El crédito de consumo más fácil de acceder es a través de las tarjetas. No así los otorgados directamente por los bancos que son controlados y piden requisitos estrictos, sobre todo por los ingresos y requerimiento de garantes.

El plástico no tiene como requisito el garante y aquello permite que un mayor número de personas tenga hasta 6 diferentes tarjetas de varios emisores. Un estudio presentado por Luis Pastor Herrera, de Advance Consultora, evidencia que el 45% de los tenedores de tarjetas está  dentro del segmento de “compradores compulsivos”.

En este grupo están aquellos que pasan por los almacenes, observan un bien y simplemente lo adquieren sin mediar la real necesidad de lo que compran o sus limitaciones para pagar las cuotas.

Pastor señala que el estudio fue realizado a 800 personas de las ciudades de Guayaquil y Quito, desde 18 hasta 65 años. 

Opina que es importante considerar que los emisores de tarjetas de crédito han modificado sus políticas y requisitos para entregar una tarjeta de crédito, es así como en el año 2010 se emitieron 1’973.000, mientras que en 2011 fueron 2’227.000 (según la Superintendencia de Bancos), lo que representa un aumento del 13%. Esta situación como consecuencia puede generar burbujas de consumo y endeudamiento en los consumidores”.

Lo que más consumen

Vilma Rodríguez de Lombeida, socióloga, justifica el comportamiento de los compradores compulsivos a la inexperiencia que tienen en manejar sus deudas. Ellos tienden a adquirir bienes y solo mirar la cuota mínima a pagar.

Por ejemplo, compran un teléfono con pagos mensuales de 18 dólares, luego adquieren en una tienda víveres que cancelan mensualmente 8 dólares, enseguida  compran un televisor que pagan cada mes 32 dólares, al final deben saldar 58 dólares. Esta situación solo es en el primer mes y al siguiente hacen lo mismo y caen en los avances en efectivo. No se detienen a medir gastos, puntualiza.

“La conducta de un individuo es de novedad a todo y, hasta que no aprende la lección, no se corrige en el sobreendeundamiento. Esto se debe a que no hay una educación del consumo”, dice. 

Las tarjetas se utilizan más para adquirir artículos de línea blanca, como electrodomésticos, y víveres, es decir, que suplen la necesidad de circulante en las familias; además, permiten obtener bienes necesarios. “Este es el caso que se presenta cada fin de semana en las cadenas de electrodomésticos, especialmente el Día de la Madre o fin de año, cuando las personas se encolumnan para obtener electrodomésticos que son adquiridos o pagan la cuota inicial con la tarjeta”, revela Máximo Mateus, de la Consultora Franbur.

Agrega que en el mediano plazo podría causar una burbuja de consumo que es manejada, holgadamente, a la fecha por factores de inversión que hace el Estado en sueldos e inversión en obras que causan una liquidez en el sistema,   que depende de factores externos, como precios del petróleo, entre otros. Pero  qué pasará cuando esos factores   desaparezcan. En ese momento habrá el riesgo de una morosidad masiva y consecuentemente afectará a la economía nacional.

En un recorrido por los almacenes de electrodomésticos se constató la facilidad para adquirir un bien con la tarjeta de crédito. En un local de almacenes Japón el precio se mantiene como si se pagara en efectivo, no así en Artefacta cuyo diferencial es de apenas 36 dólares, en Jaher de 31 dólares y en La Ganga de 26 dólares con respecto al valor de contado.

Sistema financiero pasa buen momento

Para evitar una crisis por el sobreendeudamiento de los ciudadanos a causa de las   tarjetas de crédito, el Gobierno  prende la alerta.

Janeth Sánchez, ministra Coordinadora de la Política Económica, indicó que esto no quiere decir que el sistema financiero está pasando un mal momento.

Mencionó que el crecimiento económico, la mejor situación de los ciudadanos, mejor liquidez y el acceso a mayores financieros es otro hecho positivo.

“Lo importante es regular adecuadamente que estas mejores condiciones que vive el país se produzcan y se desarrollen de forma saludable. Por eso es mejor controlar y regular  a la banca que hace la oferta de estos servicios que puede también abusar y a los ciudadanos hacer un llamado a la corresponsabilidad”, aseveró Sánchez.

Recalcó que hay una sobreoferta de crédito de consumo y una falta de cautela en las tasas de crédito y el manejo del riesgo operativo.

Tras haber detectado este problema, según Sánchez, debe ser regulado por la Junta Bancaria y controlado por la Superintendencia de Bancos. Por ello es necesario transparentar la información y que la ciudadanía  contribuya educándose y preparándose, controlar sus gastos, deudas y compromisos.

El sobreendeudamiento  se da porque los ciudadanos,  luego de la crisis financiera de los 90, prefirieron invertir sus recursos en bienes tangibles en lugar de ir por la cultura del ahorro, lo cual tiende a exacerbarse, según la funcionaria.

Las medidas para controlar el sobreendeudamiento irán por: la regulación de las tarjetas de crédito, se crearán incentivos para un manejo más cauteloso de los riesgos operativos en esta cartera de crédito de consumo del sistema financiero; se creará una cultura de consumo en la población, promoción del ahorro, entre otras iniciativas.

Además, destacó que a través de la Ley de Hipotecas  aportará al país la reducción del parque automotor, que estará entre el 20 y 30%, según información de los involucrados en la industria.