En 2015, Ecuador enfrentó una coyuntura económica internacional que produjo consecuencias en varios sectores, uno de los cuales fue el empleo. En diciembre, la tasa de desempleo fue 4,77%. A pesar de ello, el país se mantiene como la segunda nación con la más baja tasa de desempleo en la región. La generación de nuevas plazas de trabajo y mantenimiento de las existentes es una tarea que involucra tanto al sector público como al privado.

Por otra parte, hace días, una carta remitida a los trabajadores por el presidente de la República, Rafael Correa, y el ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta, generó controversia entre algunos empleadores.

Estos temas son abordados por el principal representante de los empresarios ecuatorianos, para quien la meta común del Gobierno y empresas debe ser proteger el empleo.

El presidente Correa se ratificó en la carta enviada a los trabajadores, ¿qué criterio le merece la misiva?

Antes de eso, quiero mencionar que lo de fondo, creo yo, es que el enfoque que debemos tener todos los ecuatorianos es unir esfuerzos para precautelar el empleo, y eso demanda varias cosas, una de ellas es buscar la sostenibilidad de las empresas. Para eso es importante tomar algunas decisiones en conjunto.

Relacionado a la carta, no vemos cómo abona en este sentido, porque el Código de Trabajo limita la posibilidad de hacer proselitismo político dentro de las empresas. Consideramos que si había una intención de las autoridades, nosotros no podíamos impedir a los trabajadores que recibieran esa carta o que el Gobierno la enviara. Sin embargo, el mecanismo, a través de la empresa, es lo que nos ha preocupado y nos llama muchísimo la atención.

¿Por qué?

Porque esa carta podría haber llegado directamente al domicilio de los trabajadores. Entonces, el vehículo, que es la empresa, que es apolítica, empuja a que el Código de Trabajo se vea vulnerado. La entrega de datos personales también nos preocupa.

¿Entonces se cuestiona el medio utilizado más que el contenido?

Las dos cosas: el mecanismo de entrega, pero también su contenido. Consideramos que el mensaje, con una cita a un personaje que nada tiene que ver con el país en estas circunstancias, no tiene ninguna connotación de lo que debe ser el contacto entre las autoridades y los trabajadores. Nosotros lo tomamos como un mensaje de propaganda.

¿Qué esfuerzos está realizando el sector empresarial para proteger el empleo y procurar el menor número de despidos?

Los empresarios están haciendo que la última decisión, en términos de ajuste, esté relacionada con el capital humano. Hay un margen para ajustarse en varios gastos, de tal manera que la última decisión tenga que ver con los trabajadores y con el empleo. Las cifras (de desempleo) de  diciembre son reflejo también del esfuerzo que viene haciendo el empresario, porque desde el último trimestre (de 2015) se sintió menor liquidez, menores ventas, las cuentas por cobrar y pagar se alargan, pero no necesariamente esa respuesta está inmediata en el empleo. Tal vez en otras circunstancias esa respuesta pudo haber sido más alta en términos de desempleo.

Sin esas decisiones, ¿las tasas de desempleo podrían haber sido más altas?

Posiblemente. Los empresarios están haciendo todo el esfuerzo  para evitar que suban las cifras de desempleo. Esto también tiene que ver con una realidad que está siendo inminente en el país, la liquidez se está complicando cada vez más, por eso planteamos la sostenibilidad de las empresas. Hemos sugerido revisiones de algunas políticas públicas en materia tributaria y adaptabilidad laboral.

En este último punto, el Ministerio de Trabajo ha dado buenos pasos para oxigenar algunas modalidades contractuales, pero todo eso está relacionado con el empleo que se va a crear en adelante. Está muy bien pensar en incentivos para nuevos empleos, pero también tenemos que ver qué hacemos con los empleos existentes.

¿Y qué propone el gremio?

Acelerar los ajustes en las modalidades contractuales específicas que están pendientes en algunos sectores (productivos). Además, se puede analizar una medida transversal de adaptabilidad laboral.

¿En qué consiste esa medida?

Es un concepto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo promueve como un mecanismo temporal en épocas de complejidad económica. Se lo ha implementado en 15 países alrededor del mundo. Consiste en que, dado que la demanda de los productos va a disminuir, la empresa tiene que ajustar su patrón de producción por algunas vías de ajuste de gastos y dentro de eso también se puede ajustar el factor del tiempo trabajado.

Por ejemplo, una empresa que genera 100 trabajadores, supongamos que debe reducir la nómina en 20 trabajadores. Entonces, ¿qué es socialmente más deseable, despedir a las 20 personas para mantener a las 80 a plena capacidad, o mantengo a las 100 personas con un ritmo menor de trabajo? Creemos que esta opción se debe discutir, porque social y económicamente es más deseable lo último, porque ganan los empleadores, los trabajadores y la sociedad.

¿Esta propuesta ya ha sido planteada a las autoridades?

Lo hicimos durante el último Consejo Consultivo como un concepto general. Todavía no tenemos formalizada la propuesta, por eso estamos solicitando que se instale el Consejo Nacional del Trabajo, porque hay un elemento clave: tiene que funcionar el tripartismo.

Esto no puede venir solamente desde el lado empresarial, laboral o del Gobierno. Hay que discutirlo en la mesa porque hay muchísimos elementos que pueden ser malentendidos o malinterpretados. Debemos revisar cuál es el espacio normativo que tenemos. Nosotros, como principio básico y elemental, consideramos que el respeto a los derechos laborales es importante.

Si se implementase esa medida, ¿cuántos empleos podrían conservarse?

En 2009, cuando esta medida tomó un poco de fuerza por la crisis mundial que se vivió en ese período, solo contabilizando en 4 países lograron proteger cerca de un millón de trabajos. Creemos que es una alternativa que se puede estudiar. Es una medida temporal y de carácter no obligatorio.

En primer lugar, se tiene que analizar junto con los trabajadores si se aplica este tema, porque viene del entendimiento trabajador-empleador. En segundo lugar, no puede ser de orden permanente. Todas las experiencias a nivel mundial hablan de 12 o 18 meses, porque luego de pasar el bache, la situación económica complicada, nos recuperamos.

Y, finalmente, la medida debe estar atada a mantener el empleo. Es el esfuerzo básico que se debe hacer entre trabajadores y empleadores. (I)