Para los 12 millones de peruanos que conforman la “clase media emergente”, el retorno a la pobreza es un fantasma que insiste en aparecer en los últimos meses. Todo se debe a la desaceleración económica en Perú, ocasionada en parte por la caída del precio en los principales metales, como el oro, la plata, cobre y mineral de hierro.

En términos peruanos, el 60% de sus exportaciones corresponde a los metales, pero los precios han bajado desde 2011 y tocaron su mínimo en 5 años en agosto, golpeados por las finanzas de las bolsas en China. En ese mes la libra de cobre llegó a $ 2,25, la onza de plata a $ 14,12, la onza de oro a $1,085 y la libra de zinc $ 0,76.

¿Qué han hecho las mineras? Al igual que otras empresas han respondido con la reducción de personal, la venta de activos y la revisión de planes de inversión.

El caso del oro es distinto, pues siempre ha sido visto como un metal que los inversionistas atesoran cuando hay incertidumbre, y en los últimos meses su precio ha subido.

En medio de este panorama, el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) que hace 2 años otorgaba una perspectiva optimista de crecimiento a Perú, en 2015 indicó que solo se logrará un avance de 2,4%, el mismo que registró en 2014 y muy similar al de sus socios de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile y México).

Según el FMI, este es un avance débil con respecto a lo vaticinado hace 6 meses, cuando se predijo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,8%. En 2010, en el primer año después de la crisis mundial, Perú creció el 8,5%.

¿Cómo enfrentará el gobierno de Ollanta Humala esta coyuntura económica? El recorte en inversión pública es una medida esperada en 2016, dado el escaso crecimiento del PIB.  En octubre se anunció solo en el sector salud una rebaja de $ 80 millones al sector salud.

Una medida adoptada desde la caída de las materias primas fue la elevación de las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual. Las tasas llegaron a 3,5% para transmitir a los mercados su compromiso de mantener la inflación bajo control.

Por otro lado, el gobierno de Humala ha propuesto nuevos proyectos estatales para la producción de cobre, también ha enfatizado en la necesidad de focalizar la inversión en educación e infraestructura. En el primer rubro se apunta a capacitar la mano de obra, pues casi el 60% de los  peruanos está en el sector informal, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Con miras a mejorar el comercio exterior, Perú es uno de los 12 países miembros del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). La semana pasada incluso se publicaron los textos y puntos que se negociaron. “Hoy los peruanos iniciamos un nuevo período en la gesta del TPP y en la comunicación de su contenido.

Esperamos que, con los textos en mano, comiencen a quedar atrás las especulaciones, basadas en suposiciones o en problemáticas de otros países distintos de  Perú, y se abra paso a una discusión franca”, anotó  la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva.

Si por un lado Perú trabaja en sus estrategias, lo cierto es que las reservas  internacionales netas (RIN) siguen bajando. En octubre 31 cerraron en $ 62.172 millones, unos $ 534 millones menos con respecto a mediados del mismo mes, según cifras oficiales.

Estas reservas están compuestas por depósitos en el exterior, valores, oro y otros activos, que muestran la capacidad financiera y liquidez con que cuenta un país para hacer frente a compromisos de pago internacionales, es decir, en moneda extranjera de ser el caso.

Una solución a la pobreza

Entre 2006 y 2013, elevadas tasas de desarrollo económico lograron disminuir la pobreza de 49% a 24%, animando la movilidad hacia la clase media. Pero esta situación se ve amenazada por la marcada desaceleración económica que las finanzas locales han experimentado el último año.

De acuerdo con la organización Oxfam, se ganó mucho dinero, pero no se encaminaron procesos que apunten a la disminución de fracturas sociales provenientes de factores étnicos, de género, urbanos y rurales.  
Las cifras de Oxfam indican que si hace 5 años el habitante rural tenía el doble de posibilidad de ser pobre frente al habitante urbano, hoy esa posibilidad se ha triplicado. Ese distanciamiento también se manifiesta en brechas de género que llevan a que la mujer peruana continúe ganando, en promedio, el 70% menos que el salario mensual que un hombre.

“Hemos marcado un camino en política de desarrollo e inclusión social que será el legado histórico de este gobierno”, sentenció Humala, a inicios de la semana pasada en la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social en América Latina y el Caribe.

Si bien entre 1990 y 2013, la inversión social en Perú llegó a 19,1% logrando que 93 millones de ciudadanos se ubiquen en la clase media, aún el país se debate entre la necesidad de diversificar su oferta exportable y mejorar la calidad de vida. (I)