ESPECIAL FIN DE AÑO
Los hogares ecuatorianos consumieron alrededor de $ 59.500 millones, $ 3.200 millones más que 2013 (Infografía)
Aun sin cifras oficiales y con estimaciones simples, el consumo final de los ecuatorianos durante 2014 luce ser ligeramente superior a su similar de 2013. Durante este año, los hogares ecuatorianos consumieron un estimado de $ 59.500 millones; $ 3.200 millones más que en 2013. Esto es lo que los economistas llaman consumo en dólares corrientes.
En valor de un dólar de 2007, lo que los economistas llaman consumo en dólares constantes, el consumo final de los hogares ecuatorianos durante 2014 se estima en $ 42.800 millones para reflejar un crecimiento real del 3,02%, superior a 2013. Las cifras corrientes y constantes se concilian a través de un índice llamado deflactor de la economía, en el cual interviene la variación relativa de precios entre el año base (2007) y el año analizado. Entonces, ya sea en términos corrientes o en términos constantes, el consumo final de los hogares ecuatorianos ha crecido durante 2014.
En volumen, tal consumo se concentra en productos de manufactura. Hay 4 sectores que durante el último quinquenio denotan un crecimiento a tasas promedio anual de 2 dígitos: electricidad, agua, saneamiento y gas (15,8%); comercio al por mayor (11,5%), telecomunicaciones y transmisión de información (12,8%) y flores (12,5%). La tasa promedio anual de crecimiento de la manufactura alcanza apenas un 1,9%, para confirmar que es una actividad madura, mientras los otros son sectores en crecimiento pleno.
Pero si se analiza el consumo ecuatoriano en una serie retrospectiva más amplia, se nota que se ha venido desacelerando desde 2010 o creciendo más lentamente que el del Producto Interno Bruto (PIB), especialmente en términos corrientes. Para entender las razones detrás de tal comportamiento se analizan otras variables relacionadas: oferta final de bienes y servicios (PIB + importaciones), gasto de consumo del Estado, Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), ahorro, exportaciones e importaciones.
Como porcentaje de la oferta final de bienes y servicios el consumo se presenta decreciente, tanto en términos corrientes (dólares de todos los años) como en términos constantes (dólar de valor año 2007). Entre 2010 y 2013, el consumo corriente creció más lento que la oferta final de bienes, solo en 2014, cuando se restringen las importaciones y se afecta su crecimiento, el consumo final de los hogares se acelera relativamente a una oferta final restringida por las importaciones. En términos constantes, la velocidad de crecimiento del consumo de hogares es inferior a su similar de la oferta final de bienes y servicios.
La pregunta es: ¿por qué el PIB crece más rápido que el consumo final de los hogares, siendo este su driver (generador) de valor principal? Una respuesta se puede dirigir hacia otros elementos que configuran el PIB y que participan activamente en su formación. Entre estos se apunta al gasto de consumo del Estado (conocido mejor como gasto público), la FBKF y las exportaciones. Es bien conocido que el gasto público ha participado de forma importante en el crecimiento del PIB, sin embargo, la FBKF y la participación creciente de las exportaciones es hacia donde se debe mirar en el futuro, cuando el gasto público se debilite. La FBKF es la creación de capacidad instalada de producción, al igual que las exportaciones constituyen capacidad de producción y acumulación de capital social internacional (relaciones internacionales de comercio).
Es importante entender, entonces, que si bien el consumo interno ha crecido durante 2014, es notoria su desaceleración que arranca en 2010 y que ha sido trasladada al PIB, aunque en este último amortiguada por el crecimiento de las exportaciones y la FBKF, siendo estos últimos parte del stock de producción nacional que dan estabilidad económica y promueven bienestar futuro.
Finalmente, también se debe entender que gran parte de la capacidad de consumo concluye en la banca como depósitos y sustentando créditos, es decir que lo que no se consume se ahorra o se invierte. Entre 2010 y 2014, los depósitos en la banca, como porcentaje del PIB, han crecido a una tasa promedio anual del 3,4%, al tiempo que los créditos al 3,7%. Solo en 2014, los depósitos en la banca como porcentaje del PIB crecieron el 3,1%, al tiempo que los créditos al 4,3%.
Estos créditos se han otorgado preferentemente al sector comercial y al consumo. Durante 2014, los créditos otorgados al comercio (incluye industria) representaron el 9,2% del PIB para un crecimiento del 3,9%. Por su lado, el crédito de consumo representó el 6,8% del PIB para un crecimiento anual del 5,6%.
En resumen, el crecimiento del consumo final de los hogares durante 2014 ha sustentado en gran parte la economía y el bienestar de los ecuatorianos, tanto por la demanda productiva que genera, como por su aporte al sector financiero, donde se convierte en crédito para sustentar mayor consumo, entrando así a un círculo virtuoso de bienestar.
Por Roberto Palacios Dueñas, profesor ESPAE, Graduate School of Management