Empresarios piden prórroga para cumplir con la norma
Desde su publicación en el Registro Oficial el 10 diciembre, la resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex) que exige un certificado de reconocimiento INEN para 298 subpartidas de importación, ha generado polémica por su naturaleza restrictiva, sin embargo, es vista también como una oportunidad potencial de incentivar la industria local.
Agustín Ortiz, director del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN), mencionó que se trata de un efecto coyuntural de la norma, en vista de que se controlará que los productos que ingresen sean de buena calidad, de modo que muchos ya no podrán hacerlo.
La interrogante abierta es si la industria local está preparada para asumir el reto de cubrir esa demanda.
“Claro que está preparada”, señala Andrés Robalino, vicepresidente técnico de la Cámara de Industrias de Cuenca, quien aseguró que la mayor parte del sector no está produciendo al 100%, sino alrededor de un 30%. Entre las razones mencionó dos: la gran cantidad de productos importados y la falta de mercado para exportar.
El primer punto está relacionado con artículos de gran producción en la provincia de Azuay como cerámica plana, vajillas y electrodomésticos que se venden a menor precio, pero son de inferior calidad.
“Lo que nosotros hemos pedido es que se controle la entrada de ese producto cuya calidad afecta al consumidor; en el caso de las confecciones muchas de las prendas llegaban sin etiquetado y competían con las nacionales”, expuso.
El hecho de que el comprador local no esté familiarizado con normas y reglamentos de calidad es lo que, a su criterio, incide en que éste prefiera los productos por sus cómodos precios.
“No se fija en que el proveedor o el lugar en donde compra cumpla con esa reglamentación”, expresó.
El titular del INEN aclaró que la medida es meramente regulatoria y que no tiene como objetivo reducir importaciones, no obstante, ha admitido que inevitablemente un porcentaje de importaciones no podrá ingresar al país.
“Ese porcentaje será una oportunidad interesante para que el fabricante local presente productos de buena calidad y buenos costos”, señaló Ortiz.
Tiempo prudencial
Henry Kronfle, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano y de la Cámara de Industrias de Guayaquil, se mostró de acuerdo con el concepto de competir en igualdad de condiciones con los productos importados, pero dijo que sería importante “manejar los tiempos”.
“El concepto a priori está bien, pero tiene que tener un periodo de adaptación”, manifestó.
En una misiva dirigida al presidente Rafael Correa, el industrial solicitó una prórroga de 120 días para la aplicación de la medida.
Entre las preocupaciones que expuso Kronfle está que varias de las subpartidas de importación no constituyen bienes terminados sino materias primas y bienes de capital como alambres de hierro, pinturas y barnices, tuberías, válvulas, convertidores eléctricos, máquinas de aire acondicionado, bombas, entre otros, algunos de los cuales no se producen localmente.
“Y si se producen localmente tampoco cumplen con la norma”, dijo, de modo que se requerirá un proceso de regularización que demandará a su vez tiempo. “Y durante este proceso se originará una merma en la producción”, mencionó.
Entre los sectores más vulnerables con las normas están principalmente los de alimentos, cosméticos y electrodomésticos; este último debido a temas técnicos relacionados con la importación de las partes de los artefactos.
Oportunidades
Pero los mismos sectores que hoy son sensibles a las normas también podrían encerrar potencialidades.
Para Kronfle, este ejercicio, si se lleva a cabo en un tiempo prudencial, podría generar alianzas público-privadas en sectores como el de alimentos. Puso como ejemplo las papas que se expenden en los establecimientos de comida rápida que no se producen en el país, pero que con la colaboración del Ministerio de Agricultura podrían empezar a cultivarse localmente.
El pedido del gremio empresarial apunta a analizar, sector por sector, qué bienes son insustituibles (porque no se producen aquí o no hay un laboratorio que lo certifique en su país de origen); cuáles son de aplicación factible y cuáles requieren de un tiempo de instrumentación.
“Las normas técnicas son un derecho de todo país, pero no pueden convertirse en trabas al comercio y eso es importante porque una norma técnica cuando se vuelve una medida arancelaria se vuelve un obstáculo, y la abundancia de reglamentos puede ser una traba también para los fabricantes e importadores”, destacó.
Ambos industriales mencionaron que la competencia entre el producto local y el importado es necesaria.
Estas medidas son parte de un paquete de normas que exigirá Ecuador desde este año hasta completar más de 6.000. Muchas de ellas están vigentes desde el 2008, según ha informado la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).
El país tiene actualmente alrededor de 3.500 normas técnicas y 80 reglamentos que regulan la calidad de los productos que se expenden en el territorio.
Empresarios han insinuado que estas medidas provocarán contrabando y despidos en las empresas.