Entrevista / Carlos Pérez García / ministro de hidrocarburos
"Situación de la refinería de Esmeraldas es crítica"
Mañana el presidente de la República, Lenín Moreno, recorrerá la Refinería de Esmeraldas en compañía del ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez. La presencia de las autoridades obedece a las fallas y accidentes reportados.
En diciembre próximo se cumplirán dos años de haber concluido la repotenciación de la planta, proceso que costó más de $ 2.200 millones y en torno al cual pesan denuncias de corrupción.
Con preocupación, Pérez explicó a EL TELÉGRAFO los problemas que presentan las instalaciones y maquinaria, lo cual ha motivado a programar paralizaciones para resolver los daños. El plan gubernamental es evitar una paralización completa de la Refinería, que operaría en condiciones riesgosas.
¿Cuál es la situación de la Refinería de Esmeraldas?
Es crítica. Hemos tenido algunas paralizaciones por problemas en áreas que fueron parte del proceso de repotenciación, como la Unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado (FCC) y la parte de generación.
La semana pasada se paró la Refinería por varios días. Recién hoy (jueves) terminaron de arrancar de nuevo, desde el sábado. Eso fue causado por el incendio del generador, provocado por un sobrecalentamiento.
Lo que me preocupa es que el sistema de generación fue parte del proceso de repotenciación de la Refinería.
Son situaciones complejas. La unidad de craqueo tiene menos de 2 años operando y tenemos problemas serios de fuga de temperatura hacia el exterior. La unidad trabaja con temperaturas internas de 600 a 700 grados centígrados y al exterior debe llegar máximo a 200 grados. Hay zonas o puntos rojos donde tenemos temperaturas por encima de los 400 grados. Es peligroso porque puede causar un accidente serio.
Se está enfriando la unidad a través de vapor, para mantener controlados esos puntos calientes, pero no es la forma adecuada.
¿Hay peligro de que la Refinería quede paralizada por completo?
Por supuesto. Solo por el hecho de no tener energía continua se para la Refinería. Si tenemos un accidente con la Unidad FCC es una paralización extendida.
Parar la Refinería tiene un costo de alrededor de $ 1,4 millones diarios, con el consecuente problema de causar un desabastecimiento de combustibles o, para evitarlo, tener que importar mayor cantidad de combustibles, lo que significa más salida de divisas.
¿Qué está haciendo el Ministerio?
Un levantamiento completo de la Refinería. Tiene problemas serios. Otro problema es la parte de tanquería porque no se terminaron de ejecutar los contratos de reparación y construcción de tanques. Faltan tanques para crudo, combustibles y derivados.
Estamos tomando acciones para evitar que se pare la Refinería.
El costo total de la intervención, incluida la repotenciación, más el mantenimiento costó $ 2.200 millones. Entre $ 1.000 y $ 1.200 millones se destinaron a la repotenciación y $ 1.100 millones más al mantenimiento.
Fue una inversión muy grande para tener un sistema que no está funcionando como debe.
¿Se ha determinado a los responsables de ese proceso?
Ya se han judicializado algunos casos. Para tratar de resolver esto hay empresas a las cuales no se les está cancelando las deudas que tiene la Refinería. No se les ha devuelto garantías.
Tengo dudas muy grandes de qué fue lo que se hizo. Las unidades de azufre, por ejemplo, no están operativas.
En julio, usted afirmó que gracias a la planta de Esmeraldas la refinación subió 28,4%. ¿Cómo entender esto con la situación que acaba de describir?
La Refinería está operando, pero no lo hace bajo las mejores condiciones. Está produciendo los 110.000 barriles diarios de procesamiento, pero las paralizaciones que acontecen no son adecuadas.
Tenemos un compromiso de producir combustibles Euro 3, mejorar el octanaje de la Refinería. Eso no se está dando. Seguimos importando naftas para mejorar la calidad de los productos.
Nunca se implementó una planta paralela que tome los productos de la Refinería y los lleve a un nuevo proceso para la entrega naftas con estándares Euro 3 o Euro 5.
Realmente me preocupa y el Presidente está al tanto. Por eso visitará la Refinería, para revisar qué es lo que está pasando y que los técnicos nos expliquen en qué se invirtió todo ese dinero. Estoy consciente de que hubo sobreprecios en la repotenciación.
Si hubo sobreprecios estamos hablando de corrupción...
Sí. Eso ya está en manos de la Contraloría y la Fiscalía. Petroecuador ha hecho las denuncias respectivas y estamos analizando cada uno de los contratos. Y hablamos con las empresas para tratar de arreglar la situación.
¿Qué información esperan para determinar la paralización?
Estamos programando las paralizaciones, pero queremos tener todos los repuestos, los contratos de mantenimiento y reparación listos. Eso nos está tomando tiempo porque ahora no estamos adjudicando contratos a dedo, interviene el Sercop, la Contraloría. Ya me reuní con las dos entidades pidiendo que se asignen recursos a la Refinería. Que se agiliten los trámites. No podemos esperar 3 o 6 meses.
¿Cuándo iniciarán con las paralizaciones programadas?
Este año. Solo estamos tratando de finalizar las aprobaciones de las compras públicas, proveedores, repuestos y piezas listas e inmediatamente empezamos. La paralización de la Unidad FCC será alrededor de 3 a 4 semanas. Hay que hacer cambios internos. Por eso es mi pedido al Sercop y a la Contraloría, de que nos ayuden agilitando todos estos trámites. También hay que parar la Unidad Hidrodesulfatadora. Requerimos de un repuesto que vale alrededor de $ 240 mil y toma 18 semanas para que la fabrica nos entregue.
¿A cuánto ascendería el costo de las paralizaciones?
Aún no tenemos el monto total. Estimo que solo para resolver asuntos de la Unidad FCC, la Unidad de Generación, la Unidad de la Hidrodesulfatadora, los sellos, deben estar por lo menos en $ 1 millón, solo en esa parte. En tanquería tenemos mucho por hacer. Estos procesos también están parados (...) porque hay juicios y objeciones en la Contraloría con los contratistas anteriores; no podemos intervenir hasta que no se hagan actas, y eso también nos tiene frenados. Es una cadena de cosas por un proyecto mal ejecutado. (I)