Industriales piden reformar el reglamento de etiquetado
El sector industrial del país plantea la necesidad de que las autoridades gubernamentales (los ministerios de Salud y Coordinador de la Producción) analicen la posibilidad de reformar el Reglamento Sanitario de Etiquetado de Alimentos Procesados de Consumo Humano, según lo indicó el director jurídico de la Cámara de Industrias y Producción, Javier Sisa.
El dirigente gremial, tras recalcar que comparten la preocupación que tiene el Gobierno sobre la salud de los ecuatorianos, dijo que no comparten la forma en que “esta preocupación o campaña por combatir ciertos efectos nocivos en la salud se está dando, particularmente en el tema del etiquetado, ya que no están de acuerdo con la representación gráfica con los colores similares a un semáforo”.
Explicó que no están de acuerdo con este sistema porque no cumple el objetivo prioritario de la Constitución, que determina que se debe informar al consumidor respecto al contenido de estos productos para que pueda tener una decisión libre y plenamente informada sobre la ingesta diaria.
Indicó que, por ejemplo, si un consumidor toma un chocolate y ve la etiqueta roja que refiere que es alto en azúcar, lo dejará, porque le podrá hacer daño; pero lo que no se dice “es que un solo chocolate no le hará daño, que el daño será sí consume en exceso ese producto”, dijo.
Manifestó que si se quiere dar una verdadera información sobre el producto, se debe indicar cuánto de azúcar, en el caso del chocolate, contiene, para que el ciudadano determine cuánto puede comer.
Javier Sisa acotó que durante los 3 años de debate sobre este tema, se les planteó a las autoridades algunas alternativas, las cuales no se acogieron. Sin embargo, consideró que se puede solucionar el tema con una reforma y una buena campaña de información al respecto.
El reglamento establece que la industria de alimentos tendrá que hacer el cambio de etiquetado en un plazo de 6 meses, a partir de la fecha de expedición del mismo. Sin embargo, se fija un período de 6 meses más, en el que podrán circular, de manera paralela, los productos que hayan estado en bodega sin la nueva etiqueta, con el objetivo de terminar el inventario con el que actualmente cuentan.
