La junta monetaria que tomaba las decisiones estaba integrada por miembros de la banca privada y de las cámaras
El BCE 'independiente' triplicó la emisión de moneda durante el salvataje bancario
Al instalarse la dolarización en el país, el 9 de enero de 2000, el Banco Central del Ecuador (BCE) perdió su principal función: la emisión de dinero. Ocho años más tarde, la Constitución de Montecristi definió su ámbito de acción quitándole el carácter de entidad “autónoma”.
La decisión ha sido defendida por el Gobierno, mientras que otros sectores insisten en retornar al antiguo modelo.
Según el artículo 303 de la Carta Magna, “la formulación de las políticas monetaria, crediticia, cambiaria y financiera es facultad exclusiva de la Función Ejecutiva y se instrumentará a través del Banco Central”. Fue así como el BCE pasó a formar parte del equipo económico del Gobierno.
Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación en Economía y Política en Washington (EE.UU.), en su texto ‘La exitosa historia de la izquierda en el Ecuador’, sostiene que “el pilar del neoliberalismo es que los bancos centrales deben ser independientes de los gobiernos. En la práctica, por lo general significa que no deben rendir cuentas al público, pero no ser tan independientes de los intereses financieros con poder”.
Cuando el Central era ‘independiente’ se gestaron las acciones que derivaron en la crisis financiera de 1999. Tal fue el manejo que se dio al banco, que con la Constitución de 1998 se configuró la legalización del feriado bancario.
La transitoria 42 de esa norma disponía que hasta que el Estado cuente con instrumentos para enfrentar crisis financieras y por el plazo no mayor de 2 años, el BCE podía otorgar “créditos de estabilidad y solvencia” a las instituciones financieras (IFI).
Víctor Hugo Albán, vicepresidente del Colegio de Economistas de Pichincha, quien ocupó varios cargos en el Central entre 1970 y 1992, explicó que la ‘independencia’ del banco era exclusivamente en el manejo de la política monetaria, emisión basada en respaldos, llevaba todas las cuentas nacionales del país. “No era una república independiente, porque dependíamos de la entonces Dirección Nacional de Personal”, aclaró.
Aunque la mayoría de funciones del BCE no ha variado, la diferencia a cómo operaba anteriormente, detalló Albán, es que los gobiernos de turno abusaron de la emisión del papel moneda. “En la época de (León) Febres Cordero se emitió 5 veces la reserva monetaria”, recordó. En cambio, según cifras oficiales, por el feriado bancario la base monetaria aumentó de 41 a 136% entre 1998 y 1999.
Además, hasta antes de 2008, la Junta Monetaria, que tomaba las decisiones, estaba integrada por representantes de la banca privada, de las cámaras, y miembros del gabinete presidencial.
“El BCE era autónomo cuando quería y no lo era cuando no le convenía”, subrayó Albán, quien reitera que el modelo actual debe continuar, a menos que se decida terminar con la dolarización.
La Constitución de Montecristi reemplazó a la Junta por el Directorio, el cual está compuesto por un delegado del Presidente de la República, ministros de Estado, delegado de las IFI públicas; y el Secretario Nacional de Planificación. A las sesiones pueden asistir, con voz pero sin voto, el superintendente de Bancos y el gerente del Banco Central.
Esta estructura es cuestionada por la oposición argumentando que se “menoscaba” el rol de la institución, que existe un mal manejo de las reservas internacionales, y que las operaciones de liquidez con el Ministerio de Finanzas son nocivas.
El economista Leonardo Vicuña fue la primera persona designada por el presidente Rafael Correa para conformar el Directorio en 2008.
Ante el planteamiento de “devolver la independencia al Central”, Vicuña respondió que “los banqueros, que controlaban los gobiernos corruptos imponían los quehaceres del BCE”.
A su juicio, la forma cómo actuaba el banco en las décadas de los ochenta y noventa produjo “los atracos del salvataje bancario de Jamil Mahuad y la sucretización de Osvaldo Hurtado”.
La prioridad era especular, ganar más dinero al margen de los controles necesarios, señaló.
Víctor Hugo Villacrés, exdirector del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), indicó que era necesario aclarar las funciones del banco porque en una economía dolarizada su principal oficio es administrar la liquidez nacional.
“En el actual Directorio no hay un representante de la banca privada. Se tiene una división perfecta entre los reguladores y los regulados”, expresó Villacrés.
Se crearon herramientas para garantizar los depósitos
La redefinición del Central no fue aislada. De la mano apareció la Ley de Creación de la Red de Seguridad Financiera (2008), creando el Fondo de Liquidez del Sistema Financiero Ecuatoriano, y el Fondo del Seguro de Depósitos del Sistema Financiero Privado. Ambos se nutren con aportaciones de las IFI privadas y del sector popular y solidario. (ver infografía)
El primero atiende las necesidades de liquidez de las instituciones, mientras que el segundo cubre los depósitos de los cuentahabientes cuando una entidad quiebra. En época de ‘autonomía’, el Estado se encargó de salvar a los bancos insolventes con recursos públicos. (I)