La economía tiene como eje la redistribución

Si aplicamos el criterio de jerarquización frente a las acciones estatales adoptadas en los últimos 8 años encontramos 3 tipos de políticas.

En primer lugar un núcleo duro de la política económica alrededor de un doble objetivo: garantizar un relativo alto crecimiento económico apalancado con una fuerte inversión pública y, por otro lado, un fuerte proceso redistributivo social, incluyendo varias reformas importantes en el mercado laboral.

En segundo lugar, un nivel complementario que recoge las medidas que han tenido como propósito final el sostenimiento del modelo de crecimiento distribuidor, a través de la sustitución de importaciones, la protección de la industria nacional y la descentralización territorial.

Y en tercer lugar tenemos una perspectiva todavía limitada sobre la economía popular y solidaria, la soberanía alimentaria y las políticas ambientales.

Si bien existen varios cambios socioeconómicos, el principal resultado se refleja en el crecimiento económico  distributivo.

La dinámica económica instaurada desde 2007 presenta unas particularidades especiales que han permitido romper con la desigualdad social y la inestabilidad de precios, lo que hasta hace 8 años era característico del sistema económico ecuatoriano.

También hemos sido testigos de un relativo mejor desempeño de los sectores no petroleros en comparación con el petrolero.

Al revisar los índices podemos concluir que en el país predomina una visión neodesarrollista, a partir de conceptos neoestructuralistas que ponen al margen tanto la reducción o supresión del actual extractivismo como también el impulso de nuevas formas productivas alternativas, lo que implica un crecimiento económico que favorece a los grandes segmentos de la sociedad.