Cinco mil agricultores se benefician con nuevas variedades del tubérculo
La papa representa el 7% de la canasta básica familiar nacional
Melania Bastidas integra el grupo de productores de papa de San Isidro, población ubicada en la parroquia Mulaló, cantón Latacunga, provincia de Cotopaxi.
Este grupo de productores trabaja con semilla certificada de papa proporcionada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), a través de su entidad adscrita, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap).
El Instituto —comentó Bastidas— les ha proporcionado semilla de papa de las variedades Iniap-Victoria e Iniap-Natividad. La primera rinde entre 7 y 8 toneladas por hectárea (ha), mientras que la segunda produce de 8 a 12 toneladas por hectárea.
“Anteriormente no contábamos con una institución que, además de entregarnos semilla, también nos capacite sobre el modo adecuado para cultivar la papa”, dijo la productora.
Bastidas indicó que a partir del apoyo dado por el Iniap para el desarrollo de semillas de calidad, ha renacido la confianza en el cultivo del tubérculo. Consideró que la producción obtenida con las variedades Iniap-Victoria e Iniap-Natividad fue buena.
Añadió que antes, la producción por cada hectárea de papa sembrada era aproximadamente de 8 a 10 quintales, pero —puntualizó— el uso de agroquímicos era elevado.
Bastidas expresó que las semillas de papa local presentan muchas enfermedades como “la lancha”, y aclaró que a partir del uso de las variedades mencionadas, la producción se incrementó de 18 a 25 quintales por cada hectárea de siembra, reduciendo considerablemente el número de controles agroquímicos.
A través de la Dirección de Transferencia de Tecnología y de las Unidades de Desarrollo Tecnológico, el Iniap establece parcelas de validación para transferir y difundir las tecnologías desarrolladas.
Precisamente, difundir y multiplicar las variedades de papa Iniap, por sus cualidades agronómicas y nutricionales, fue uno de los objetivos que ahora el Instituto cumplió con el apoyo de los productores, quienes ven en ella, una alternativa de producción junto con las variedades potencialmente comerciales.
Los trabajos se desarrollan en las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar y Azuay, y benefician directamente a un grupo aproximado de 5 mil productores.
Las nuevas variedades de papa son resistentes a enfermedades y tienen altos rendimientos, además de que proporcionan al organismo energía, vitamina C, ácido fólico, hierro y magnesio.
Según Fabián Montesdeoca, exfuncionario del Iniap, la semilla es el factor fundamental para garantizar la calidad y la productividad del cultivo de papa; una semilla de mala calidad (sin condiciones sanitarias, físicas y fisiológicas adecuadas), producirá bajos rendimientos, y corre el riesgo de diseminar involuntariamente, plagas y enfermedades.
José Guilcaso, presidente del Comité Barrial Bellavista, ubicado en el cantón Salcedo, parroquia San Miguel, de la provincia de Cotopaxi, destacó que gracias a las enseñanzas impartidas por técnicos del Instituto, los 150 socios de la organización aprendieron que el uso de semilla de buena calidad, permite obtener cultivos sanos y fuertes.
Guilcaso explicó que en ciertas épocas no se obtenía cosecha, ya que la parcela se perdía debido a la presencia de “la lancha” o de las heladas, pero precisó que desde que utiliza la semilla del Iniap, cosecha entre 19 y 25 quintales por cada hectárea de siembra y que el número de controles agroquímicos se han reducido, puesto que las variedades que utiliza son más resistentes a enfermedades y soportan mejor las heladas y el granizo.
Para Carol Chehab, Subsecretaria de Comercialización del Magap, la papa representa el 7% de la canasta básica familiar nacional del país.
La funcionaria agregó que en la Sierra es el segundo cultivo más importante después del maíz, además de que el cultivo vincula a más de 82 mil productores, aun cuando la mayoría de ellos (75%) son pequeños productores con unidades de producción menores a 5 hectáreas.
Invernadero, otra alternativa
Juan Manuel Domínguez, director Ejecutivo del Iniap, dijo que otra alternativa que tiene el Gobierno para contar con semilla de calidad, es el invernadero automatizado construido por el Magap y administrado por el Instituto.
“En 2012, el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, inició la construcción de un invernadero con la tecnología necesaria que permite asegurar las condiciones ambientales óptimas para la producción de semilla de papa”, explicó.
El invernadero está construido en las instalaciones de la Facultad de Ingeniería Agronómica (Iasa) de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe), en Sangolquí, al este de Quito.
A partir de enero de 2015, el Iniap asumió la operación del invernadero para la producción de semilla de calidad, mediante la implementación de técnicas especializadas de producción, bajo condiciones ambientales controladas con estrictas normas técnicas y de calidad.
Domínguez dijo que el invernadero automatizado permite producir semilla de papa de categorías iniciales con los más altos estándares de calidad, con el fin de potenciar los campos de los productores dedicados a cultivar este rubro.
Agregó que para la obtención de semilla de categorías iniciales y la implementación de parcelas en campo de productores, se invirtió aproximadamente $ 500 mil.
Explicó que con las parcelas de validación y el invernadero, se busca superar las dificultades que ha enfrentado Ecuador para trabajar con semilla de calidad, ya que solo el 3% del total de productores de papa del país cultiva con semilla certificada. (I)