Vehículos importados ganan pista a la industria nacional
El mercado automotriz del país atraviesa por dos panoramas totalmente diferentes. Por un lado, la llegada de autos importados dinamiza las ventas; mientras que la industria nacional pierde participación.
De acuerdo con la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), entre enero y abril de este año, la participación de autos importados llegó al 71%, cuando en el mismo periodo de 2017 era del 65,1%. Mientras que la participación de vehículos ensamblados en el país decreció del 34,9% al 29% en igual lapso de tiempo.
Expectativas para unos empresarios y preocupación para otros, es la situación que se dibuja en el escenario a corto y mediano plazo, pues los factores en ambos panoramas descritos dan cuenta de que las tendencias continuarán, es decir: crecimiento para la importación y decrecimiento para la producción.
Las importaciones se aceleran
La venta en general de vehículos se encuentra en una etapa de recuperación y estabilización. Durante 2017 fueron vendidas 105.077 unidades, mientras que en 2016 se comercializaron 63.555, es decir, 41.522 autos menos.
Sin embargo, para Genaro Baldeón, presidente de la Aeade, el crecimiento aún no llega al nivel óptimo alcanzado en 2011, cuando se comercializaron 141.154 automotores.
La generación de empleo también mide el pulso del sector. En 2016, cuando la economía ecuatoriana entró en recesión, 56.801 personas estaban empleadas dentro de esta industria; mientras que en 2017, la cifra ascendió a 60.000.
Por otra parte, la recaudación tributaria en 2016 fue de $ 895 millones y el año pasado se ubicó en $ 1.238 millones.
Entonces ¿cuál es el problema? la industria nacional pierde terreno frente a los autos de origen extranjero. Si bien su volumen de ventas se mantiene estable, su participación y su producción han disminuido poco a poco desde el año pasado.
Las cifras del primer cuatrimestre de este año son más evidentes. De las 43.756 unidades vendidas, 29.780 fueron importadas, es decir el 68,1%.
Los acuerdos comerciales impulsan el ingreso de autos extranjeros. Por ejemplo, los vehículos adquiridos desde Colombia que ingresan al Ecuador con 0% de aranceles ocupan el 11,2% del mercado. El primer cuatrimestre de 2018 se comercializaron 4.476 unidades, 2.419 más que en el mismo periodo del año pasado.
Por otra parte, gracias al acuerdo con la Unión Europea (UE), vigente desde el 1 de enero de 2017, los vehículos provenientes de este bloque también registran un considerable crecimiento y se espera que esta tendencia continúe por la paulatina reducción de aranceles que hasta 2023 será de 0%.
Entre enero y abril de 2018 fueron vendidas 2.779 unidades de origen europeo, alcanzando una participación en el mercado de 6,4%, mientras que durante el mismo periodo del año anterior se comercializaron 658 vehículos, con una participación del 2,5% en el mercado.
Diego Galindo, gerente comercial de Álvarez-Barba SA que representa a los grupos BMW, Mini y Porsche, resaltó que a partir de 2017, las casas comerciales del país se apalancaron de los incentivos de los acuerdos comerciales para aumentar su portafolio y traer nuevos modelos con precios más competitivos.
En caso de BMW, Galindo indicó modelos como el 318 que tiene un precio de $ 49.990 y el 320 con un valor de $ 59.990, ambos tienen incluidos ya el Impuesto al Valor Agregado (IVA), han tenido una reducción superior al 20% en relación con los costos de hace dos años.
Según cifras de Aeade, el 65% de vehículos que ingresan desde la UE se comercializan a menos de $ 30.000; el 23% se oferta entre $ 30.00 y $ 60.000; mientras que solo el 11% supera los $ 60.000. En este año 15 nuevos modelos de unidades del bloque europeo ingresaron en el mercado ecuatoriano.
Pero los autos de origen europeo y los colombianos no son los únicos que entran con fuerza al país. El resto del pastel se reparte entre vehículos que vienen de Corea (15%), China (9%), México (7%), Japón (7%), Tailandia (3%) e India (3%).
La industria nacional va en reversa en el mercado
En el otro lado de la moneda se encuentra la industria local que asegura acercarse poco a poco a un abismo, principalmente por la falta de una política pública que le permita competir en igualdad de condiciones.
Las cifras de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae) evidencian que la participación en el mercado de vehículos ensamblados en el país pasó de 55,7% en enero de 2015 a 34,6% en el mismo mes de 2018, es decir una reducción de más de 21 puntos porcentuales.
El desplazamiento se da por la entrada de unidades importadas con 0% de aranceles o con preferencias por los acuerdos comerciales vigentes cuando las ensambladoras sí cancelan impuestos.
Considerando únicamente el mes de enero, el porcentaje dentro del portafolio de unidades ensambladas en Ecuador por General Motors bajó de 82% en 2015 a 68% en 2018; mientras que KIA, redujo su portafolio de vehículos armados en el país durante el mismo periodo, de 75% a 27%.
David Molina, director ejecutivo de Cinae, aseguró que la situación es el resultado de la ausencia, desde hace seis años, de una política pública que regule a la industria.
Molina explicó que los tributos por la importación de las partes para ensamblar los vehículos, es decir el CKD, equivalen al 15% en aranceles, lo que encarece los precios de los autos.
Señaló también que, como resultado del proceso de diálogo impulsado por el actual gobierno, se firmó un acuerdo ministerial para regular el ensamblaje en el país. Allí se exige que los vehículos armados en Ecuador contengan el 19% de partes fabricadas localmente.
Además se elaboró una tabla arancelaria inversa al contenido local que permite una reducción del arancel a las autopartes importadas, en la medida en que el componente nacional aumente. Sin embargo esta tabla no fue discutida en el pleno del Comité de Comercio Exterior (Comex) y sin su resolución oficial la industria ensambladora pierde competitividad ante las importadoras.
Cinae considera que la aplicación de la tabla arancelaria como política automotriz podría generar en el sector la recuperación de al menos 2.000 empleos y una inversión de aproximadamente $ 130 millones entre 2018 y 2022, por parte de las compañías ensambladoras.
Por el contrario, de no escuchar las advertencias que el gremio realiza, se estima que la participación local de la industria podría caer del 29% en 2018 al 19,1% en 2021, con la consecuente quiebra de empresas y desempleo, por lo que los industriales exigen una política productiva a favor del sector.
Los empresarios esperan que el nuevo ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, resuelva esta situación que afecta a todos. (I)