Emilio Botín, presidente del banco español Santander, el primero por capitalización de la eurozona con fuerte presencia en América Latina, en particular Brasil, murió de un infarto a los 79 años, anunció hoy la entidad bancaria.

Está previsto que este mismo miércoles se designe a su sucesor. La favorita para asumir la presidencia del banco es su hija mayor, Ana Patricia, de 53 años, actual consejera de la filial del Santander en Gran Bretaña desde diciembre de 2010.

"De acuerdo con lo previsto en el artículo 24 del reglamento del consejo, durante el día de hoy se reunirán la comisión de nombramientos y retribuciones y el consejo de administración para designar al nuevo presidente del Banco", reza una nota del banco a la Bolsa de Madrid.

"Ha sido una sorpresa y al mismo tiempo ha sido un mazazo", afirmó el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, en los pasillos del Congreso de los Diputados.

"Sólo puedo decir que lo siento mucho, mando un abrazo muy fuerte a su familia, espero que las cosas que se tengan que resolver se resuelvan a la mayor celeridad posible y el banco siga siendo un gran embajador de la marca España y siga actuando como debe hacer una entidad financiera en los tiempos que estamos", añadió.

Este bisnieto, nieto, hijo y padre de banqueros, y uno de los hombres más influyentes del país, entró en el consejo de administración del Santander en 1960 y asumió la presidencia del mismo en 1986.

Para sus detractores era uno de los símbolos del sistema bancario cuyos excesos contribuyeron a sumir a España en la crisis, pero fue el artífice de la diversificación de la entidad en el exterior.

Bajo su presidencia, el Santander llevó a cabo una política de internacionalización y fusiones (en España absorbió en 1999 al Banco Central Americano), y dio el salto a América Latina donde está implantado en Argentina, Brasil, Chile y México entre otros países.

En mayo de 2013, Botín compareció como testigo ante la justicia junto al presidente del BBVA, Francisco González, e Isidro Fainé (CaixaBank), en el marco de la investigación sobre la introducción en bolsa del banco Bankia en 2011, que menos de un año después, tuvo que ser rescatada por el estado, al verse duramente afectada por el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Ocho años antes, tuvo incluso que sentarse en el banquillo de los acusados, junto a otros cuatro ex altos cargos de la entidad, en un caso de fraude fiscal por la venta de unos productos opacos a Hacienda en los años 80 y 90 del que fue inocentado.

Emilio Botín estaba casado y era padre de seis hijos, uno de ellos, su hija, Ana Patricia, que dirige la filial del grupo en Gran Bretaña es considerada una posible candidata a su sucesión.