Pesca chinchorrera genera $ 240 millones al año

La mitad de sus 26 años de vida, Sabina Tumbaco Chipe, madre soltera, ha dedicado a las labores pesqueras en la parroquia rural Posorja, cantón Guayaquil, provincia del Guayas.  

La ‘chola-serrana’, como ella se cataloga, desde hace ocho meses es la administradora del barco chinchorrero ‘Ángel’, uno de los 141 navíos que capturan pelágicos pequeños para consumo humano en las zonas costeras de Manabí, Santa Elena, Guayas, El Oro y Esmeraldas.    

Tumbaco con su trabajo  alimenta a su hijo de 10 años de edad, dos sobrinos huérfanos y su madre de 70 años. A ella no le incomoda trabajar en una embarcación con más de 15 hombres y alega que “lo que ella ordena se hace” en el barco.

“Antes de salir a pescar dejo todo listo en casa para que ni mis hijos, sobrinos ni mi madre tengan alguna necesidad durante mi ausencia. Tengo estabilidad y con los ingresos que recibo saco adelante a mi familia”, expresó Tumbaco.

Explicó que los horarios de trabajo dependen del oleaje. En algunas ocasiones zarpan  a las 04:00 y regresan en la noche; y en otras a las 16:00 y retornan a la mañana  del siguiente día.

Los 141 barcos agremiados en la Federación Ecuatoriana de Embarcaciones con Redes de Cerco (Fenaerce) facturan anualmente alrededor de $ 240 millones.

Cristhian Bernal, representante legal de Fenaerce, informó que ya cuentan con los resultados del estudio  del sector, que realizó por un lapso de 60 días la  Universidad de la Península de Santa Elena (UPSE).

Las embarcaciones cuentan con un rango de 6 a 23 tripulantes cada una. Depende del tamaño.

La tripulación de los barcos se encuentra dentro de un rango de edad de los 15
 a  los 65 años.

El 22 de julio del año pasado la Fenaerce suscribió un convenio marco de cooperación con la UPSE, con la finalidad de que esta institución desarrolle la evaluación del esfuerzo pesquero nacional de la flota de embarcaciones con red de cerco, que se encuentran en las caletas y puertos de la Costa. La investigación también se desarrolló en los mercados de abasto.

Aproximadamente 120 personas estuvieron inmersas en el desarrollo del estudio. En cada embarcación viajaron dos técnicos, un representante del Ministerio del Ambiente, uno de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros (SRP) y otro de la Marina.

Bernal mencionó que de acuerdo al estudio, esta actividad pesquera da empleo a alrededor de 200 mil personas en cinco provincias del país. Las embarcaciones  cuentan con un rango de 6 a 23 tripulantes cada una, correspondiente a un promedio de 14 personas por navío. El sector captura alrededor de 600 mil toneladas métricas de pescado.  

El representante de Fenaerce aseveró que  la captura de las especies de pelágicos pequeños que realizan las embarcaciones de red de cerco del gremio se destinan al consumo humano directo, siendo prohibida su utilización en procesos de reducción (harina de pescado).

De su parte, José Cevallos, presidente de la  Asociación de Armadores Pesqueros de Posorja, resaltó que los barcos ancestrales chinchorreros capturan peces como pámpano, carita, hojita, picudilla, mojarra, cachema, entre otros.

“Las embarcaciones chinchorreras utilizan un macaco y winche para capturar los pescados. Ya tenemos en esta actividad más de sesenta años, lo cual ha reactivado la economía de muchas caletas del país”, dijo Cevallos, quien recalcó que  hay otros tipos de embarcaciones industriales que también son denominadas como chinchorreras, que capturan  atún  y peces destinados a la producción de harina de pescado.

La flota chinchorrera trabaja 10 meses en el año, ya que existen dos periodos de veda, en marzo y septiembre.

Uno de los problemas de la flota que opera en Posorja, afirmó Cevallos, es la falta de un muelle para descargar la pesca. “El Alcalde de Guayaquil en algunas ocasiones nos ha prometido construir un muelle y hasta el momento no hay nada. Nos informaron que ahora el Gobierno se va a encargar de ello, lo cual nos va a disminuir los gastos. Actualmente desembarcamos en un muelle privado. El costo depende del tipo de pesca”.

Comercialización

David Delgado, consultor del estudio que realizó la UPSE, manifestó que de acuerdo a la recopilación de datos que realizaron en los principales mercados de venta de mariscos, existen 847 comerciantes mayoristas de pescado en el país. De esta cifra, 470 corresponden a la provincia de Guayas.

Desde Posorja sale el 70% de los peces pequeños que se comercializan en los mercados. Solo en el de la Caraguay, ubicado en el sur de Guayaquil, son vendidas diariamente 300 toneladas de pescado.

Desde que sale la pesca de los puertos hasta que llega hasta los puestos de venta, el costo de los productos se quintuplica.

TEMOR POR LOS CONTINUOS ROBOS EN ALTA MAR

Los capitanes y tripulantes de los barcos chinchorreros de Posorja, provincia del Guayas, denunciaron que frecuentemente son víctimas de robos en alta mar.  

Carlos Huacón Rodríguez, capitán de una embarcación, señaló que actualmente están sometidos a la  piratería en el mar, lo cual les ha ocasionado muchas pérdidas económicas.

“El sábado pasado estábamos  fuera de las 8 millas marinas y llegaron 10 fibras para intimidarnos y llevarse el pescado. Gracias a Dios no teníamos pesca, sino nos roban todo. Queremos que se combata esto”, afirmó Huacón.

Resaltó que los asaltos no han sido solo al sector chinchorrero sino a los camaroneros e incluso los pescadores artesanales.

Los chinchorreros mostraron videos donde se corrobora que personas con sus rostros cubiertos, con arma en mano, apuntaban a los tripulantes en el momento que estaban haciendo el lance (levantar la red de cerco con los peces).

De su parte, Felix Quimí, pescador artesanal de la parroquia, pidió que haya un mayor control de las autoridades marítimas, ya que todas las semanas los “piratas” asaltan las embarcaciones. “No solo se llevan la pesca sino los motores de las fibras”, subrayó Quimí.

GREMIO PIDE LA RECALIFICACIÓN DE LA FLOTA

La Federación Ecuatoriana de Embarcaciones con Redes de Cerco (Fenaerce) pidió un acercamiento con el Viceministerio de Acuacultura y Pesca y la Subsecretaría de Recursos Pesqueros (SRP), para hablar sobre la categorización de la flota que hasta 2010 se  consideraba como artesanal y ahora es industrial.

“Necesitamos una reunión con el Viceministro para que nos escuche y se cambie la calificación de industriales que tenemos, ya que nuestras embarcaciones no están hechas para trabajar fuera de las 8 millas, no lo soportarían. Ya tenemos dos barcos hundidos”, aseguró Raquel Romero, dueña de una embarcación chinchorrera.

Romero explicó que el oleaje fuera de las ocho millas es muy fuerte, lo cual afecta a  las embarcaciones de madera y pone en riesgo la vida de los tripulantes.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) ratificó en abril de 2010 la prohibición de pesca dentro de las ocho millas náuticas para la flota chinchorrera de red de cerco.

El sector artesanal sostiene que los barcos chinchorreros violan la ley y compiten de manera desleal en la captura de especies de interés comercial.