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“El cambio de la matriz lo harán los empresarios, no el Gobierno”
Tiene un mes al mando del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro), una de las carteras decisivas para el cambio de la matriz productiva. Eduardo Egas, conocedor del ámbito comercial, fue asesor de la Presidencia en temas de comercio exterior y tuvo una importante participación en las negociaciones con la Unión Europea.
En entrevista con EL TELÉGRAFO señaló que el sector privado debe confiar en que el Gobierno los acompañará en el proceso de transición y en el aprovechamiento de las oportunidades que brinda el país para generar mayor producción e industrialización. Apuntó que es ‘normal’, en un proyecto de ‘revolución’ tener ciertos inconvenientes, pero que las medidas se tomarán siempre de manera racional.
Los empresarios han solicitado una revisión de los productos incluidos en las salvaguardias, ¿se lo hará?
Recordemos que las salvaguardias son medidas que el país se ve obligado a tomar porque no tiene una política cambiaria propia. Pero claro, son medidas perentorias que no pueden durar mucho y consideramos que el tiempo que hemos fijado será suficiente. Creemos, por otro lado, que para 2016 y 2017 Ecuador ya contará con otros recursos como energía y explotación minera que, de alguna manera, traerán nuevos recursos.
¿Entonces no se las revisará?
Primero, tenemos programado un desarme paulatino. No vamos a esperar los 15 meses para decir que todas se eliminaron, sino que a su debido tiempo iremos desmontándolas para aquellos sectores que no podemos afectar durante tanto tiempo. Segundo, el Comex, que es la autoridad máxima, ha visto la posibilidad de corregir cualquier desajuste que la medida pudo traer. En pocos días se reunirá para aprobar la revisión a algunos productos en base al pedido justificado del sector industrial.
¿Revisarán porcentajes?
Porcentajes en algunos casos y corregir errores en otros, por ejemplo, nosotros como Gobierno apoyamos el ensamblaje de bicicletas y algunos inversionistas se arriesgaron y montaron sus plantas, pero luego encontramos que habíamos colocado salvaguardias del 45% a sus partes y piezas, lo cual hacía costoso producirlas, comparado con el 15% de importarlas armadas. Prácticamente estábamos matando a la industria que auspiciábamos. El asunto es que el universo de bienes es tan amplio que muchas partidas arancelarias no están desagregadas y entran en el mismo saco de las demás, y resulta que allí hay otros insumos que pueden estar llevándonos a distorsiones y errores.
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¿Y en qué bienes se harán estas correcciones?
Esto es una metodología que le corresponde al Comex, pero son partes de bicicletas, camiones, barcos de pesca y otros productos que se encontró que estaban afectando la industria, claro, sin intención.
¿Cómo avanza hasta ahora el diálogo público-privado?
Creo que se ha avanzado por cuanto algunas de las propuestas del sector ya se han ido implementando, sobre todo en temas de tramitología, sin embargo todavía falta bastante para completar un panorama de medidas que puedan suplir las aspiraciones de los empresarios. Son aspectos complejos. El papel del Estado es incentivar y guiar, pero luego es al sector productivo al que le toca implementar.
¿Se está construyendo una nueva política industrial? ¿Cómo avanza este proceso?
Estamos en pleno proceso de revisar la política industrial. En un primer momento seleccionamos los sectores y actualmente nos encontramos aterrizando el tema, determinando los encadenamientos productivos en donde el país tiene clara ventaja competitiva, ya que esto permitirá focalizar los incentivos para cada uno de los sectores. Hemos terminado esta etapa y ahora estamos en un proceso de socialización: primero, dentro del sector público para que tengamos una política, única, coherente y homogénea; y en segundo lugar, con los actores de las cadenas porque los procesos de cambio de matriz productiva los llevarán a cabo los empresarios, no el Gobierno, y yo diría que estamos por terminar esa fase de compromiso con ellos.
¿Qué proyecciones tienen por ahora y cuánto se ha logrado sustituir en la práctica?
De alguna manera la política de sustitución de importaciones ha permitido que Ecuador incursione en la producción de ciertos bienes que antes no producía como bicicletas, televisores, equipos telefónicos móviles y así estamos ahora embarcados en una serie de proyectos como cosméticos y ciertos productos de higiene personal. En cuanto a la sustitución, los valores los da la balanza comercial, y a partir de las políticas esos valores indican la desaceleración del consumo de productos importados, el proceso de industrialización interno que tiende a reemplazarlos. Los niveles que hemos sustituido andan por unos $ 300 millones, aproximadamente. (I)