Pequeñas y grandes empresas se enfrentan a tres problemas
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Ecuador forman parte del grupo más grande e importante, según su número, del tejido empresarial del país. Son generadoras de empleo y dinamizan la economía.
Desde 2017, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra cada 27 de junio el Día Mundial de la PYME, en honor a su labor en las economías globales.
Los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de 2017 indican que en Ecuador hay 884.236 empresas, de las cuales 802.696 son microempresas, 63.814 pequeñas empresas y 13.693 medianas empresas A y B. Actualmente, sus principales problemas están relacionados con el flujo de caja, financiamiento y planificación.
Para el correcto análisis de este sector, el presidente de la Asociación Jóvenes Emprendedores, Héctor Delgado, indica que primero se debe diferenciar los conceptos de emprendimiento y pyme. “Los emprendimientos son negocios que funcionan hasta tres años. Nueve de cada 10 mueren debido a la falta de planificación, financiamiento y tecnología”, indicó.
Una vez que el emprendimiento supera ese periodo de tiempo, presenta un nivel de facturación representativo y genera más de cinco fuentes de trabajos formales, se convierte en una pyme.
Aun así, estas se caracterizan por contar con un número reducido de trabajadores y un moderado volumen de facturación de hasta $ 100.000
Principales problemas
Delgado explicó que al momento las pequeñas y medianas empresas del país “subsisten”, es decir que ni crecen ni mueren. “Esto es bastante bueno dada la realidad de la economía ecuatoriana, que es bastante complicada”, indicó.
Uno de sus principales problemas, que incluso lleva a la quiebra de las compañías, es la falta de liquidez para solventar sus gastos administrativos y operativos.
Una de las causas son los pagos tardíos de las grandes empresas. Estas suelen cancelar sus facturas, las pequeñas, entre 70 o 90 días después de haber realizado la compra.
El financiamiento es otro de los obstáculos para las pequeñas y medianas empresas, a pesar de los esfuerzos de la banca pública. “Hay que mejorar la agilidad en los procesos”, indicó Delgado.
De su lado Pablo Patiño, gerente general de la Corporación Financiera Nacional (CFN), indicó que este segmento productivo se dedica al comercio y la manufactura. Por ello es importante que cuenten con el financiamiento “para apalancar su crecimiento”.
En ese sentido, el funcionario dijo que surgen dos problemas: altas tasas de interés y la falta de pruebas de capacidad de pago.
Para el primer caso, la CFN ha bajado la tasa al 8,95%. “Esto ha hecho viable los proyectos que presentan y les permite tener el suficiente flujo de efectivo que les ayuda a crecer”, señaló.
Por otro lado, las pymes deben demostrar su capacidad de pago y formalidad en el manejo de sus finanzas. “Muchas de ellas no cuentan con ese ingrediente”, indicó.
Otro factor que ha afectado a las pymes es el fin del ciclo de los commodities, añadió José Luis Castillo, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Sociales Humanísticas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
Antes este rubro sostenía un importante ingreso de recursos en el país, pero ahora las pymes quedan sujetas al “vaivén” del comercio internacional y de la productividad de otros países. “Es más barato importar debido a que los otros países tienen economías de escala con otras capacidades productivas”, señaló.
Adicionalmente, según el académico, los altos costos de producción también complican la supervivencia de las empresas. “Además, el tamaño de las ventas a nivel interno que pueden generar es muy pequeño”.
Para una mejor gestión de los pequeños y medianos negocios, Delgado recomienda llevar registros contables así no estén obligados, tener una planificación financiera, afiliarse a una cámara o gremio y asistir a eventos de networking. (I)