La unión europea anunció que conversará con brasil y chile para evitar que exporten sus bienes
Latinoamérica ve una oportunidad de negocios en la prohibición rusa (Infografía)
Las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos, la Unión Europea (EU) y países como Canadá y Australia -debido a su intervención en la crisis política de Ucrania y su apoyo a los separatistas prorrusos que actúan en el este de ese país-, llevaron a Moscú a la aplicación de retaliaciones económicas en su contra. La decisión del gobierno de Vladimir Putin ahora es parte de una controversia que salpica de ‘refilón’ a los países latinoamericanos.
El pasado jueves Putin informó sobre la decisión de prohibir o limitar por un año las importaciones de productos agrícolas, materias primas y alimentos, de los países que secundaron medidas como restricciones de viajes a funcionarios rusos y congelamiento de bienes de instituciones estatales y bancos, lo que dejó a Rusia sin proveedores.
“Los instrumentos políticos de presión a la economía son inaceptables”, justificó Putin, quien aseguró que las sanciones permitirán incrementar la independencia económica del país miembro de los Brics.
En medio de la crisis, el cierre de su mercado hizo que las autoridades euroasiáticas buscaran nuevos vendedores, lo que desató el entusiasmo en Latinoamérica por obtener un beneficio comercial, pero desagradó a la UE.
El lunes la postura de la comunidad europea fue clara. Según medios internacionales, la Comisión Europea (CE) transmitirá a los representantes de un grupo de países de Latinoamérica su desacuerdo con la rápida reacción tras las sanciones rusas a los productos agrícolas de la UE, EE.UU., Australia, Canadá y Noruega, y los emplazará a “reconsiderar” sus contratos en ciernes con un socio “no fiable” como Moscú.
Aunque de acuerdo a la comisión, no se pretende enturbiar las buenas relaciones diplomáticas y comerciales con los países de Brasil o Argentina.
“Podemos entender que productores y exportadores, empresas privadas en definitiva, busquen nuevas oportunidades. Lo que no compartimos es que haya gobiernos detrás”, subrayaron.
Estas mismas fuentes remarcan que la UE no se inmiscuirá en contratos privados, pero sí “lamentan” la actitud de este grupo de países y advirtieron de la “escasa integridad” de Moscú como socio comercial. “Sacrificarían una relación económica a largo plazo por beneficios a corto plazo”, advirtieron.
Según la agencia EFE, los 28 países de la UE analizaron ayer el impacto económico y la legalidad del veto agrícola ruso.
El Comité Político y de Seguridad de la UE (COPS), que agrupa a los embajadores de los Estados, mantuvo una reunión extraordinaria en la que se abordó el veto ruso, cuyo impacto económico se estima en unos 5.252 millones de euros ($ 7.020 millones).
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, explicó que hubo un debate preliminar sobre los efectos de las represalias rusas y que será necesario compartir el análisis con terceros países.
Por el momento, la Comisión Europea ha convocado 2 reuniones técnicas a nivel de expertos sobre agricultura y comercio.
Reacción de países
Según la UE, las sanciones a Rusia se las ha puesto sobre la base de una “clara violación de la ley internacional”, por la anexión ilegal de Crimea y la desestabilización continua de Ucrania; por ello, espera “cierto respaldo político” de otros Estados.
Sin embargo, ante la urgencia rusa, las reacciones de los países no demoraron.
A inicios de semana, el jefe de gabinete argentino, Jorge Capitanich, mencionó que su país potenciará sus exportaciones a Rusia, aprovechando la “oportunidad” que ofrece la restricción en los mercados tradicionales.
“Rusia tiene una demanda significativa de alimentos y la república Argentina puede suministrarlos”, indicó Capitanich.
Entre tanto, y como parte de la campaña latinoamericana, Rusia anunció que reanudará las importaciones de pescado peruano con un total de 18 proveedores.
“Considerando el interés de Perú para ampliar los suministros de sus productos alimenticios, el Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera (SIAG) considera posible reanudar las importaciones”, informó el organismo ruso.
En el caso de Ecuador, con una exportación total de $ 817’0411.000 en 2013, el Gobierno evalúa un listado de productos con los que podría atender la necesidad de ese mercado, aunque se descarta la carne, pues todavía el país no está certificado libre de fiebre aftosa.
Durante el conversatorio realizado ayer en Guayaquil, con los medios de comunicación, el presidente de la República, Rafael Correa, se pronunció sobre el supuesto malestar que habría en la UE por la pronta respuesta de los países latinoamericanos a satisfacer el mercado ruso de alimentos. “Ecuador no pedirá permiso absolutamente a nadie para venderle alimentos a los países amigos”.
Boicot anti-Rusia
La Unión Europea planea mantener conversaciones con Brasil y Chile para evitar que intenten reemplazar las exportaciones agrícolas europeas que no pueden ingresar a Rusia, afirmaron altos funcionarios, informó el periódico argentino Cronista.com.
Desde que la semana pasada Rusia prohibió las importaciones de alimentos provenientes de la UE y Estados Unidos en respuesta a las sanciones en su contra, Moscú ha intentado acercarse a Latinoamérica en busca de abastecimiento alternativo.
Varios países y bloques de comercio de América del Sur señalaron que las medidas de Moscú podrían ser para ellos una buena oportunidad de negocio.
“Brasil autorizó a cerca de 90 plantas frigoríficas nuevas a exportar de inmediato pollo, carne de vaca y cerdo a Rusia, y Chile es considerado el principal beneficiario del embargo que impuso Rusia al pescado europeo”, destacó el medio de comunicación miembro de la Red de Diarios Económicos de América Latina.
Seneri Paludo, secretario de política agrícola de Brasil, señaló que el embargo de Rusia podría también permitir que Brasil exporte más maíz y soja al país. El país ruso tiene el potencial de ser un gran consumidor de materias primas, no solo de carne.
Ese gran entusiasmo en el sector agrícola latinoamericano provocó preocupación en Bruselas.
La atención en los potenciales ganadores de la guerra comercial de Europa con Rusia está mayormente focalizada en América Latina, pero Bielorrusia y Turquía también podrían beneficiarse.