El teletrabajo, la educación en línea, las aplicaciones de delivery, que son servicios básicos en esta emergencia sanitaria, funcionan gracias a la infraestructura de las telecomunicaciones instalada en el país y en la región.

Desde Costa Rica Maryleana Méndez dialogó con EL TELÉGRAFO sobre el comportamiento de este sector en la actual crisis.

¿Cómo se preparó la industria ante la emergencia?
Nos toma a todos de sorpresa porque el virus avanzó muy rápido. Sin embargo, el sector de las telecomunicaciones ha avanzado mucho a lo largo del tiempo con la instalación de una infraestructura muy confiable y resiliente a los picos de demanda.

Todo esto ha permitido que las telecomunicaciones hoy sean un aliado esencial del proceso de aislamiento obligatorio porque no solo permiten que la economía siga funcionando sino que permite comunicarnos entre familias y entretenernos.

¿Cuánto ha aumentado la demanda?
A nivel regional el tráfico ha aumentado en promedio entre un 20 y 40% y las redes lo han soportado; eso demuestra la inversión que se ha hecho en la industria. Los operadores públicos -como CNT- y privados son responsables del 90% de la inversión en el sector. La solidez de la infraestructura ha dependido de ellos.

¿Se tomaron medidas especiales ante la emergencia?
Sí, sobre todo dedicar equipos de trabajo para garantizar la conectividad y operatividad de las redes. Estas requieren constante mantenimiento, análisis, pruebas. Los operadores abocaron todos sus equipos para ello.

¿Qué insumos necesita la industria y cómo está la cadena de abastecimiento?
Equipos terminales, enrutadores, tarjetas y cableado son insumos absolutamente necesarios. Por ahora no ha habido un desabastecimiento importante, pero se ha solicitado a los gobiernos que mantengan las cadenas abiertas porque es un servicio esencial.

¿Qué recomendaciones daría para evitar fallas en las redes?
En las horas pico, es decir, en horas laborales, se recomienda un uso productivo: priorizar el teletrabajo y la teleducación, sobre juegos en línea. También se deben cerrar las ventanas del navegador que no estemos utilizando porque el computador está actualizando todo. Así mismo, tratar de no enviar anexos muy grandes en los correos sino procurar tenerlos en la nube.

¿Existen pérdidas?
En muchos países se ha postergado la facturación y eso es una preocupación porque es una industria que está en constante inversión para proveer el servicio. Se ha solicitado a los reguladores que flexibilicen los reglamentos.

En los call centers, por ejemplo, hay menos cantidad de personal, pero si el regulador mantiene sus exigencias frente al tiempo de respuesta, entonces hay una contradicción. Se requiere una revisión profunda de las regulaciones.

¿Cómo ve al sector en Ecuador?
Las redes en general están soportando la carga, al igual que en América Latina. Lo que nos preocupa es el tema de la compatibilidad entre la regulación, la declaración de servicio esencial y las políticas sanitarias. En particular en Ecuador nos parece que los indicadores de calidad asociados al contacto (call centers) y al tiempo de respuesta se tendrían que revisar.

También hay fuertes cargos a los operadores en cuanto a las tasas de espectro o tasas relacionadas a los servicios pospago o tributarias. Aquí ha quedado demostrada la importancia de las telecomunicaciones y por ende la necesidad de revisar ese tipo de tributos para permitir que los operadores amplíen la cobertura.

¿Qué han hecho otros países?
Panamá entregó a los operadores, sin costo adicional, el espectro radioeléctrico que tenía en su inventario durante todos los meses de la emergencia para que puedan enfrentar el aumento de la demanda. Colombia postergó (la contribución) al Fondo TIC para librar recursos hacia los operadores. Es importante que durante la pandemia los gobiernos estimulen la inversión en redes. (I)