Era al ‘todo o nada’, como dice el eslogan con el que Adidas ha inundado el presente Mundial. Reinaldo Rueda apostó por un fútbol más elástico dentro de las posibilidades de la Selección Ecuatoriana, con el hábil Michael Arroyo en lugar del potente Felipe Caicedo.

Fue un partido jugado con inteligencia. Al inicio los franceses –que salieron a jugar sin esforzarse demasiado– dominaron. Con toques constantes, el ‘equipo del gallo’ llegaba sin mayores contratiempos al área ecuatoriana. Y entonces salió a relucir una Selección Ecuatoriana que había pulido sus errores.

Alexander Domínguez tuvo un día glorioso como arquero. El delantero que más oportunidades se ha fraguado en Brasil 2014, Karim Benzema, no lo pudo vencer.

Ecuador tuvo una larga lista de aciertos: Guagua marcó territorio en la zaga, Minda jugó al corte, Noboa se desdobló para ser volante de contención y ofensivo, Paredes reafirmó su buen momento en el Mundial y Énner se dedicó a lo suyo, encontrar la pelota en la mejor posición para rematar.

Ecuador salió a jugar con un nivel que no había mostrado en sus 2 primeros partidos. Tanta fue la concentración de la ‘Tri’, tanto pesó el instinto de supervivencia en el equipo, que cuando Antonio Valencia salió expulsado, la respuesta de los seleccionados fue blandir un ataque más peligroso: la ‘Tri’ se lanzó a atacar como pudo y no le faltaron oportunidades.

Llegó un momento en que el encuentro parecía llamado a ser tan heroico para la ‘Tri’ como el resultado que México le sacó a Brasil.

La diferencia fue la que se sabía: el nivel individual de los jugadores franceses supera al de los ecuatorianos.

Es una realidad palpable no solo en los toques precisos, rápidos y peligrosos de los hombres de Didier Deschamps. La presión francesa iba más allá del cierre de los espacios, la diferencia la empezó a marcar también el juego de contacto, con codazos ‘casuales’ y golpes ‘inocentes’ que sistemáticamente repartieron los galos.

Tras un primer tiempo donde la Selección parecía que se dedicaría a jugar al pelotazo, poco a poco fueron apareciendo las opciones de Énner (que llegó como si pudiera volar a una pelota que envió con hambre de gol hacia los 3 palos), Christian Noboa (que jugó con un vendaje en la cabeza tras chocar conBlaise Matuidi) y Michael Arroyo (ayer jugó como juega quien quiere reivindicarse), que tuvo varias internadas y administró la rotación de la pelota en el medio campo.

La Selección Ecuatoriana necesitaba un resultado casi milagroso. Y si bien los hombres de Rueda salieron a buscar el triunfo con un juego inteligente, el marcador no cedió; mientras en el otro partido del Grupo E, el suizo Shaqiri le clavaba 3 goles a Honduras.

Al final, lo que acabó con Ecuador no fue la cerrada puerta francesa, sino Suiza. El rival siempre fue Suiza. Una desconcentración en el primer partido fue lo que –a la larga–, le costó la clasificación al combinado nacional.