OIT prevé alto desempleo en 2018
El desempleo y los déficits de trabajo decente mantendrán en 2018 altos niveles en numerosas partes del mundo, pese al despegue previsto en la economía global, estimó hoy la OIT.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la creación de nuevas plazas laborales resultará insuficiente para responder al crecimiento de la población económicamente activa.
El informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo-Tendencias 2018 confirmó que la tasa de desocupación en 2017 fue de 5,6 por ciento, lo que incluyó a más de 192 millones de personas, y para el año en curso se prevé un porcentaje semejante.
De acuerdo con el análisis, el indicador mejoró frente 2016 debido al 'buen desempeño' de los mercados laborales en los países desarrollados, donde la tasa de desempleo debería disminuir 0,2 puntos porcentuales en 2018 para llegar a 5,5 por ciento.
No obstante, los déficits de trabajo decente siguen muy extendidos, pues la economía mundial todavía no crea empleos suficientes, declaró el director general de la OIT, Guy Ryder, quien abogó por una distribución equitativa de las ganancias del crecimiento.
Cerca de mil 400 millones de trabajadores tuvieron en 2017 un empleo vulnerable y es de esperar que otros 35 millones se sumen a ellos para 2019, indicó el documento.
En las naciones en desarrollo los progresos para reducir la pobreza de los trabajadores son demasiados lentos para compensar el crecimiento de la fuerza de trabajo, insistió el economista de la OIT Stefan Kühn.
Durante los próximos años, agregó, el número de trabajadores en la pobreza extrema se mantendrá por encima de 114 millones.
La pesquisa indicó, además, que la participación femenina en el universo laboral continúa muy por debajo en comparación con los hombres, y es más probable que ellas sigan en empleos de menor calidad y con inferiores salarios.
Al analizar los cambios en la composición sectorial, el informe constató que la esfera de los servicios será el principal motor del futuro crecimiento del empleo, mientras que continúa disminuyendo en la agricultura y la manufactura.
Otro reto importante está asociado al envejecimiento de la población, pues el crecimiento mundial de la fuerza de trabajo no será suficiente para compensar la rápida expansión de la población de jubilados.
La edad promedio de la población activa debería pasar de un poco menos de 40 años en 2017 a más de 41 años en 2030, precisó la fuente. 'Además del desafío que representa un número creciente de jubilados para los sistemas de pensión, una fuerza de trabajo cada más vieja también podría tener un impacto directo sobre los mercados laborales', juzgó el directivo de OIT Sangheon Lee.
El envejecimiento, resumió, podría mermar la productividad y ralentizar los ajustes del mercado laboral después de las crisis económicas. (I)