Solo intercambió camiseta con un francés
"Nos entregamos por completo, pero faltó concentración"
En el interior de su casa el goleador espera sentado en un sofá. Con su celular en mano saluda cordialmente y antes de iniciar el diálogo observa la libreta del entrevistador con algunos de los apuntes y con sorpresa exclama: ¿Son todas esas preguntas? !son muchas!” y luego de sonreír pide que la entrevista no sea extensa porque tiene que viajar a Quito.
“Mi vuelo sale a las 12:00, por favor no nos extendamos mucho que el camino al aeropuerto es largo”, expresa Énner Valencia, con voz pausada mientras se sentaba en otra dirección de la sala de su casa ubicada en una urbanización de la vía a Samborondón. (La entrevista se pautó para las 11:00 y su vuelo a Quito estaba programado para las 12:00).
El celular de Énner no deja de vibrar; antes de atender el diálogo envía unos mensajes y pone el dispositivo a un costado, pero sin perderle la mirada al reloj.
En el cuarto conjunto se encuentra una pequeña sala de estar con fotos, copas, medallas y objetos alusivos al jugador, de su época como jugador emelecista. Pero lo que más destaca es la credencial del Mundial que está colgada en un gran trofeo.
El silencio en la vivienda no desentona con la tranquilidad que se siente en la ciudadela, ubicada lejos del bullicio del centro de la ciudad. Su esposa camina sin mencionar una palabra y un amigo lo espera para transportarlo al aeropuerto en uno de los dos lujosos vehículos que están parqueados el pie de la casa.
¿Debutar en el Mundial fue una sensación parecida a cuando se estrenó como profesional con la camiseta de Emelec?
(Luego de un silencio corto, sonríe y contesta) En los 2 (encuentros) tuve los mismos nervios, así como cuando juegas un partido en el barrio, ese mismo nervio, pero tienes que pensar que cuando entras a la cancha te tienes que olvidar de todo. Al pasar los minutos nos fuimos asentando en el campo de juego.
¿Después de marcar el primer gol en un Mundial cómo se le ocurrió festejar? ¿O habían preparado alguna celebración?
(Sonríe, como en casi toda la entrevista) Sí, habíamos dicho que si hacíamos un gol íbamos hacer una celebración, pero en ese momento nos olvidamos de todo y solo nos abrazamos. Fue una emoción muy grande para mí y para todo el grupo.
¿Tenía la confianza de que iba a marcar antes del Mundial o ya en los partidos notó que había la posibilidad de hacerlo?
Sí, tenía mucha confianza, porque había hecho, si no me equivoco, 5 goles seguidos con la selección y por allí eso me dio un envión para poder marcar. Gracias a Dios lo pude hacer.
¿Qué le faltó a Ecuador para llegar más lejos?
Concentración, eso nos pasó en el primer partido, creo que si estábamos un poquito más concentrados, más atentos al partido, podíamos haber sacado un mejor resultado. Ya faltaba poco tiempo para que termine y nos tomaron desarmados. Ahora podemos conversar sobre lo que ocurrió; estamos conformes por la entrega y el trabajo de todo el equipo, pero no con lo que hicimos.
Aparte de los goles llamó la atención por un salto excepcional durante el partido ante Francia. ¿Alguien se lo mencionó en Brasil o lo elogió por ello?
El famoso salto (sonríe); todo el mundo me pregunta sobre esa jugada. Aprovecho esa virtud, además que gano los espacios libres entre los defensas para hacer los goles de cabeza. Contra Francia hice un gran salto, es lo que me han dicho, porque aún no lo he visto. Lo que sí lamento es que no terminó en gol.
¿Con quiénes intercambiaste camiseta? ¿Hubo ganas de hacerlo?
Sí, cambié con un jugador de Francia, pero con uno que no jugó, fue luego del partido. Justo estaba entrando al camerino y él pasaba e intercambiamos. En los otros partidos no lo hice.
¿Cómo fue la convivencia en Brasil con los compañeros y la familia?
Una experiencia muy linda, única, vivir el Mundial y mucho más en Brasil. Teníamos todo, jugábamos billar, pin pon, playstation… había de todo, nos sentíamos como en casa porque también había comida ecuatoriana. Fue una vivencia totalmente diferente a cualquier torneo y es algo que recordaré toda la vida.
Luego de la eliminación ¿cómo estuvo el camerino?
Hubo mucha tristeza, sabíamos que seguir adelante y aparecieron palabras de mucho apoyo. El profesor Rueda nos dijo que nos quedemos tranquilos, que nos habíamos entregado por completo y fue verdad.
¿Cómo se caracterizan los diálogos con el profesor Reinaldo Rueda?
Para empezar quiero destacar que todos los que conforman el cuerpo técnico que él maneja son excelentes personas. Todos le llegan mucho al jugador con sus diálogos. Estudian mucho a los rivales y eso nos transmiten y siempre nos comparten. Antes y después de los entrenamientos e incluso cuando estamos por los sectores de la concentración se acercan a conversar, con todos.
¿Leías la prensa ecuatoriana cuando estabas en Brasil?
No. Yo no soy de escuchar muchos programas de deportes, ni leer tanto, más me concentro en lo mío, en mi trabajo, yo me aparto de eso. Es más, en el Pachuca (México) casi no doy notas, cuando salgo y me topo con algún periodista sí, pero muy poco.
Sabemos que Pedro Quiñónez además de haber sido su compañero en Emelec, es su amigo. ¿Le afectó que haya quedado afuera de la selección?
Sí, fue triste, a Pedro lo conozco desde el 2009 y cuando le tocó irse lo lamenté muchísimo. Ayer (el miércoles) fui al entrenamiento de Emelec y conversé con los compañeros y con Pedro un rato.
Tuvo la posibilidad de compartir torneo con las mejores figuras del mundo. ¿De los rivales y de todos los equipos del Mundial, qué jugadores destaca?
Por ahí está en un gran nivel Karim Benzema (Francia), Alexis Sánchez (Chile) y James Rodríguez (Colombia), veamos como termina y quién más destaca.
Queda menos de un año para la Copa América ¿Ya están pensando en tomarse una revancha?
Hay que trabajar, definitivamente, debemos seguir mejorando muchos aspectos y así poder seguir formando parte de ese grupo en los próximos torneos.
De llegar al fútbol europeo, ¿Qué aspectos cree que podría mejorar por allá?
Si es que me toca, por supuesto (ir a Europa), primero debo conocer muy bien a los compañeros, al cuerpo técnico y ver cómo ellos trabajan, eso es importante. Luego deberé adaptarme a ese sistema de entrenamiento y el estilo de juego. Yo creo que aún debo pulir muchas cosas, pero debo trabajar más en la ubicación dentro de la cancha y en la concentración durante los partidos. Estoy en un puesto nuevo y debo aprender, apenas llevo un año como delantero: 6 meses en Emelec y 6 en el Pachuca.
Definitivamente Enner dio un salto de calidad cuando Gustavo Quinteros decidió utilizarlo como delantero y no como volante, variante que llamó la atención de Rueda para cubrir ese espacio que dejó Cristhian Benítez en la selección.
¿Por qué se dio su cambio de volante a delantero?
El profesor Gustavo Quinteros me ubicó como delantero durante un partido que jugamos en el Capwell ante el Deportivo Cuenca el año pasado, recuerdo que lo ganamos 2-0; fue en la primera etapa. La decisión fue exclusiva del cuerpo técnico, no recuerdo si lo habían vendido a Marlon (De Jesús) o estaba lesionado, pero sí recuerdo que estábamos sin delantero. El profe (Quinteros) me dijo: “Énner te necesitó arriba como delantero”; me preguntó si podía y yo le dije que sií. Al principio me alternaba, jugaba como volante y otros partidos como delantero, siempre junto a Marcos Mondaini.
¿Era un puesto nuevo para usted o ya había desempeñado esa función cuando aún no era profesional?
Siempre jugué como volante ofensivo por izquierda o por derecha. Nunca había jugado de delantero, recién en Emelec fue que me ubicaron arriba hasta la actualidad.
¿Le cuesta marcar en la media cancha?
No, por supuesto que no. Igual como delantero lo sigo haciendo. Lo que me ayuda mucho es haber jugado como centrocampista, allí sí marcaba muchísimo. Y ahora yo no tengo problemas en realizar esas labores de contención.
¿Por qué cree que despuntó más como delantero que en la posición de volante?
Indudablemente porque estoy más cerca del arco y porque comencé a hacer los goles que como volante no hacía, eso te da mucha más confianza y es lo que a la gente le gusta.
¿Cómo llegó a Emelec?
Yo jugaba en Sucumbíos, en el equipo Caribe Junior, allí jugaron Fidel (Martínez), Antonio (Valencia), Miller Bolaños, y otros. Y a mí me trajo a Emelec el Papi Perlaza (tenía 18 años).
¿Llegó con un contrato o a probar suerte?
No, yo vine a prueba. En ese tiempo estaba Jesús Cárdenas encargado y desde allí me quedé por acá (en Emelec). Primero viví en el estadio Capwell, luego frente al complejo de los Samanes, fue una etapa difícil, pero yo tengo en la cabeza que si quieres algo tienes que luchar por ello. En esta vida nadie te regala nada, tienes que luchar por tus sueños.
¿Y de su casa (del norte de Esmeraldas) cuándo salió?
A los 15 años salí de la parroquia de Ricaurte, en el norte de Esmeraldas, cerca de San Lorenzo y Borbón. Allá jugué en todos esos lugares que los conozco muy bien.
¿De los profesores Jorge Sampaoli, Gustavo Quinteros y Reinaldo Rueda, qué es lo que más resalta?
De todos ellos aprendí. Mi debut con el profe Sampaoli fue muy bueno, yo era muy joven y él siempre me hablaba y me aconsejaba mucho. Ya con con el profe Quinteros yo estaba más maduro, estaba jugando mucho más y es el técnico con el que más he pasado; aprendí no solo de él, sino de todo el cuerpo técnico. Y con el profesor Rueda ha sido algo de mucha confianza, ha creído en mí y creo que no lo he defraudado.
Énner Valencia es un ejemplo más de los talentos innatos que surgen de algún pueblo pequeño del país y llegan a los clubes del fútbol ecuatoriano sin contar con un proceso adecuado. Pese a ello, fue la figura de la Tricolor en el Mundial, razón suficiente para que su pase ascienda a $ 30 millones.
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