Paraguay defiende transgénicos
La celeridad con que el Gobierno del presidente de Paraguay, Federico Franco, ha autorizado la liberación comercial de cinco variedades de maíz y dos de algodón transgénicos, ha provocado reacciones diversas en la sociedad.
A principios de julio, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), que regula el uso de agroquímicos en los cultivos, habilitó el cultivo de algodón transgénico. Un mes después, el Ministerio de Salud y Bienestar Social autorizó el consumo del maíz transgénico VT Triple Pro, producido por la transnacional estadounidense Monsanto, en la alimentación humana al considerarlo inocuo para la salud de las personas.
De un lado, la determinación gubernamental es apoyada por los actores del agronegocio -principalmente sojeros-, los medios empresariales de la comunicación y las multinacionales productoras de semillas.
Del otro lado, las entidades campesinas e indígenas, algunas organizaciones políticas, sindicales, sociales, organismos no gubernamentales y ambientalistas rechazan el uso de los organismos genéticamente modificados (OGM) en los cultivos por considerarlos nocivos para la cultura y la práctica de la agricultura familiar minifundiaria, así como para la salud y el medio ambiente hasta que se demuestre su inocuidad. Agencias