El Banco Central del Ecuador (BCE) publicó las cifras sobre la evolución del crédito y los depósitos en el sistema financiero ecuatoriano en los primeros siete meses del año. Su informe permite apreciar que, entre el 31 de enero y 5 agosto de 2016, el saldo agregado de los distintos tipos de depósitos aumentó de $ 29.765 millones a $ 31.406 millones.

De manera más específica, los depósitos a la vista incrementaron un 10%, pasando de $ 8.866 millones a $9.708 millones; los depósitos a plazo aumentaron el 7%, expandiéndose desde $ 10.433 hasta $ 11.158 millones; y los depósitos de ahorro disminuyeron el 2%, decreciendo de $ 8.719 millones a $ 8.563 millones.

En ese período, en las cuentas registradas al interior del BCE, las reservas internacionales subieron el 28%, pasando de $ 3.207 a $ 4.091 millones; y las reservas bancarias incrementaron el 25%, aumentando de $ 3.759 millones a $ 4.688 millones.

En los primeros siete meses del año, el sistema financiero ecuatoriano expandió el crédito al sector privado de $ 27.799 millones a $ 28.029 millones. En promedio para el período, el 69% del crédito otorgado financió actividades productivas, comerciales prioritarias y microempresariales.

Como resultado de la recuperación de la actividad económica, en  julio las entidades financieras privadas y de la economía popular y solidaria concedieron créditos por $ 1.800 millones, cifra que implicó una tasa de crecimiento anual de 11,1%.

Por otra parte, en los primeros siete meses de 2016, el volumen de crédito permaneció concentrado en las provincias más grandes. En ese sentido, por ejemplo, se constata que Pichincha, Guayas y Azuay captaron el 74% del crédito concedido en julio.

A consecuencia de esa concentración espacial no hubo mayor canalización relativa de crédito hacia las provincias afectadas por el sismo del 16 de abril. A fines de julio, el crédito otorgado a los agentes económicos residentes en Manabí y Esmeraldas permaneció prácticamente en los niveles de su tendencia histórica (ver infografía). (I)