En el lugar se instaló una pantalla gigante
Los hinchas de la ‘Tri’ alentaron hasta el final en Argentina
En un bar de Palermo, los ecuatorianos mostraron su pasión por la Tricolor, que empató contra Francia y le dijo adiós al Mundial.
La pasión por la selección de Ecuador no tiene fronteras. Caminando por la calle Armenia, del barrio porteño de Palermo, se escucha música fuerte y varias personas hacen fila para ingresar a un bar. Ubicado a una cuadra de la plaza barrial, que lleva el mismo nombre del país, gente del negocio con camperas azules y un ‘Ecuador’ escrito en letras amarillas custodia la puerta de lo que será el punto de encuentro para un buen puñado de aficionados de la ‘Tri’ que hincharán en contra de la entonada Francia.
Por la manera como la mayoría se saluda, Tazz parece ser un escenario conocido para aquellos ecuatorianos en Argentina que hacen fuerza a distancia en favor de los dirigidos por Reinaldo Rueda. No hace falta decir que vienen a ver el partido en la pantalla gigante del lugar, ya que, por la camiseta del seleccionado o la tonada, el control de seguridad les pone instantáneamente una pulsera que dice ‘Ecuatorianos en Argentina’.
“El hincha de Ecuador tiene algo especial. Es pura alegría. Canta durante los 90 minutos y sufre en carne propia lo que pasa a cientos de kilómetros”, dice Sebastián Alliana (45 años), dueño del lugar.
En un ambiente en donde ya se respira fútbol, la previa es el momento justo para aquellos videntes sin título que se animan a pronosticar cómo saldrá el encuentro ante los europeos. Las acciones a favor del triunfo de la ‘Tri’ cotizan en alza, como el optimismo, y el llanto de emoción se ve cuando la gran pantalla muestra a los once titulares cantando el himno.
Todos de pie. Algunos cantan en voz baja y otros a grito puro, pero el aplauso final es un denominador común. Mientras las fotografías selfie, las fraperas con champagne y los tragos de cerveza no paran de llegar a las mesas, una chicharra suena a la par del pitazo inicial.
Desde un rincón, sentado en un cómodo sillón antiguo, Carlos Mejía analiza el partido. “Francia viene bien, pero los ecuatorianos no renunciamos”, afirma. Mientras tanto, filmándose con la cámara de video de su celular, en una mesa exclusivamente femenina, las ecuatorianas cantan “sí se puede, sí se puede” y enseguida se enganchan con el “Ecuador, Ecuador”.
Con el correr de los minutos las promesas se empiezan a escuchar y los rosarios comienzan a besarse. Porque las caras de alegría van mostrando tristeza cuando se escucha que en el estadio Arena Amazonia los suizos construyen una goleada frente a los hondureños. “Le vamos a dar vuelta, estoy seguro”, pronostica Gabriel Spin (25).
Los “uuuh!” se escuchan tanto en el primer acto cuando Sakho le da un tremendo codazo a Minda y, en el complemento, porque Giroud hace lo mismo con Achilier. Ante esas acciones, desde su lugar, un seguidor que no está de humor para dar su nombre opina iracundamente: “Nos pegan de todos lados”. Y peor se puso todo cuando Antonio Valencia salió expulsado, porque más de un ecuatoriano en el bar golpeó la mesa.
Con el resultado y la eliminación consumada, la plaza cercana no se tiñe de alegría. Porque los hinchas gambetean el destino para festejar, pero, de todas formas, puertas adentro aplauden a su seleccionado y cantan a grito sentido “Ecuador, Ecuador”.