Gabriel Argüello: “Importar energía ahorró al país $ 12 millones”
La Cenace es la entidad responsable de la administración, control y supervisión de todas las instalaciones de generación y transmisión del país. Se encarga de la planificación energética y el despacho económico.
Gabriel Argüello, director ejecutivo, señala que la operación del Sistema Nacional Interconectado (SNI) debe ser al mínimo costo.
¿El país tiene los recursos para garantizar el abastecimiento?
Hasta 2015 Ecuador estuvo en un equilibrio de producción tanto hidroeléctrica como térmica en 50-50 (mitad hidroeléctrica, mitad térmica). Lo que faltaba se suplía con las importaciones de Colombia, (pero) paulatinamente han venido disminuyendo. Siempre fuimos un país importador.
Con la puesta en funcionamiento de Coca Codo Sinclair y Sopladora empieza a generarse un cambio en la forma de producción a un 85% hidráulico y el resto térmico. Esto se refleja a partir del año 2017. En el 2018 mantenemos ese porcentaje. La producción energética sí cambió en beneficio del país, se desplazó una importante generación termoeléctrica (...) se ha desplazado casi todo el diésel. Tenemos un ahorro del orden de $ 500 millones anuales, a precios internacionales, por reducción del combustible.
¿En algún momento desaparecerá la generación termoeléctrica?
Las centrales tienen una capacidad y dependen del nivel del agua. Tenemos gran afluencia hidráulica de abril a septiembre.
Cuando comienzan a transmitirse, especialmente a la Costa, como hay mucha producción el voltaje y calidad comienzan a deteriorarse, ahí es necesario apalancar con generación térmica.
Pero se pone lo mínimo indispensable. En estiaje se requiere generación térmica que llega al 15%. Con un plan nuevo que se está construyendo se piensa tener generación complementaria, no convencional, con generación fotovoltáica, eólica, en las zonas donde actualmente se usa generación termoeléctrica.
¿Cuáles fueron las razones para que Ecuador haya importado energía desde Colombia en septiembre y octubre de 2018?
Ecuador ya no depende de las importaciones. Estas importaciones no son por necesidad del país en cuanto a requerimiento energético, es por un tema económico.
Con una central de diésel (térmica) el kilovatio hora cuesta $ 0,12, mientras que Colombia nos vende a $ 0,04 o $ 0,05. Hemos ahorrado $ 0,07 por kilovatio hora. La importación nos significó un egreso de $ 4 millones, si habríamos generado por vía térmica habría costado entre $ 16 millones. El ahorro fue de $ 12 millones.
¿Se repetirán?
Al momento, no. Las centrales tienen un aumento de caudales; hemos minimizado toda la generación térmica; no hace falta la generación de Colombia. Pero si vuelven los caudales a bajarse, en algún momento las importaciones pueden activarse.
¿Cuánto se ha recibido por exportación de energía?
Son $ 40 millones desde 2016. Este año (2018) estamos en el orden de los $ 4,5 millones, el destino ha sido Colombia. Lo que hacemos Ecuador y Colombia es optimizar los excesos de generación.
Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia, cada uno tenemos un plan de expansión para exportar energía. Hemos llegado a un estado en que todos somos exportadores y no tenemos a quién vender; esto se debe a la política de soberanía energética y a la falta de integración regional energética. (I)