Especial coronavirus
1% de las empresas aportará
La situación de las tiendas de barrio, peluquerías, restaurantes, emprendimientos en general, es lo que más preocupa al ministro de Producción, Comercio Exterior e Inversiones, Iván Ontaneda.
Y reconoce los esfuerzos que hacen las empresas para sostener el empleo. “Esta será una guerra de largo aliento. ¿Que nos ha rebasado? Sí, no tenemos la capacidad para atender todos los frentes, el frente social, económico y sanitario”.
Por ello insiste en que el plan de reactivación económica del Gobierno apunta a devolver la liquidez a los pequeños negocios, por lo que el proyecto de ley que enviarán al Legislativo se fundamenta en la solidaridad.
“Pedimos que las empresas que tienen mayor oxígeno en el país apoyen a las que no, pedimos que ese 1% que son grandes empresas atiendan al 99% que son las pequeñas empresas. No existen más impuestos para el sector productivo”.
Según las estimaciones del ministro de Economía, Richard Martínez, la propuesta excluye de la contribución para la Cuenta Nacional de Asistencia Humanitaria a 118.000 empresas que, en 2019, percibieron utilidades inferiores a $ 1 millón. Además, para oxigenar a las micro, pequeñas y medianas empresas se difirió el pago del impuesto a la renta e IVA.
Ahora trabajan en un plan de liquidez que incluya a las grandes empresas con el diferimiento del pago de las aportaciones a la seguridad social por tres meses, lo que requiere la aprobación del Consejo Directivo del IESS.
“En nuestro plan está la liberación de atrasos por $ 1.000 millones de lo que pagan las empresas a la seguridad social porque es un problema de liquidez, no de voluntad; es porque han parado abruptamente sus ingresos”.
Además, se busca que la CFN sea un vínculo y canal para créditos al sector productivo. “Necesitamos empresarios y una banca solidaria para enfrentar esta guerra. Si logramos esa empatía atenderemos a este segmento que necesita oxígeno”, dijo Ontaneda.
No obstante, Martínez destaca que hay sectores que tienen liquidez, como los supermercados, telecomunicaciones, farmacias y el sistema financiero, frente a otros muy complicados, como el comercio o las florícolas. Por eso confían en que esa transferencia de recursos para los grupos vulnerables se devuelva al sector productivo en consumo. (I)