La crisis golpeará al petróleo, las remesas y las exportaciones
El Dow Jones perdió cinco puntos. Standard and Poors rebajó la calificación de la deuda de Estados Unidos. El índice Euro-Stoxx 50 se desplomó. La Reserva Federal norteamericana mantuvo los tipos de intereses. Esos han sido los titulares de los periódicos financieros del mundo durante los últimos días. Pero, más allá de las noticias, ¿qué significan esas frases? y lo más importante aún, ¿cómo afectan al Ecuador?
La situación se resume de la siguiente forma: estas turbulencias económicas son las consecuencias de la crisis financiera que se registró en 2008 con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.
Los inversionistas, que son quienes depositan cantidades de dinero en los mercados bursátiles, temen ahora que la débil recuperación económica quede en nada debido, básicamente, a un nuevo factor: la crisis de la deuda en el Primer Mundo. Los países desarrollados, que han financiado su estilo de vida a base del endeudamiento, han llegado a un punto extremo. China habló el fin de semana pasado de una “adicción de Estados Unidos a la deuda”.
Ahora estas naciones ya no tienen dinero para seguir pagando por lo que son necesarios millonarios rescates. Es aquí donde interviene la cuestión política.
Los líderes mundiales no se ponen de acuerdo en cómo actuar, lo que crea más nerviosismo y a esto se suma la pugna en Estados Unidos entre republicanos y demócratas. Los “brotes verdes” en la economía de los que habló Barack Obama en 2010 parecen desaparecer ante los fuertes vientos que, muchos dicen, son el presagio de una tormenta.
Todos los países, pobres y ricos, de alguna forma se afectarán. En Ecuador la situación se enfoca en tres ejes. El primordial, indudablemente, es el precio del barril de petróleo.
Fuentes cercanas a este periódico confirmaron que esa es la principal preocupación en Carondelet. Los vaivenes delcosto de crudo se siguen muy de cerca en el Gobierno.
Y es que en el 2008, cuando las economías europeas y norteamericanas cayeron en recesión, el barril llegó a los 30 dólares, lo que causó problemas de financiamiento al presupuesto del Estado.
El año inició con un precio del hidrocarburo superior a los 100 dólares y en esta última semana bajó a 79. El presupuesto de este año está calculado en un valor de 73 dólares.
Si ese precio se reduce aún más habrá problemas, reconoce Marco Calvopiña, gerente de Petroecuador. Sin embargo, el excedente que se ha registrado a lo largo del año favorecería al Gobierno, por lo que tampoco se verían afectados los compromisos con China.
El problema se basa en el presupuesto del siguiente año, el de 2012. Aún no existe una pro forma oficial, pero el Ejecutivo confiaba en un crudo por encima de los 80 dólares y las turbulencias económicas obligarían a repensar las cosas.
Xavier Ordeñana, profesor de Finanzas Internacionales de la Espae-Espol, asegura que la situación se agravará si la peor proyección se hace realidad: una recesión económica en los países desarrollados.
Si esto ocurre, las economías se desacelerarán, producirán menos, por lo que necesitarán menos materias primas, una de estas el petróleo, lo que conllevaría a reducir su precio. Pero Ordeñana aclara que “eso aún es una posibilidad y por el momento no existe una recesión, sino más bien turbulencias”.
Las divisas
La principal fuente de divisas del país efectivamente es la venta de petróleo. La segunda son las remesas de los migrantes. Estos dos rubros se han convertido desde el 2000 en las piedras angulares sobre las que se sostiene la dolarización.
Los envíos de dinero desde el exterior aún no recuperan los niveles en los que estaban antes de la crisis de 2008. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), las remesas a inicios de ese año eran de 759,6 millones de dólares. En 2009 esa cifra se redujo a 554,5 millones y en el primer trimestre de este año fueron de 605,5 millones.
Esta fuente de divisas empieza a recuperarse, pero las altas tasas de desempleo en Europa y Estados Unidos, especialmente en España, truncarían la mejora.
La encuesta de condiciones de vida de 2006, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), señala que, de los más de 3,3 millones de hogares que tiene el país, 507.801 reciben una ayuda económica de algún familiar que vive en el exterior.
Según el mismo documento, el 50,3% de las remesas proviene de España, donde el desempleo alcanza ya el 20%. Estados Unidos representa el origen del 34% de los envíos, mientras que de Italia, otro país golpeado severamente por la crisis, procede el 8,8%.
Las exportaciones
Así las cosas, hay un tercer sector afectado: las exportaciones. Aunque la crisis parecía primero centrarse exclusivamente en Europa pronto aterrizó en Estados Unidos. Si en este último país la situación se complica, el dólar, irremediablemente, se devaluará frente al euro.
El propio presidente Rafael Correa pronosticó este escenario en una entrevista concedida el 3 de agosto a RTS. Allí explicó que esta medida favorecería al país. ¿Cómo? Porque cuando se devalúa el dólar este pierde fortaleza ante el euro, es decir, un euro vale más dólares. De esta forma los productos ecuatorianos serían más baratos en la Unión Europea, segundo socio comercial de Ecuador.
Esto en un primer momento, pero luego las cosas no serían positivas. En el mundo económico se califica a los países de América Latina como vendedores de “comodities”. Esta palabra inglesa se refiere a las materias primas. El petróleo, gas y cobre, por ejemplo, forman parte de este grupo. Pero también otros productos, como el café, camarón, flores, banano o cacao, porque no atraviesan por un proceso de industrialización.
Históricamente se sabe que cuando los países desarrollados caen en recesión, sencillamente sus habitantes dejan de consumir, de comprar esos “comodities” que podrían entenderse como “lujos” o, más bien, elementos no imprescindibles. “La economía se contrae y la gente deja de comprar”, ratifica Eduardo Peña, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG).
El dirigente empresarial describe el panorama: si las ventas caen, los ingresos también y a fin de mes no habrá como pagar a los empleados, lo que causaría despidos que se traducen, obviamente, en aumento de desempleo. Y así, la crisis económica que se origina en Estados Unidos termina afectando a Ecuador.
Según el censo económico efectuado en 2009 y cuyos resultados se publicaron hace un mes, 2.280 establecimientos tienen a su principal cliente en el extranjero, es decir: exportan.
Para Peña, la situación se agrava primero por la no renovación de las preferencias arancelarias de EE.UU. y segundo, porque Ecuador no tiene tratados comerciales con ese país y Europa como sí lo han firmado Colombia y Perú, que para él, son nuestros principales competidores.
Ordeñana va más allá y cree que es necesario diversificar los mercados, pero, aclara, si la crisis es generalizada, escapar de ella será imposible. Pese a esto es optimista y opina que prever una recesión aún es prematuro. Es optimista: “Creo que los mercados se estabilizarán”.