El gobierno de enrique peña nieto negocia un Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica
El Tlcan ha golpeado por 21 años la producción nacional de México
Poco queda para conocer los términos finales de la adhesión de México al polémico Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), andamiaje de libre comercio que se negocia entre 12 países, incluidos pesos pesados como Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón.
En lo que resta de este año se espera concluyan las negociaciones para la incorporación mexicana a un TPP que el gobierno vislumbra como gran avance, mientras organizaciones sindicales lo consideran lápida de la producción nacional.
¿Cómo afectará a las industrias mexicanas el libre comercio con gigantes del mercado mundial? ¿Habrá salvaguardias para productos nacionales? El futuro aparece aún incierto y resulta difícil de prever porque no se han hecho públicas las negociaciones de unas 20 mesas de trabajo que van desde agricultura, textiles, servicios, telecomunicaciones a propiedad intelectual y comercio, entre otros sectores importantes.
Organismos internacionales como Electronic Frontier Foundation y Fight for the Future han criticado la opacidad en las negociaciones mientras WikiLeaks ha filtrado algunos documentos, sobre todo en materia ambiental (https://wikileaks.org/tpp-enviro/pressrelease.html).
En perspectiva del gobierno mexicano, el TPP será imán de inversión extranjera y ejemplo de ello sería la industria automotriz. El jueves, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, adelantó que llegarán a instalarse nuevas marcas “de Asia y Europa” mientras que, en lo que va del mes de abril, Toyota y Ford han anunciado la construcción de plantas en el estado de Guanajuato y el presidente Enrique Peña Nieto informó ayer que la empresa Goodyear construirá una planta de producción de neumáticos en el estado de San Luis Potosí, con costo de 550 millones de dólares. (IR AL PORTAL WEB DE LA SICE)
Para organizaciones sindicales y gremiales de perfil crítico, la adhesión al TPP significa profundizar el escenario creado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan, 1994). Un acuerdo que, dicen, ha golpeado por 21 años a la producción nacional al situarla en una competencia desventajosa con productos de Estados Unidos y Canadá. Advierten que de cara al nuevo tratado de libre comercio resulta urgente establecer salvaguardias y aranceles para cuidar que no se extinga lo Hecho en México.
Dos visiones
En el TPP, como en otros proyectos, “estamos tratando de abrir nuevos mercados para beneficiar a los productores mexicanos que están en el tema agroalimentario”, afirmó a El Telégrafo Raúl Urteaga Trani, coordinador general de asuntos internacionales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Consideró además que en las políticas de apertura a mercados internacionales “hemos tenido bastante éxito, somos de acuerdo a la Organización Mundial de Comercio la doceava economía exportadora de alimentos, hacia Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, Canadá, Japón, la Unión Europea. También hemos tenido un éxito extraordinario en la apertura del mercado chino para productos como aguacate, carne de res, de cerdo y frutillas, particularmente zarzamora y frambuesa”.
En opinión del funcionario de Sagarpa, “México se va a ver favorecido” con la adhesión al TPP porque podrá iniciar negocios con seis de los 12 nuevos miembros y multiplicar el comercio con los restantes, con quienes ya tiene acuerdos previos. Ello, considera, extenderá los 21 años de “resultados bastante favorables para los productores mexicanos” que ha significado el Tlcan.
Una opinión diametralmente opuesta tiene José Narro Céspedes, dirigente campesino del Frente Popular de Lucha de Zacatecas y de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. Denuncia que en las décadas recientes se ha desandado el camino de la Revolución Mexicana, que dispuso el reparto agrario y la apuesta al campesinado.
Luego, “a través del Tlcan nos llevaron a una competencia totalmente desventajosa, por eso el campo mexicano está al borde de la bancarrota. A un sector de la agricultura comercial le ha ido bien, ha crecido, pero a la agricultura campesina le ha ido muy mal. Las tierras están abandonadas y la mayor parte de los productores están en la pobreza o han migrado hacia Estados Unidos y hacia las ciudades ante las enormes carencias”.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, dice, había prometido apoyo al campo pero “no ha pasado de declaraciones” y ante la inminente incorporación al TPP, “no hay expectativa positiva. Si no hay protección de lo nacional, si no cuidan los sectores donde no somos competitivos, los llevarán a la bancarrota. Es muy difícil que los agricultores de frijol, de maíz, de granos, puedan competir con los grandes productores norteamericanos que tienen subsidios y mejores apoyos de los que da el gobierno mexicano”. Reclama que se requiere energía barata, acceso a fertilizantes, semillas nacionales de calidad y una banca de desarrollo.
Para Narro Céspedes, la producción agrícola mexicana “no tiene protección” por parte del Estado y urge “reorientar las políticas públicas y tomar medidas para proteger a la agricultura nacional, sobre todo la campesina. No es posible que tengamos tierra, hombres, manos, y estemos importando el 45% de los alimentos que consumimos”.
Difícil competencia
Por estos días, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) ha pedido controles más estrictos en las importaciones, sobre todo provenientes de China. Es que de 2012 a la fecha por cada dólar chino invertido en México, el país adquiere 11 dólares en productos de la potencia asiática.
Datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Economía detallan que el año pasado se importaron mercancías chinas por 66 mil 255 millones de dólares y se exportaron productos a ese país por 5 mil 979 millones de dólares. Los estudios revelan también que el déficit comercial, que en 2012 fue de 51 mil millones de dólares, ascendió en 2014 a más de 9 mil millones de dólares.
Por estos días, la Asociación Nacional de Importadores y exportadores de la República Mexicana (Anierm) alertó que el principal factor del déficit ha sido el ingreso de componentes para productos electrónicos, eléctricos y del sector aeronáutico. Surge entonces la preocupación por los efectos que implicaría ampliar con el TPP el libre comercio a otras naciones especializadas en estos sectores, como Japón.
Para la Anierm, México podría tener una política de sustitución de importaciones con programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas para que puedan competir con productos de calidad.
La minería
También en días recientes, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (Sntmmssrm), Napoleón Gómez Urrutia, ha pedido al gobierno “que cierre las importaciones de acero a precios subsidiados para proteger la producción nacional y los empleos que genera esta industria”.
Desde el exterior, donde reside desde hace nueve años y denuncia persecución política, el líder minero exigió protección de las empresas nacionales que producen hierro y lo transforman en acero porque, según denunció, existe “competencia desleal” por parte de empresas originarias de Corea del Sur, China, Rusia, Ucrania, India y Japón.
“La preocupación fundamental –dice- es que ante la oleada de importaciones de acero con precios castigados, o dumping (…) Las empresas del sector deben ser protegidas por el gobierno, el cual debe trascender las posturas de absoluto respeto al libre mercado que ha venido ejerciendo permanentemente. Se trata de salvar a esta industria y de proteger los empleos de los trabajadores”. (I)