Mañana se inaugura la ampliación, una obra que comenzó en 2007 y que estuvo a cargo del consorcio Grupo Unido por Panamá, liderado por la empresa española Sacyr
El Canal de Panamá, un desafío para Ecuador
El comercio exterior de Sudamérica afronta una nueva etapa en las exportaciones e importaciones con Estados Unidos y Europa, con la inauguración, mañana, de la ampliación del Canal de Panamá. Las obras que costaron cerca de $ 5 mil millones permitirán el paso de buques de mayor calado y envergadura. Los denominados: pospanamax y neopanamax.
Las obras comenzaron en 2007, en la presidencia de Martín Torrijos, ante la necesidad de ampliar la ruta comercial naviera, por el estratégico sector. Hasta hoy solo podían cruzar por el canal los buques tipo panamax (hasta 295 m de eslora o largo y 32.3 m de manga o ancho y con un calado desde la línea de flotación a la quilla de 12.8 m).
Con la nueva obra, podrán transitar los navíos de tipo neopanamax o pospanamax (427 m de eslora, hasta 55 m de manga y calado de hasta 15 m). Los panamax tienen capacidad para transportar hasta 3.500 teu (contenedores de 20 pies), mientras que los neopanamax albergarán hasta 12.000 teu.
La infraestructura representa también un desafío para el comercio exterior ecuatoriano, es decir, operadores navieros, agentes de aduana, agencias de carga, exportadores e importadores.
De tal forma que si bien existen expectativas de incrementar las operaciones, dirigentes involucrados en esta actividad se muestran cautos. Para Juan Jurado Von Buchwald, presidente de la Cámara Marítima Ecuatoriana (Camae), la obra es un avance importante. Beneficiará a Ecuador por cuanto facilitará el transporte de sus productos a mercados de la costa este de Estados Unidos y a Europa.
“Siempre se han presentado problemas con la falta de espacio en los buques; cuando coincide la temporada de frutas en Chile hay ocasiones en que la carga ecuatoriana se ha tenido que quedar en puerto, porque el navío no puede llevar todos los contenedores”, explica.
Recalca que un exportador tiene contrato con compradores en el extranjero, pero cuando no puede cumplir por falta de espacio pierde el dinero de la exportación y la confianza de los importadores.
Si bien ahora entrarán por el canal buques con mayor capacidad, a nuestros puertos no lo harán de inmediato, advierte. Y esto ocurre porque en el país no existe la capacidad instalada para recibir estos navíos (pospanamax y neopanamax); “solo el puerto de Guayaquil, pero tiene inconvenientes por la falta de dragado del canal de acceso; muchas veces el navío tiene que jugar con la marea para ingresar”.
El año pasado se calcula que hubo en Ecuador más de 12.300 tránsitos hasta Panamá. Ello incluye desde buques panamax hasta yates, pues esa ruta es la más importante. Se estima que de todo el movimiento, la ruta representó un estimado del 80% del comercio ecuatoriano. Por eso la necesidad del puerto de aguas profundas en Posorja, ya que permitirá el ingreso de naves de gran calado.
De momento Callao (Perú), Valparaíso y San Antonio (Chile), y Buenaventura (Colombia) han invertido para recibir esas embarcaciones. También es cauto en cuanto a la capacidad de exportaciones, no solo de Ecuador, sino de toda Sudamérica. “Depende más del volumen de comercio; si vamos a ser capaces de llenar esos buques, no solo Ecuador, sino toda la costa del Pacífico sur y con qué frecuencia. De momento sí podemos llenar buques de hasta 5.000 o 6 000 teu”, sostiene.
Emilio Aguiar, gerente de Tecnisea, y Javier Moreira, titular de CMA CGM, también calculan que pasarán al menos 5 años para sentir las bondades. El primero de ellos recuerda que el paso por el conjunto de esclusas panameñas es usado por las navieras desde el inicio de su funcionamiento. El problema para países como el nuestro, sostiene, es el calado, que en el caso del puerto marítimo de Guayaquil es de 8,20 metros y con marea alta de 9,75 metros. “Esa profundidad no es suficiente para las grandes embarcaciones, tipo neopanamax, por eso queremos que se drague para llegar a los 11 metros y con marea tener 13 metros”, sostuvo.
El también exdirigente de los empresarios navieros de Guayaquil señala que al momento hay limitaciones en el traslado de carga contenerizada, precisamente por la poca profundidad en el canal de acceso y en los muelles. Moreira, quien fue parte de la comisión naviera de la Cámara de Comercio de Guayaquil, indica que las naves pagan en promedio $ 200 mil para cruzar por las esclusas panameñas. No descarta que este valor sea revisado. Coincide con Aguiar en que urge el retiro de sedimentos, pues las terminales marítimas de Chile y Perú están preparadas para recibir a las grandes naves y ello podría restar competitividad al país en materia portuaria. (I)