Desde hace cuatro años alrededor de 12 mil personas en situación de pobreza se incorporaron a las cadenas de valor de nueve grandes empresas en el país, al formar parte del programa internacional de  “Negocios Inclusivos: ganamos todos”, que lo impulsa el Servicio Holandés de Cooperación (SNV) con apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), que es parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BIB).

El programa en este tiempo ha articulado a los pequeños productores, distribuidores y proveedores de servicios de distintas zonas del país para que se incorporen a trabajar con empresas involucradas en la agricultura, alimentos, aceites, farmacias, acero, hierbas aromáticas y madera.

El programa de inclusión de los pequeños productores tuvo una inversión total de 2,5 millones de dólares provenientes del Fomin ($1,5 millones) y del SNV y empresas participantes (un millón de dólares).

Los recursos se destinaron para procesos de asistencia técnica, capacitación, mejorar la asociatividad y articulación de los créditos con organizaciones financieras.

Garantizan el desarrollo

Jamie Jenkins, representante  de SNV en Ecuador, señaló que los negocios inclusivos garantizan un desarrollo sostenible y justo para las empresas y las comunidades, ya que se rigen por la lógica del “ganar-ganar”.

Con lo que afirmó  que “los beneficiarios mejoraron sus condiciones de vida, niveles de ingreso y competitividad en sus actividades económicas. Por su parte las empresas incrementaron su rentabilidad al contar con aliados para fortalecer su canal de proveeduría o de distribución”.

Paula Aurbach representante del Fomin, indicó que este programa se aplicó como plan piloto en Ecuador y que se ha replicado con iniciativas similares en Perú, Honduras, Nicaragua y El Salvador.

Los resultados obtenidos son positivos, porque en un inicio estaba pensado trabajar con 7 empresas y alcanzaron a 9, las mismas que han permitido que los negocios familiares se vayan convirtiendo en pequeñas microempresas, mejorando así “una capacidad de ingreso de entre 20% y 70%, las que dinamizan las economías locales”, dijo.

Apoyo a productores

Roberto Garcés, coordinador en Ecuador de Negocios Inclusivos, manifestó que en estos años han podido apoyar a los pequeños productores de casi todo el país, garantizándoles seguridad en el mercado, porque su trabajo se direccionó a una empresa determinada de venta y distribución de sus productos y servicios, donde cumplen con estándares de calidad, cantidad y tiempo.

Esta situación, según Garcés, ha permitido que cada vez se vayan incorporando al proyecto  más personas. 
“Ello ha dado paso a mejorar en la productividad, calidad de vida y asociatividad”, enfatizó.
Julio Valenzuela, gerente de compras de Pronaca, indicó que la empresa enfocó su trabajo en los productores de maíz de Balzar, en la provincia del Guayas.

En ese sector los agricultores no generaban más de tres mil toneladas al año, ahora su producción alcanzaría las 35 mil toneladas para proveer a esta industria especializada en la crianza de pollos.

En una primera instancia insertaron a casi 350 pequeños agricultores a su red de proveedores principales, que abarcaban 1.500 hectáreas de sembríos, ahora llegan a las 5.500 hectáreas con 700 productores y en los próximos 5 años esperan alcanzar las 20 mil, además de incluir a nuevos productores de las provincias de Los Ríos y Manabí.

El crecimiento de aliados obedece, según Valenzuela, a que la compañía “les garantiza la compra de la cosecha y el pago a tiempo y a precio justo”. 

De esta manera, según el representante de Pronaca, los productores aumentaron en 40% sus ganancias, duplicaron el rendimiento de sus cultivos y participan en un mercado seguro y justo.