Tras siete meses de emergencia sanitaria, reactivarse es una necesidad para muchas familias, pero la recuperación económica es un proceso que lleva tiempo y requiere de la participación de todos los actores involucrados. De los ciudadanos, que deben mantener con rigurosidad las medidas de protección para evitar contagios, de quienes hacen política pública y de los sectores productivos.

Juan Carlos Díaz-Granados, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil, explica que esta sinergia se cumple en su ciudad, buscando que se genere un entorno atractivo para nuevas inversiones. El siguiente paso es que la ciudad pueda operar las 24 horas.

Tal como sucede en varias ciudades del mundo, la urbe porteña buscaría con esta amplitud de horarios evitar las aglomeraciones en los puntos de atención al cliente y por otro lado, incrementar la productividad. Díaz-Granados puso en números esta alternativa: “Esto significaría alrededor de $ 100 millones más en facturación, en Guayaquil existen cerca de 21 mil negocios que pueden beneficiarse porque les representaría un crecimiento con mayor facturación que se traduciría en más posibilidades de generar empleos”.

Desde Quito, la concejal Analía Ledesma considera a este, otro ejemplo positivo y digno de replicar. De hecho recordó que hace un año, ella misma, presentó a la administración municipal una propuesta similar enmarcada en el proyecto Enamórate de Quito; la ciudad está lejos de concretar algo así, dijo, porque el Alcalde no se deja ayudar: “Las autoridades se encuentran en un letargo, una especie de negligencia y con esta nueva normalidad, los negocios deben reactivarse, pero si todo termina tan pronto, esto no es posible”.

La edil no descarta volver a presentar la iniciativa, aunque por ahora cree que es prioritario darle solución a temas como la inseguridad y la movilidad, que todavía generan discrepancias y dificultan el progreso de la capital. (I)