Extracción horizontal aumentará producción de petróleo en el país
Dos años después de que Petroamazonas EP asumiera la administración de los bloques 7 (campo Oso) y 21 (campo Yuralpa), que estuvieron en manos de Perenco, hoy registran un incremento en la producción que va de los 21 mil barriles diarios a los 45.765. Esto le permite a la estatal petrolera asegurar una producción total de sus bloques en operación de 155.000 barriles al día.
La mejora en la producción obedece a la aplicación de un plan de desarrollo del campo Oso, que -según el gerente del activo Oso–Yuralpa, Gustavo Cosíos- no fue implementado por la anterior administradora (Perenco).
El gerente del activo aclara que Perenco descubrió el campo Oso en arenas poco productivas, por lo que no tuvo el interés de perforar para extraer las reservas existentes.
La situación cambió cuando Petroamazonas asumió la operación. Empezó a desarrollar la perforación de nuevos pozos de avanzada, delimitando el campo, cuyas dimensiones, según Cosíos, son 31 mil barriles al día de producción.
En la etapa de nuevos pozos de perforación está el Oso A59-H, diseñado de forma horizontal para la extracción del crudo, el mismo que entrega 7 mil barriles al día.
Un pozo horizontal, según Cosíos, se implementó en el Ecuador, basado en “un gran estudio de gerenciamiento del reservorio”, para extraer de forma más segura y económica el crudo existente en el campo.
Esta nueva forma de extracción de petróleo se diferencia de la convencional o vertical, en la que la broca atraviesa la tierra productiva a una profundidad de entre 80 y 90 pies (30 metros), corvirtiéndose solo esa zona excavada en extractiva. Con la técnica horizontal, en cambio, ingresa la broca de perforación a la arena y navega 1.200 pies (360 metros) de sección horizontal, para así extraer un área mayor de crudo, explicó el funcionario.
El implementar la explotación correcta de un reservorio, con un pozo horizontal, significa que se puede evitar la “conificación”, que es un codo de agua que ingresa abruptamente al pozo y dado que existe una diferencia de gravedad entre el agua y el crudo, el agua fluye más fácilmente en la perforación vertical, situación que afecta la producción del yacimiento, subrayó Cosíos.
En cambio, en un pozo horizontal se puede producir de forma racional, porque el ingreso del agua es difícil que se produzca. Por ello, Petroamazonas EP puso en práctica el uso eficiente de la tecnología ICDs (Inflow Control Devices), que permitió mantener la producción de petróleo, evitando la invasión temprana de agua en el pozo Oso A59-H, que tiene una operación de 7 mil barriles diarios de crudo.
Al ser esta una técnica bastante más eficiente para la explotación de crudo, Cosíos destacó que en agosto se aplicará la técnica de “pozos multilaterales”, que no es otra cosa que perforar dos pozos horizontales en uno solo, significa un pozo vertical hasta cierta profundidad y se abre en dos secciones horizontales.
Con esto se empezará a recuperar la producción petrolera que ahora bordea entre el 23% y 25% en perforación normal y que con los pozos multilaterales llegará a un 30 y 35%. El crudo que se obtiene de este sector está entre 25.2 y 25.5 API, el mismo que se ubica en la categoría de crudo semipesado.
Los expertos insisten en que un pozo convencional puede producir entre 3 y 5 mil barriles de crudo sin problema, mientras que el horizontal supera los 7 mil u 8 mil barriles de petróleo al día.
El gerente del activo Oso–Yuralpa, Gustavo Cosíos, agregó que Petroamazonas como empresa está comprometida a asegurar que este tipo de perforación se aplique a otros 5 pozos, como son: Coca-Payamino, Gacela, Jaguar-Mono y Oso, del bloque 7.
Reducción de la contaminación ambiental
La perforación de pozos en racimo obliga a deforestar una pequeña área del bosque amazónico, porque requiere construir una plataforma de perforación para cada pozo. Técnica poco amigable con el ambiente, señaló Cosíos, lo cual se reduce en un alto porcentaje con la técnica de pozos horizontales, porque en un campo de 50 pozos solo requiere 3 plataformas.
Con ello, la deforestación es mínima y se aplican planes de contingencia en caso de existir problemas en las plataformas usadas para la perforación de los pozos. “El impacto ambiental es mínimo, la capa vegetal se ve afectada en menos porcentaje y la fauna se puede mantener”, refirió el gerente del activo Oso-Yuralpa.