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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Intensa actividad comercial se vive en bahías y almacenes

La intensidad de los  rayos solares  ayer en Guayaquil no fue obstáculo para que miles de ciudadanos se volcaran a  la tradicional Bahía y los malls a realizar las compras para las fiestas de Navidad y fin de año.

La mayoría de personas que laboran bajo dependencia cobró el decimotercer sueldo esta semana, lo que reactivó el comercio desde ayer, según los pequeños comerciantes de la Bahía de Guayaquil.

Desde inicios de semana el ambiente en la Bahía cambió. Los propietarios de locales comerciales decidieron colocar todo el stock de prendas de vestir en sus perchas. La respuesta de los demandantes fue positiva, pues ahora  las calles, peatonales y los pasajes  del sector lucen copadas con miles de personas que pugnan por comprar de acuerdo a su presupuesto.

Faltan 16 días para celebrar la Nochebuena y las personas se apuran a comprar la ropa que utilizarán ese día. Las quejas por lo elevados precios es lo característico. Las personas regatean, preguntan y al final deciden comprar.

Lorena Suárez, vendedora del pasaje Huayna Cápac, dijo que este es el mejor mes de año y que ya hay empresas que han pagado el décimo a sus empleados. Indicó que diciembre y abril son las mejores fechas para el comercio en todos los locales, no solo de la Bahía, porque las personas buscan toda clase de  artículos para obsequiar, como celulares, electrodomésticos,  vehículos, cuadros, entre otros.

Sin embargo, la demanda también conlleva el incremento de los precios. Este diario constató  que varios usuarios se quejaban por los valores de los artículos que buscaban adquirir, en especial de las prendas de vestir. Roberta Pino, ama de casa, quien  acudió al sector  del Divino Niño, en  la Bahía, se mostró indignada ya que por un vestido le pidieron 80 dólares.

“Es ilógico que esta misma ropa que ya la había observado hace dos semanas ahora valga casi el doble. Hace un momento me encontré con la sorpresa de que ya no costaba 50 dólares, sino 80. Le reclame al dueño de la boutique, pero solo me contestó que no era precio fijo. ¡Qué conchudo! ¿A quién podemos reclamar por esto?”.
Vilma Jaramillo, oriunda de Lomas de Sargentillo, llegó a Guayaquil para comprar ropa y luego venderla bajo pedido en su pequeño cantón de la provincia del Guayas.

Comentó que pidió tres pares de zapatos para niñas y que, pese a  insistir  por una rebaja,  el precio final que le daban era de  30 dólares por los tres, lo cual no le convenía.

“Lo máximo que puedo pedir a mis clientes es 10 dólares por cada par. Si les llego a subir un dólar no me pagan. Seguiré buscando algo  más económico, pero veo difícil encontrar más barato”.

Similar situación pasó Alberto Tutivén, morador del suburbio oeste, quien acudió con su familia a comprarles zapatos, pero se encontró con que los costos se incrementaron de manera inusual.

En la ciudad de Quito la demanda por adquirir prendas de vestir y artículos para las fiestas de Navidad  y fin de año también se la vive desde esta semana. Los centros comerciales del ahorro del sector de  Ipiales, ubicados dentro del Centro Histórico, lucieron ayer repletos  de ciudadanos que pugnaban por adquirir en su mayoría vestidos y ropa para niños.

Tanto en Guayaquil como en Quito las calles cercanas a las bahías y centros comerciales tuvieron una mayor afluencia de vehículos y el tráfico vehicular fue intenso.

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