Mipymes son el resultado del fomento productivo
Las micros, medianas y pequeñas empresas (Mipymes) son proveedoras de servicios, productos o insumos para otras compañías de amplia cobertura de mercado, como son las corporaciones nacionales, multinacionales e industrias, y en la actualidad, en el mercado ecuatoriano, apuestan por romper esos espacios para llegar directamente al demandante de sus productos en los sectores textiles, alimentos, café, madera y muebles, calzado y de confecciones, entre otros.
Según el Censo Nacional Económico (Cenec) realizado en 2010 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), las Mipymes, dentro del tejido empresarial nacional, tienen un aporte significativo ya que 99 de cada 100 establecimientos se encuentran dentro de esa categoría.
Para aquella clasificación se tomó como referencia el tamaño de empresas por número de empleados, expuesto en la Resolución 1260 de la Secretaría de la Comunidad Andina de Naciones (CAN); microempresa (uno a nueve trabajadores), pequeña empresa (10 a 49), mediana empresa (50 a 199) y gran empresa (200 o más).
Frente a esta clasificación, el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) tiene como resultado que las Mipymes ya no están solo dedicadas a satisfacer la demanda interna, sino también la externa, por ello, en la actualidad representan el 9% del total de los productos tradicionales y no petroleros exportados (ver gráfico 1).
Si el desarrollo del sector no es tan inmediato como el de una gran empresa, es porque su capitalización en primera instancia proviene de recursos propios, préstamos de bancos, cooperativas y otros con un poco porcentaje de acceso, y emisión de acciones. Incentivo al desarrollo productivo y a la comercialización.
Para explicar el funcionamiento de la cadena de producción y comercialización que se encuentra atrás de una actividad económica, se debe tomar en cuenta las estrategias diseñadas desde la óptica empresarial y desde las políticas públicas creadas en el ámbito gubernamental que deberán partir de la realidad de la estructura productiva nacional. En el país, esas políticas hacen referencia a la institucionalización, el apoyo al desarrollo productivo y de comercialización de los diferentes artículos que producen las mipymes.
Se busca, además, articular los programas de intervención que cada una de las instituciones de apoyo tienen a favor de los consorcios, se trabaja en el fortalecimiento del programa de consorcios de exportación y origen a nivel de Gobierno y se generan iniciativas de apoyo para los consorcios.
Dentro de esas iniciativas de la política estatal están:
1. Impulsar la agenda de la transformación productiva, que es la herramienta base para el cambio que requiere el sector productivo, a través de la especialización de la economía, mediante la producción de artículos con alto valor agregado y que brinden ventajas comparativas dinámicas para su venta en el exterior.
2. La democratización del acceso a los factores de producción se refiere al libre ingreso de todos los actores productivos y en igualdad de condiciones en términos de capital, financiamiento y crédito; igualdad de condiciones en el acceso a tierra o el espacio físico; acceso a mano de obra capacitada, e igualdad de acceso en los factores
tecnológicos, como internet, computadoras, entre otros.
La nueva matriz productiva
Para la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), transformar la matriz productiva significa sacar al Ecuador de su patrón de especialización actual como es el de producción y exportación de bienes primarios para convertirlo en un país generador de mayor valor agregado. Es importante referir que la participación de las exportaciones primarias -petróleo crudo, banano, café, camarón, cacao, madera, atún y flores, entre otras- en valor aún se mantiene. El 88% del total de las exportaciones en el período 2007 - 2011.
Por eso se plantea un nuevo modelo que fundamente el desarrollo económico en el conocimiento, como generador de valor agregado, apoyando la producción y las exportaciones a través de 14 sectores como: turismo, alimentos frescos y procesados, energías renovables, productos farmacéuticos y químicos, biotecnología: bioquímicos y biomedicina, servicios ambientales, metalmecánica, tecnología: hardware y software, plásticos y caucho sintético, confecciones, ropa y calzado, vehículos: automotores, carrocerías y partes, transporte y logística, construcción y cadena forestal sustentable y productos madereros procesados; mientras que las cinco industrias estratégicas son refinería, astillero, petroquímica, metalurgia y siderúrgica.
Las Mipymes generan empleo
Las Mipymes son reconocidas por ser generadoras de empleo, ya que de cada cuatro puestos de trabajo que existen en el país tres son generados por aquellas empresas categorizadas como micro, pequeñas o medianas. La microempresa genera el 44% de empleo, la pequeña empresa el 17%, la mediana el 14% y la gran empresa el 25%, según los resultados del Cenec.
Con base en estos datos, el Observatorio de las Pymes de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) destaca la importancia de que no solo el Gobierno continúe apoyando a esta categoría de empresas, sino que se involucre al sector privado y a los organismos internacionales a través de la oferta de servicios financieros –el microcrédito, por ejemplo- y no financieros.
También mediante la creación y puesta en vigencia de la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y Solidario. Mientras tanto, para 2010, cuando se revisa el aporte de las empresas, según su tamaño, a la generación de ingresos vía venta de los bienes y servicios que producen, se obtiene que fueron las pequeñas y medianas las que en mayor grado aportaron.
Aproximadamente por cada 100 dólares generados en el tejido empresarial ecuatoriano, por concepto de ventas, 39 son aportados por aquellas compañías clasificadas dentro de la categoría de pequeñas y medianas empresas (ver gráfico 2).
En segundo lugar y de manera muy cercana a estas, con respecto al aporte a la generación de ingresos por ventas, se ubican las empresas categorizadas como grandes; aproximadamente el 37% del total del valor de las ventas del sector empresarial ecuatoriano es generado a través de la operación de las grandes unidades productivas.
La combinación de las variables ingreso por ventas (resultado obtenido) y número de empleados (insumo utilizado) para el Observatorio se está en la capacidad de calcular la productividad laboral que prevalece en las empresas según su tamaño (ver gráfico 3). Al momento de comparar la productividad laboral, medida por el aporte que hace cada trabajador al ingreso anual por ventas de una empresa, se observa que la microempresa es la que muestra las brechas de productividad más elevadas en relación tanto con las Pymes como con las empresas clasificadas como grandes. En ambos casos la productividad del sector microempresarial se aproxima al 200%.
Orientación productiva del tejido empresarial
La microempresa solo como pertenecientes al área comercial, es el sector que más prevalece de acuerdo al número de establecimientos porque seis de cada 10 de este tamaño están dedicadas a actividades relacionadas a la compra y venta de bienes (ver gráfico 4). Luego se ubican las unidades dedicadas a la prestación de servicios –cerca del 35% están vinculadas a la oferta de actividades económicas consideradas como servicios-, quedando en tercer lugar el
aporte del sector microempresarial manufacturera.
Y apenas cerca de uno de cada 10 microempresas están relacionadas con actividades que involucran procesos de transformación productiva, cuya característica principal es el mayor aporte a la generación de valor agregado. Con respecto a la distribución por la actividad productiva que realizan las pequeñas y medianas empresas, el sector predominante son los servicios –cerca de siete de cada 10 Pymes se dedican a negocios vinculados a la provisión de servicios-, luego aparecen las vinculadas a la actividad comercial -22% del total de pequeñas y medianas empresas- y en tercera ubicación, en cuanto a la participación productiva, están las relacionadas con actividades manufactureras.
Al juntar la orientación productiva de las microempresas y de las Pymes se destaca que este grupo de negocios, en su mayoría, están dedicadas a actividades comerciales y de servicios, las cuales tienen que ver con la satisfacción de aquellas necesidades que están en la base de la pirámide –la alimentación y el vestido- y cuya característica principal es que, en la mayoría de casos, tienen muy poco nivel de sofisticación, aportando por lo tanto con muy poco a la creación del valor agregado nacional (ver gráfico 5).
Las Mipymes apuntan al desarrollo de valor agregado
Para presentar nuevos productos que sean altamente demandados en los mercados interno y externo, las Mipymes apostaron por la asociatividad entre aquellas que trabajan en el mismo sector para mejorar la competitividad empresarial y para cubrir las cantidades mínimas exigidas por la mayoría de los potenciales compradores internacionales. Por el lado de la oferta, a una Mipyme le es complicado enfrentar a competidores gigantes, caracterizados por la práctica de economías de escala a nivel mundial. Ante esa situación fue necesario que las empresas de menor tamaño se unan y salgan a competir con mayor fuerza.
En febrero pasado el Mipro dio paso al proceso de conformación de consorcios a través del acercamiento con el sector productivo y presta asistencia de acuerdo a la metodología propuesta por la Organización de Naciones Unidas (Onudi): promoción y selección de empresas, formación de base de confianza, desarrollo de acciones piloto, diseño de estrategia e ,implementación o gestión.
Los consorcios que se constituyeron son: Nativa (productos naturales nativos); Cosmética Ecuador (productos de la industria cosmética: champús, jabones, espray, desodorantes, ambientales, pañales, perfumes, etc.); Consorcio Gypsophila; Consorcio de miel abeja (no exporta, pues primero apunta al mercado local para sustituir miel importada y cuenta con una carta de intención de compra de la Corporación La Favorita). Salomé Flores, representante de Líder Royal Honey, manifestó que la asociatividad de los productores de mieles varietales les ha permitido crecer en cuanto a los volúmenes de rendimiento y comercialización en el mercado nacional e internacional.
Lo más importante, según Flores, “es hacerlo a precio justo”, porque la miel importada les genera una competencia desleal. Mientras en el mercado cada kilo de miel importada cuesta 3,80 dólares, la nacional -producida artesanalmente- cuesta 7 dólares el kilo. Y explica que para competir con esos, costos es necesario obtener las etiquetas de origen de la miel porque ahí se detalla el lugar de producción, el área de cultivo y temporada, que le da el valor agregado al producto.
Martha Ortega, presidenta del Consorcio Nativa, aseguró que el reto es obtener una canasta exportable de 10 productos, entre alimenticios y medicinales. Dijo que su interés es “que el mundo conozca que el, Ecuador puede ofertar productos naturales como plantas medicinales, vegetales y alimentos procesados como la quinua”. Así, la expectativa generada en la creación de consorcios de productores radica en la capacitación y oportunidad al que puedan acceder para la comercialización internacional de los artículos que producen.
Para comercializar sus productos cuentan con el apoyo de Proecuador, el cual tiene oficinas en: Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Perú; Chile, Brasil, Reino Unido, Alemania, Francia, España, Italia, Alemania, Rusia, Turquía, China, Japón, Corea del Sur, Singapur e India y Sudáfrica (gráfico 6).
Iepi: Es la entidad que protege las creaciones de los ecuatorianos preservando así, todo el trabajo e investigación que se puso en el desarrollo de la creación. Por eso invita a registrar las marcas para protegerlas y garantizar que los consumidores obtengan un producto legítimo. Es necesario patentar sus creaciones, inventos y diseños industriales para lograr proteger hasta 20 años como patentes de inversión o 10 años como patentes modelo de utilidad.