Punto de vista
El giro keynesiano
“Cuando los hechos cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted qué hace, señor?”, le respondía John Maynard Keynes a un crítico en los años 40 que lo cuestionaba por las contradicciones de su teoría económica. Este mismo apotegma se plantea en estos tiempos de crisis capitalista que sacuden Europa y fundamentalmente su periferia.
Ahora el FMI -principal organismo financiero del planeta- ha decidido rever su política frente al actual clima de crisis que afecta a los países de segunda línea de la Eurozona como Grecia (epicentro del conflicto), España, Portugal e Italia, dando un giro significativo a su perspectiva económica que a priori modera la lógica ortodoxa que viene llevando en las últimas tres décadas fundamentada desde el neoliberalismo.
¿Cuál es la señal de este cambio? A finales del mes de julio, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, anunció la designación del economista norteamericano Maurice Obstfeld como nuevo economista jefe del organismo multilateral. Obstfeld es profesor de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) y miembro del Consejo de Asesores Económicos del presidente estadounidense, Barack Obama. Es considerado uno de los macroeconomistas más sobresalientes de la actualidad a nivel mundial y es coautor de dos manuales básicos de economía escritos junto con Paul Krugman (Premio Nobel en 2008), el execonomista jefe del FMI Kenneth Rogoff y el economista Marc Melitz. Todos sus trabajos cuentan con una mirada estructuralista de la economía y se lo considera uno de los teóricos hacedores del neokeynesianismo. Sin duda que su designación representa un cambio con respecto al espíritu de la ortodoxia que el Fondo viene sosteniendo desde la crisis del Estado de Bienestar social a mediados del 70. Un indicador del giro que comenzó a dar el organismo ha sido cuando salió abiertamente a criticar las políticas de ajuste y reformas que desde la Comisión Europea se le impuso a Grecia a través del paquete de medidas que adoptó el gobierno de Alexis Tsipras.
Obstfeld asumirá el cargo que deja vacante el economista francés Olivier Blanchard el 8 de septiembre, quien lo ostenta desde 2008. Por su parte, la teoría económica de Obstfeld representa una postura contundente contra los ajustes fiscales y los programas de privatizaciones como solución para paliar las crisis y articula su esquema a la situación específica que atraviesa cada país, dejando obsoletas las recetas tradiciones que viene llevando adelante el Fondo. Una visión más que esperanzadora, sobre todo para resolver esta crisis que afecta a un único sujeto: el pueblo.
En este sentido, Lagarde consideró el nombramiento de Obstfeld como necesario y lo sitúa en el momento justo haciendo hincapié en su liderazgo para afrontar la coyuntura de crisis que atraviesa una parte del Viejo Continente. Esto pone en situación el proceso de cambio que tendrá a partir de estos meses la economía capitalista de Occidente que no serán para nada fáciles y que ameritan un nuevo espíritu económico y financiero que no se quede solo en el papel. Hay que transformarlo en política y acentuarlo, esencialmente en los momentos de crisis que son cruciales para países como Grecia. (O)