Tratados de inversión son analizados en la Asamblea
Ecuador está a las puertas de finiquitar 26 Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) firmados desde 1993 con varios países del mundo. “Los informes están listos”, dijo la asambleísta María Augusta Calle, de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Legislatura.
El organismo legislativo terminó el jueves anterior de analizar y discutir el tratado con España y espera en esta semana votar la aprobación de la denuncia. “Falta únicamente el TBI con Bolivia para cubrir la totalidad de esos instrumentos”, indicó Calle.
Los informes serán remitidos a la presidencia de la Asamblea para el respectivo trámite.
Una vez autorizados se enviarán al Presidente de la República, quien debe expedir el decreto ejecutivo que da paso a la notificación al país contraparte.
Sin embargo, los tratados no terminan de manera automática porque tienen una cláusula de salvaguardias que neutraliza su desaparición. Esto significa que siguen operativos durante 10 años más, lapso en el cual los países podrían tener nuevas demandas por parte de las compañías.
“Antes teníamos gobiernos que estaban abiertos a una inversión indiscriminada, que no defendían los intereses del país, enfatizó.
En la Corte Constitucional se informó que el organismo ya se ha pronunciado sobre la inconstitucionalidad de la mayoría de los TBI, luego de que el presidente de la República, Rafael Correa, solicitara su pronunciamiento.
El asambleísta Fernando Bustamante también ratificó la decisión de denunciar todos los tratados, con lo cual se demostrará que eso no es óbice para que Ecuador sea un país atractivo para todos los que quieran invertir.
El presidente Correa afirmó el sábado que ya no se necesitan “botas ni bombarderos para dominar a nuestros países”, están los tratados, el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), organismo del Banco Mundial; y la Uncitral (Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional), que actúan a favor del capital.
El Jefe de Estado se refirió al chantaje al que acuden las compañías: “te portas mal, te llevo a un arbitraje, y ahí es imposible ganar porque los árbitros vienen de las transnacionales, de la burocracia del Ciadi y Uncitral, problema que puede hacer quebrar a los países”.
Los ejemplos más patéticos son las demandas de Chevron (EE.UU.), pese a los daños ambientales y humanos irreversibles que Texaco ocasionó al país durante los 22 años de operación. Y de la también estadounidense Occidental, exoperadora del bloque amazónico 15, a la cual el Gobierno le caducó el contrato en mayo de 2006, por haber transferido el 40% de acciones a la canadiense Encana sin el permiso del Ministerio de Energía. La demanda en contra del Estado ecuatoriano supera los 3.000 millones de dólares, cuando en los 26 años de operación en el país tenía previsto invertir 800.000 dólares.
El laudo, que salió a favor de Occidental, fue apelado por Ecuador, que pidió la nulidad.
Su costo equivale a construir 942 escuelas del milenio más, beneficiar a 460.000 ecuatorianos con el bono de vivienda, asignar 22.321 becas de maestrías para estudiantes ecuatorianos en las universidades mejor evaluadas de EE.UU. y Europa, financiar 11 misiones Joaquín Gallegos Lara, y supera lo que vale construir un proyecto hidroeléctrico de las dimensiones de Coca Codo Sinclair.
“Esa es la mayor indemnización de la historia”, señaló Correa, quien llamó a los países a fijar estrategias, y sea una prioridad en la agenda de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El objetivo es crear un propio centro de arbitraje, por lo cual “los países víctimas deben unirse a esta causa para combatir a un sistema totalmente corrompido y vendido al capital, acabar con estos abusos, porque los tribunales arbitrales no están para administrar la justicia ni buscar la verdad, sino para defender los intereses de las transnacionales y eso debe acabarse”.
Entre tanto, el diario digital mexicano SDP noticias tituló un artículo: Ecuador, una nación soberana con valor, al referirse a la posición del presidente Correa.
El autor de la nota, Jorge Sánchez Moreno, señala: el anuncio del fin a los tratados de inversión entre la nación ecuatoriana y los Estados Unidos marca un punto de inflexión del modelo económico actual y también la pauta a seguir para las naciones demócratas y soberanas, las economías “emergentes” que representan el continente latinoamericano; aunque México sea geográficamente (y obligatoriamente) el socio comercial de Obamaland.
Ese pequeño país suramericano también ha puesto el ejemplo internacional en el respeto a los derechos humanos y la libertad de expresión. Agrega que los aplausos a Correa y a Ecuador no se escucharán en los estadios como cuando se festeja un gol, ni se anunciarán en los noticieros estelares como la gira de un presidente que habla de economía con otras naciones. El reconocimiento a esta valiente nación va a quedar escrito en la historia.