La innovación se potencia en los proyectos rurales

Un estudio realizado este año por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) presentó su primer diagnóstico, el cual indica que en el Ecuador existen 1’273.392 jóvenes rurales cuyas edades fluctúan entre los 16 y 17 años (4,15%), de 18 a 24 (12,17%) y 24 a 29 (7,52%), de allí que ellos representan el 8% de la población total del país.

Según esta investigación, el 21,7% de las familias rurales tiene acceso a servicios básicos. Mientras que el desempleo dentro de la juventud rural llega al 10% y hasta el 75% entra dentro de la categoría de empleo inadecuado.

En ese sentido, Andrés Argüello, integrante del Grupo de Diálogo Rural–Ecuador (GRD) y representante del Observatorio de Pymes de la Universidad Andina Simón Bolívar, dice que dentro del ámbito rural, el emprendimiento “debe ser considerado desde varias aristas, distintas de la realidad urbana. Debe haber política pública que esté enfocada a apoyar al sector rural, de manera diferenciada”.

El apoyo con créditos para los emprendimientos rurales, que dejaron de enfocarse en lo agropecuario, es una de las preocupaciones que lleva al GDR a realizar pequeñas ruedas de negocios con estos jóvenes para conocer sus proyectos y analizar su sostenibilidad.

Una muestra de ello fue que, el pasado 27 de julio, un grupo de emprendedores se reunió con representantes de varios sectores involucrados en el tema, para exponer sus proyectos y analizar su viabilidad y sustentabilidad.

El proyecto ‘Piñón’

Una de las exponentes fue Viviana Bravo Ganchozo, de 30 años, quien forma parte del proyecto ‘Piñón’ para Galápagos, un biocombustible que se obtiene a base del piñón, que es el fruto de un arbusto que crece en zonas secas.

Bravo, quien trabaja en Chone, en el Instituto Interamericano de Cooperación Agronómica (IICA), indica que ellos les compran las cosechas de piñón a los dueños de propiedades.

Una vez que el piñón es procesado y transformado en biocombustible es enviado a la isla Floreana, en Galápagos, donde más de 120 familias lo usan para obtener energía eléctrica, a través de paneles solares.

Este proyecto recibió este año de parte de la Alianza para la Electrificación Rural, el premio ARE Award 2017, con la distinción ‘Mejor Proyecto fuera de la Red en la categoría de organización multilateral o internacional’.

A mediados de julio, los responsables del proyecto enviaron 20.000 toneladas de este biocombustible al archipiélago. Según Bravo, la propuesta se está potenciando para la isla Isabela.

El fruto de piñón es procesado hasta obtener el aceite y convertirlo en biocombustible. Este proyecto se ejecuta en Manabí desde 2012.

La cafetería del tren

Mientras que Maribel Pinela Vargas, de 23 años, oriunda de Yaguachi, provee de desayunos típicos, desde diciembre de 2015, a los turistas nacionales y extranjeros que abordan el tren.

Los viernes, sábados y domingos, de 08:50 a 12:00, Café del Tren, ubicado en la estación del ferrocarril, atiende, a través de Maribel y el resto de su familia, a cerca de 140 turistas que toman su primer alimento del día en su negocio.

Ellos degustan bolones, tortillas de verde, muchines, empanadas, bollos, hayacas o dulces. A esta emprendedora los representantes de Ferrocarriles de Ecuador le propusieron que concursara para que administrara la cafetería y ganó.

Ella es chef y se siente feliz con lo que hace porque “en Yaguachi hay pocos emprendimientos jóvenes”.

Un sendero ecológico

Édison Mero Aragundi y Joselyn Demera Delgado, de 22 y 24 años, respectivamente, forman parte del grupo Unidad de Desarrollo de la Comunidad Gilces (UDC), en Manabí, que impulsa el proyecto de un sendero ecológico, cuya idea surgió este año.

El sendero, de 250 metros, se ejecuta dentro del manglar del sector La Boca de las Gilces (Crucita), Manabí, y se estima que su total construcción requerirá de $ 20.000. (I)

Esta proyección muestra cómo quedará el sendero ecológico cuando concluya su construcción dentro del manglar. La obra no alterará el ecosistema.

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Punto de vista

“El 40% del empleo rural son emprendimientos”

Para Ney Barrionuevo, director del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp), el 60% del empleo rural es agrícola, pero el 40% restante son actividades de emprendimientos que representan el 50% de ingresos. Muchos de estos proyectos están en manos de jóvenes, de los cuales la mayoría se halla en situación de subempleo.

“Los jóvenes emprendedores se enfrentan con problemas de acceso al mercado, innovación tecnológica, financiamiento, asesoría técnica para el diseño de este tipo de emprendimientos; necesitan capacitación, es decir, tienen una serie de necesidades”.

Entre estos proyectos -menciona- se destacan las tiendas de distribución de diversos productos en el campo, la gastronomía popular desde los ‘agachaditos’ hasta restaurantes, el turismo ecológico, comunitario, étnico, cultural, el agroturismo, la venta de artesanías y de productos con identidad cultural territorial. Cita como ejemplo la sal prieta de Manabí, el licor de mora, el chocolate con cacao fino de aroma.

Cada año, según Barrionuevo, el Rimisp organiza el concurso ‘Sabores y delicias de Ecuador’, donde se inscriben 160 emprendimientos en alimentos innovadores con identidad cultural territorial. Cita, por ejemplo, las compotas de quinua, chifles con sabor a sal prieta, quesos de chocho, aguardientes de mora y hierbas.

“A nivel nacional, ideas a los jóvenes no les faltan, ni ganas tampoco; lo que necesitan es apoyo de políticas públicas”. En ese sentido, el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) ayuda a los jóvenes emprendedores acercándolos a ONG, al sector público, a la cooperación internacional, “con la idea de diseñar un proyecto que sirva a una amplia gama de emprendedores...”. (I)

Ney Barrionuevo
Director
Rimisp y secretario técnico de GDR