La minería responsable, motor de desarrollo de comunidades
La minería sustentable se convierte en un gran desafío para el Ecuador. El objetivo es lograr el tan anhelado desarrollo social y económico de las zonas de influencia, pero sin afectar al medio ambiente. Así lo aseguró el viceministro de Minas, Federico Auquilla, durante la Expo Mina 2012 que se realizó en Quito.
El vicepresidente de la empresa Kinross, Dominic Channer, indicó que esta nueva forma de hacer minería se caracterizaría por emplear una tecnología de punta, contaminar menos el ambiente, ir remediando constantemente, hacer un trabajo de participación ciudadana, “donde los habitantes de las zonas mineras se conviertan en auditores de la explotación de los yacimientos, que exista un relacionamiento directo entre empresas mineras y comunidad, empresas y gobierno y éste con la comunidad”.
Criterio con el que coincidió el viceministro de Chile, Pablo Wagner, quien dijo que el éxito de este trabajo para sacar a las poblaciones de la pobreza tiene tres factores básicos y fundamentales de la gestión pública: fiscalización, regularización y capacitación. Hechos que tienen que ver con una legislación clara y transparente como medidas en seguridad minera y nueva institucionalidad, que traiga consigo la cultura de seguridad, menos accidentes y fatalidades, aseguró Wagner.
Al conocer de la experiencia chilena, Auquilla mencionó que “Ecuador está en el camino correcto, porque ya cuenta con una ley minera clara y con su respectivo reglamento, mismos que advierten que si no se cumple con las normas ambientales y se contamina la zona del yacimiento, automáticamente se termina el contrato de concesión”.
Si se toman en cuenta estos factores, se ayudaría a romper mitos que existen desde sectores ambientalistas y de los propios habitantes de las zonas donde antes se ha desarrollado actividad minera sin control, según expertos nacionales y extranjeros en el tema. Esto porque se empezaría a desarrollar una faena amigable con el ambiente de seguridad y de participación de las comunidades.
Así, los modelos de negocios pueden ser de distinta clase: públicos, privados o de capitales mixtos, acotó Wagner. Auquilla resaltó que “por cada 5 dólares que el Estado chileno recauda, 1 proviene de la minería”.
En la misma línea, Jorge Sanhueza, gerente de Medio Ambiente de la Corporación Nacional del Cobre, Chile (Codelco), manifestó que en su país este desarrollo sustentable ha llevado un proceso largo pero acertado, tomando en consideración “un avance simultáneo en la gestión ambiental con el uso de tecnologías limpias; económica en base a la eficiencia, la innovación; y social basado en la equidad, el respeto a la identidad cultural, desarrollo institucional y las mejores condiciones laborales, con seguridad social”.
Para que el desarrollo de esta actividad tenga éxito, según Sanhueza, es necesario que la empresa, sea pública, privada o de capital mixto, emplee prácticas éticas y responsables, respeto de los derechos humanos, sustentabilidad en la toma de decisiones, contribución al desarrollo social, producción limpia, mecanismos de información transparentes y promoción interna de compromisos.
En los 40 años desde su creación, Codelco generó excedentes por 84.000 millones de dólares. Con esta cifra en Chile se sostiene que la minería significa “desarrollo social”, porque existe “generación de empleos y consolidación de relaciones de colaboración entre empresa y trabajo, programas Buen Vecino y participación en el desarrollo local”, resaltó Sanhueza.
De su parte Guillerme Sales Lima, consultor legal de Angloamerican – Brasil, explicó que en su país la primera experiencia en la explotación minera no fue buena, a falta de la toma de políticas públicas inmediatas y claras, dónde se identificaron problemas como “aumento de la violencia urbana, alcoholismo y el consumo de drogas, la propagación de enfermedades de transmisión sexual, embarazo juvenil”; además resaltó que otro de los aspectos críticos fue el abandono de poblados de influencia minera, porque tenían aguas contaminadas y tierras poco fértiles o ya todas vendidas, y los lugareños no eran contratados para ejercer actividades mineras por falta de capacitación.
Situación que para el ministro de Recursos Naturales no Renovables, Wilson Pástor, en el Ecuador no podría suceder, ya que el Gobierno con su legislación ha dado el gran paso de proteger los intereses nacionales y de las comunidades de influencia.
“Viene la más alta tecnología, comparable a la que se utiliza en Canadá, Australia y EE.UU., de manera que no hay mejor minería que la que estamos hoy contratando”, aseguró Pástor.
Enfatizó que “sin minería no podríamos tener carreteras, porque la minería también es la metálica, no podríamos tener calizas, tejas, ladrillos, carros, no podríamos tener absolutamente nada, de manera que es una ridiculez el querer regresar al tiempo de las cavernas”.