La inflación llegó al 8,6% en Argentina durante el primer bimestre de 2016, según el índice que difunde el Congreso, y al 8,3%, según la comuna de Buenos Aires, cálculos que reemplazan a los del estatal Indec, suspendidos hasta nuevo aviso.

El llamado Índice Congreso es un promedio de lo que estiman las consultoras económicas privadas. Los datos de Buenos Aires son los que recomienda observar el gobierno federal, mientra dure la normalización del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En la medición de febrero, las consultoras calcularon un aumento de precios minoristas de 4,8%, en tanto que para el Instituto de la capital argentina el incremento llegó a 4,0%.

Según la entidad comunal, el precio de la carne trepó un 25,5% y las frutas se dispararon un 40,5% en los últimos cuatro meses.

La oposición al gobierno de una alianza de centroderecha del presidente Mauricio Macri sostiene que la escalada se produjo por la devaluación de más de 35% acumulada desde su asunción en diciembre.

En cambio, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, dijo el jueves en Santiago de Chile que la inflación convergería a un 1% mensual en el segundo semestre.

A comienzos de año había calculado un índice anual entre 20% y 25%, para tomarlo como referencia para los aumentos salariales pactados entre sindicatos y empresas, pero las consultoras ya han elevado sus pronósticos por encima del 35% para 2016.

La inflación, según los institutos privados, superó el 30% en 2015. El Indec estuvo bajo sospecha de manipulación de estadísticas durante los gobiernos de la predecesora Cristina Kirchner (2007-2015).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) amonestó al país a raíz de aquellas denuncias, pero a partir de 2013 el gobierno inició una colaboración técnica con el organismo. (I)