeros, una joya histórica que permanece en el abandono

En el denominado Cementerio de los Extranjeros hay unas 190 tumbas que datan de más de un siglo.
En el denominado Cementerio de los Extranjeros hay unas 190 tumbas que datan de más de un siglo.
Foto: Archivo / et
31 de octubre de 2019 - 11:17 - Redacción Web

Tiene cerca de 150 años de antiguedad y en medio de su fúnebre aspecto producto de décadas de abandono conserva una belleza única y una rica historia de la ciudad de Guayaquil.

Se trata del Cementerio de los Extranjeros o Cementerio de los Protestantes, camposanto ubicado junto al Cementerio Patrimonial de Guayaquil, conocido como Cementerio General, en la avenida Julián Coronel, en pleno centro de la ciudad.

Esta necrópolis, de 2.300 m2, conserva unos 190 monumentos mortuorios de ciudadanos extranjeros, la mayoría europeos que llegaron en el siglo XVIII y hecharon raíces en esta urbe porteña.

Según cronistas, este camposanto fue creado en 1870, a una distancia de 200 metros del Cementerio General, para albergar a quienes no profesaban la religión católica, requisito indispensable para poder ser sepultado en ese espacio que en ese entonces era administrado por la jerarquía eclesial.

Pero la creación de este espacio ya venía siendo una solicitud desde 1840. Los extranjeros que vivían en Guayaquil solicitaron al presidente Juan José Flores la autorización para edificar este camposanto.

Flores comisionó al Gobernador de Guayaquil, Vicente Rocafuerte, establecer la localización y dimensiones, asunto que fue convenido con el cónsul de Inglaterra, Walter Cope.

Pese a las disposiciones, la obra no despegaba hasta que sucedió un hecho que dio pie a la construcción definitiva.

La Guía Histórica de Guayaquil, de Julio Estrada Icaza (1917-1993) reseña que en 1866, un grupo de personas enviadas por el presbítero Tomás Aguirre detuvo el cortejo fúnebre que llevaba el cuerpo de Edward St. John Neal, porque se trataba de un protestante.

Este incidente motivó que se aligerara la obra, hasta 1872, cuando se sepultó el primer cuerpo del británico Joseph Warren Tyler, hijo de un comerciante de origen irlandés, quien murió a corta edad de fiebre amarilla, mal que acechaba al Guayaquil de la época.

En 1905, bajo la presidencia del general Eloy Alfaro Delgado, Ecuador pasó ser un Estado laico, por lo que la administración del Cementerio de Extranjeros pasó a manos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

Los historiadores dan cuenta que hacia 1930, el panteón ya había caído en desuso, por lo que en 1945 su administración se delegó a los cónsules extranjeros residentes en Guayaquil. Pero al poco tiempo cayó en estado de abandono.

En la década de 1960, el Centro Cultural Ecuatoriano Alemán le dio algo de mantenimiento a este camposanto hasta el 4 de mayo de 2012, en que se lo entregó formalmente al Municipio porteño.

La Empresa Pública Municipal de Turismo ha tenido propuestas de estudios para restaurar este histórico espacio, pero hasta el momento no se ha concretado algún tipo de acción para intervenirlo.

Según registros del Centro Cultural Alemán, este cementerio alberga a 190 muertos: 12 sin nacionalidad conocida, 101 alemanes, 32 británicos, 7 daneses, 6 escoceses, 6 suizos, 5 estadounidenses, 4 hebreos, 4 ecuatorianos, 3 irlandeses, 2 franceses, 2 holandeses, 1 ruso, 1 noruego, 1 checoslovaco, 1 canadiense, 1 belga y 1 colombiano. (I)

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