Ensambladoras vendieron 43.418 autos en 2015
En los últimos seis años, el sector automotor del país ha variado considerablemente en cuanto al nivel de participación en ventas. Hasta 2010, los mayores vendedores se concentraban en la parte importadora. Desde entonces, por las reglas impuestas por el Gobierno, el segmento de ensamblaje ha ganado un importante terreno (ver infografía).
Así lo demuestran las cifras presentadas ayer por la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), durante un conversatorio sobre los resultados alcanzados en 2015.
La lectura de los datos puede ser observada desde dos perspectivas. Por un lado, los importadores ven con preocupación su participación en el mercado, aduciendo grave perjuicio por las medidas del Gobierno desde que estableció un techo de importaciones, entre otras regulaciones, como las salvaguardias.
En el otro extremo, se encuentran los ensambladores, con mejor posición. La información divulgada da cuenta de que, como se propuso el Gobierno, la empresa nacional tiene mayor protagonismo.
De acuerdo a la Aeade, el año pasado, las ventas de vehículos CKD (ensamblados) fueron de 43.418 unidades, mientras que los CBU (vehículos completamente armados) comercializaron el cupo permitido, es decir 26.351 unidades. La diferencia entre ambos es de 17.067 automotores a favor de las ensambladoras.
Lo que comparten los dos segmentos es la afectación por la reducción de la demanda, marcada por la coyuntura económica externa que atraviesa el país. Como es lógico, esto se traduce en menores ventas para ambos.
Del monto global se desprende que a 2015 la reducción total asciende a -40% del volumen disponible en 2010, y en los vehículos CBU la disminución es del -62%, asegura la Asociación.
Más actores para importaciones
El Comité de Comercio Exterior (Comex) emitió en diciembre de 2015 la resolución 050-2015, con la cual mantiene los montos asignados para el año anterior y, además, abre la puerta para que más personas puedan importar vehículos CBU.
La condición para aquello es que en su Registro Único de Contribuyentes (RUC) conste como actividad económica la venta de vehículos al por mayor y menor. Esto modifica nuevamente las reglas de juego, ya que hasta el año pasado solo 44 empresas estaban avaladas para importar. Para este año el Comex fijó 23.285 unidades CBU con un cupo máximo de $ 280 millones.
Gloria Navas, presidenta de la Aeade, se mostró preocupada por el tema, argumentando que esta medida pondría en riesgo la estabilidad laboral de las 44 empresas. Lo dijo citando sus propias cifras: en 2010, los empleos directos ascendían a 14.270 y los indirectos a 13.933. Para 2015, se eliminaron 7.500 plazas de trabajo, con una disminución de 20% en los empleos directos y 34% en los empleos indirectos.
No obstante, aseguró que las empresas se han esforzado por mantener el empleo, pese a registrar una reducción del -62% en operaciones.
Aclaró que su postura no es contraria a que se incluyan más participantes en el mercado; sino que, sugirió, se deberían establecer parámetros más específicos para que los nuevos competidores cumplan normas técnicas y de calidad que garanticen buenos productos.
En esto concuerda Jaime Cucalón, presidente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz (AEA), quien dijo que cerca de 1.000 comerciantes podrían ser importadores, tornando, a su criterio, más compleja la situación.
A nombre de ambas agremiaciones, Navas y Cucalón apelaron a las normativas de competencia leal y solicitaron “equidad en las medidas adoptadas y actuar en función de la demanda del mercado”.
El Ministerio de Comercio Exterior justificó la decisión del Comex indicando que su propósito es “evitar el acaparamiento y la especulación”. La cuota global de importaciones será distribuida en 4 cupos iguales y trimestrales acumulables de $ 70 millones. Cada importador podrá adquirir hasta 349 unidades por máximo de $ 4’200.000. En el caso de los vehículos CKD, la cuota se mantiene en $ 15,8 millones para la importación de 2.403 unidades de chasises.
Navas puntualizó que el gremio no considera una elevación de precios, puesto que no sería coherente con la realidad actual del país. Al contrario, considera que la demanda podría bajar más, tanto que no sería sorpresa que en 2016 no se comercialice todo el cupo correspondiente. (I)