Iniciativa transforma a las tiendas rurales en farmacias
Las farmacias no son comunes en las zonas rurales del país, ya que las tiendas, en su mayoría, son las que venden productos farmacéuticos, pero solamente medicamentos para curar heridas menores o aliviar un dolor de cabeza.
Por ello, desde hace varios meses, Mercedes Calderón, quien tiene una farmacia en el cantón Guano, en Chimborazo, decidió invertir en su negocio y proveerse de varios medicamentos para abastecer la demanda de la zona.
Calderón es una de las beneficiadas del proyecto de negocios inclusivos que lleva adelante la cadena farmacéutica Farmaenlace. “Antes no tenía muchos medicamentos, solo unos cuantos, venían con recetas de todo tipo. Ahora tengo un stock más surtido y, además, ofrezco servicios de salud a los clientes. Poco a poco ha mejorado mis ingresos y además se ha generado fuentes de trabajo”, resaltó la microempresaria.
Cientos de farmacéuticos de la Sierra Central, desde este año, participan en un proyecto piloto para mejorar sus ingresos y, por ende, sus condiciones de vida. Las pequeñas farmacias son de las zonas rurales de Chimborazo y Tungurahua.
Farmaenlace, empresa destinada a la comercialización de productos para la salud, incluyó dentro de su cadena de valor a nuevos clientes y socios del sector rural que representa el 40% de la población ecuatoriana. Esta estrategia comercial se da a través del proyecto Negocios Inclusivos, cuya inversión es de más de 212.000 dólares.
Pulina Pilicita, gerenta de calidad y productividad de Farmaenlace, señaló que el ingreso de la empresa al sector rural se realizará bajo la marca Farmacias Económicas y empleará dos modalidades: Ingreso de socios por medio del formato de franquicias; y la inclusión de clientes mediante beneficios y facilidades para acceder a los servicios de salud.
La gerenta también explicó que este negocio cuenta con la asesoría y cofinanciamiento del Programa Regional de Negocios Inclusivos “Ganamos Todos”, de la alianza SNV-BID Fomin. Farmaenlace trabajará con pequeñas farmacias bajo el formato de franquicias en las dos provincias.
“Para conocer la aceptación de este modelo visitamos varios cantones donde planteamos la posibilidad de ser socios locales a los propietarios de farmacias. De esa experiencia concluimos que el 90% desea formar parte de esta modalidad de franquicias ya que les permitiría mejorar sus ingresos y, por ende, su calidad de vida”, destacó Pilicita.
De su parte, Lissy Vélez, coordinadora de la alianza SNV-BID Fomin, manifestó que la otra oportunidad que presenta el negocio inclusivo de Farmaenlace son los clientes rurales, en la cual se beneficiará a 2.000 pobladores de Tungurahua, socios de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Chibuleo.
Ellos tendrán un 30% de descuento en los productos que compren en los 10 puntos de venta ubicados en la provincia.
A lo que se agregan las atenciones médicas gratuitas dirigidas a los socios y a sus familiares directos, ampliándose el radio de atención a unas 12.000 personas.
“El Negocio Inclusivo logra que empresa y comunidad obtengan beneficios mutuos, ya que Farmaenlace amplía su cobertura y presencia en zonas rurales de la Sierra, mientras que la población se beneficia de productos y servicios de salud de calidad, así como los microempresarios farmacéuticos tienen la posibilidad de avizorar nuevas oportunidades”, aseveró Vélez.