Veinticinco grados celcius en El Pangui. Lejos está el candente sol de la selva amazónica. Su ubicación en las faldas de la cordillera de El Cóndor proporciona un clima acogedor que es interrumpido por las fugaces precipitaciones pluviales. La población es cauta ante tanto extraño que llega a la ciudad. Miran, comentan y siguen su rutina. La carretera termina en el área urbana; solo dos pequeños asentamientos están hacia el noreste, y son pocos los vehículos que arriban a la zona.       

El Pangui es uno de los 9 cantones de la provincia  Zamora Chinchipe y es el principal beneficiado con las regalías de la primera explotación minera a gran escala en Ecuador. La comunidad  recibirá inversión en obras por $40 millones, de los 100 millones que entregará de forma anticipada la minera Ecuacorriente Sociedad Anónima (ECSA), a cargo de la explotación de la mina de cobre detectada en el sitio. 

La población es mestiza, es decir, está  formada por inmigrantes de la zona y de descendientes de la comunidad Shuar, quienes mantienen sus rasgos de cejas finas, ojos un tanto achinados y tez trigueña. Ellos tienen “asegurado” su futuro -según dicen los mayores panguenses-. La razón: la minera requiere en los próximos meses mínimo 1.500 personas para trabajar en la construcción de la  planta de tratamiento que en un solo día deberá procesar 30.000 toneladas de piedra. Y, cuando empiecen las labores mineras la demanda subirá a más de 3.000 empleos directos.

En El Pangui -según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)- habitan 8.600 personas. “Hará falta gente”, afirma el alcalde del Pangui, Luis Portilla, quien reconoce que el desarrollo  llegará a su cantón con el financiamiento que ahora sí habrá y con el que la empresa pública Ecuador Estratégico podrá  ejecutar proyectos.

Esta ya aprobó obras, para una primera fase, por $9,6 millones y se prevé construir una unidad del milenio (plantel educativo de vanguardia), relleno sanitario, alcantarillado, vialidad y salud. Aquí también habrá una demanda de mano de obra, dijo.     

En el año 1994, técnicos de la ahora empresa ECSA iniciaron estudios geológicos en la zona y encontraron rastros de cobre. Sin embargo, la prospección del suelo se realizó la década pasada y concluyó en el 2010 con la ubicación de una mina de 150 hectáreas de terreno, ubicada en tres picos montañosos, de la parroquia Tundayme, a la que denominaron Mirador, por ser un sitio que tiene una amplia vista del valle del río El Quimi, que nace en las estribaciones de la cordillera de El Cóndor.

Conchas petrificadas

En la cadena montañosa, a pocos kilómetros de la mina Mirador, hay espacios donde existen conchas de mar petrificadas a 1.500 metros sobre el nivel del mar que están a la vista de visitantes; además, el equipo arqueológico encontró terrazas (cortes en la montañas) y un alto número de vasijas fúnebres.

“No conocemos aún cuál es la cultura a la que pertenecen, ni el por qué de la presencia de las conchas. Estamos trabajando para determinar a quiénes pertenecen los hallazgos de las ornamentas”, puntualiza Fabián Villalba, responsable del proyecto Arqueológico que está presente en el campamento minero, debido a que la ley demanda un permiso anual  antes de realizar la explotación de las áreas.

La minera ECSA previo a realizar la explotación de la mina El Mirador  debe contar con permisos renovados de varias instituciones del Estado, algunos de manera anual, como son: Sustitución de títulos mineros entregados por la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcon);  licencia ambiental de explotación; permiso de aprovechamiento de agua otorgado por la Secretaría Nacional del Agua (Senagua); permiso de investigación arqueológica; permisos forestales, entre otros.

La empresa  también ha hecho estudios para explotar otras minas de cobre en el área de concesión que tiene en la zona y que abarca una extensión de 200.000 hectáreas. Las otras minas en la que aún no se terminan los estudios de exploración tienen los nombres: Mirador Norte, San Carlos y Panatza. “Una vez que todas las minas estén explotándose, el Ecuador ocupará el sexto puesto a nivel mundial de exportador concentrado de cobre”, indica Dixon Briceño, subdirector de Operaciones en la mina.

El pasado 5 de marzo, el presidente de la República, Rafael Correa, firmó con ECSA el contrato de explotación del campo minero Mirador, ubicado en la provincia de Zamora Chinchipe, parroquia Tundayme, cantón el Pangui.

Los cálculos iniciales estiman que cada día llegue a Puerto Cobre 525 toneladas de concentrado de cobre que se obtendrá luego del proceso de tratamiento de las 30.000 toneladas de roca viva de la mina El Mirador, dijo.

La empresa para sacar esa cantidad de cobre deberá invertir en el reforzamiento de puentes a lo largo de la vía un monto estimado inicialmente de $1,5 millones; además realizar un puente sobre el río Zamora que tendrá un costo de $9 millones (obra en ejecución y que estará lista en el último trimestre de este año).

El Puerto Cobre no existe en la actualidad y empezará a construirse en los próximos meses a un costo de $24 millones. Su ubicación será junto al actual Puerto Bolívar (El Oro). La construcción de la hidroeléctrica Hidrocruz a un costo de $186 millones es otra de las obras adicionales en la que invertirá Ecuacorriente. 

Comunidad a favor   

Florencio López, representante de la Asociación del Valle, dijo que la minería traerá desarrollo en el campo comercial y en lo que respecta a la generación de empleo. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para demandar créditos para el desarrollo de otros emprendimientos.

“Cuando se acabe la minería, de qué vivirá el pueblo, por lo que debe optarse por incentivos tributarios y otros aspectos que generen nuevas fuentes de ingreso”, aseguró el representante de esta asociación.

Takino Aguirre, representante de la Cámara de Comercio, dijo que es claro que habrá una afluencia de capitales con la explotación minera, por lo que piden que sean tomados en cuenta prioritariamente ellos por la ECSA como   proveedores de los bienes que demanden.