Producción de EE.UU. creció el 70% en 6 años
Rusia e Irán, los más afectados por precio del crudo
Estados Unidos y Arabia Saudita, deliberadamente o no, están llevando a Rusia e Irán al borde del colapso económico al expandir su producción petrolera, afirmó el columnista de The New York Times, Thomas L. Friedman.
Pese a la turbulencia en naciones petroleras como Libia, Irak, Nigeria y Siria, el valor del crudo baja casi sin parar desde mediados de junio al alcanzar unos $ 90 por barril y esta semana se acerca a los $ 80.
Sin embargo, Friedman no se detiene en las posibles razones: un aumento en la producción estadounidense, la desaceleración económica de Europa y China, y el mantenimiento de niveles de producción constantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). “Esto es una cuestión de negocios, pero también se siente como una guerra que emplea otros medios: el petróleo”, señaló Friedman, concluyendo que tanto Arabia Saudita como Estados Unidos están peleando una guerra indirecta.
Para el columnista, con este manejo de los precios del crudo West Texas Intermediate (WTI) logran que sus sanciones contra Moscú por la situación en Ucrania tengan mayor impacto.
Paul Richter, del diario Los Ángeles Times, no llega al extremo de especular sobre una guerra secreta. “No se espera que esta presión cambie los esfuerzos agresivos de Putin, pero le está causando dificultades con la élite y el establecimiento empresarial ruso, pilares de su apoyo político”, reconoció.
En cuanto a Irán, Richter opinó que cualquier precio por debajo de $ 100 creará un déficit fiscal y debilitará la posición del país en las negociaciones nucleares con Occidente.
Pero las teorías de Friedman no son las únicas especulaciones rondando en el momento. Para otros analistas, la caída del crudo tiene todo que ver con el aumento de la producción estadounidense, que amenaza el dominio de Arabia Saudita como la principal petrolera.
Los sauditas han mantenido estable el precio del petróleo a lo largo de las crisis geopolíticas internacionales, pero el aumento del 70% en la producción estadounidense en los últimos seis años cambió todo.