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El Telégrafo
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Entrevista / juan carlos cassinelli / ministro de comercio exterior

El acuerdo con la Unión Europea sirve como base para otros convenios

El acuerdo con la Unión Europea sirve como base para otros convenios
Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
21 de noviembre de 2016 - 00:00 - Redacción Economía

Durante el último mes, Ecuador estableció hitos importantes en su estrategia de relacionamiento económico internacional. En una conversación exclusiva con EL TELÉGRAFO, Juan Carlos Cassinelli explicó detalles del Acuerdo Comercial Multipartes (ACM) alcanzado con la Unión Europea (UE) y expuso su visión de política a largo plazo.

El cuerpo principal del ACM es el mismo para Ecuador, Perú y Colombia. En dicho texto se observan algunas normas sobre inversión. ¿En qué sentido Ecuador logró un tratamiento diferencial en esa materia con respecto a los otros miembros del acuerdo?

El Acuerdo Multipartes contempla excepcionalidades para amortiguar el ingreso de productos de la UE y, de esa manera, precautelar la actual producción ecuatoriana.

Incluso, anticipándose a lo que podría suceder a futuro, aquellas excepcionalidades prevén temas relacionados con el cambio de la matriz productiva, dígase como el desarrollo de industrias petroquímicas que agregan valor. Cuando Ecuador tenga capacidad de exportación, esos productos petroquímicos ingresarán a la UE sin pagar ningún arancel.

Por otra parte, no existe un capítulo de inversiones como tal, pero sí uno sobre servicios en el cual se mencionan ciertas temáticas relacionadas con ‘establecimiento’ comercial. No obstante, a lo largo del capítulo de servicios, Ecuador introdujo varias reservas de manera horizontal que no afectarán la potestad del Estado nacional para expedir normas para el correcto funcionamiento de cualquier empresa europea que pudiese instalarse en nuestro país. Por ejemplo, para cualquier inversión o prestación de servicios, una empresa europea deberá necesariamente obtener derechos de concesión, licencias, autorizaciones u otro tipo de documentos habilitantes de conformidad con la legislación vigente. Al margen de lo anterior, Ecuador obtendrá beneficios como la contratación de sus trabajadores en las empresas europeas que se asienten en el país. Aquellas que tengan más de 10 trabajadores deberán tener una proporción de, por lo menos, el 90% de trabajadores ecuatorianos. Esta es una reserva muy importante porque permitirá precautelar la inserción laboral de nuestra población. Además, el Estado ecuatoriano preserva su potestad para expedir normas o tratamientos específicos en beneficio de empresas de la Economía Popular y Solidaria (EPS).  

Cecilia Malmström, la comisaria de Comercio de la Comisión Europea, señaló que “en comparación con otros países, la balanza comercial ecuatoriana no es mala” y que cuenta con el “compromiso de Ecuador para terminar con las salvaguardias hasta junio de 2017”. ¿Se procederá así?

Hemos mantenido una conversación franca y transparente con las autoridades de la UE. Cuando tratamos los llamados ‘temas irritantes’, encaramos las negociaciones indicando lo que podemos y no podemos hacer. Cuando abordamos la discusión de las salvaguardias, le expresamos a la UE por qué tuvimos que tomar esa medida y por qué tuvimos que extenderla después del terremoto de abril. Les indicamos a su vez que mantendríamos la medida hasta junio de 2017 y que si los indicadores de la economía ecuatoriana empezaban a revertirse en un sentido positivo, nosotros daríamos señales anticipadas del desmantelamiento de las salvaguardias.

A fines de noviembre asistiré a una reunión con el Comité de Balanza de Pagos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para evidenciar cómo evolucionó la economía ecuatoriana y cuál fue el impacto de las salvaguardias. Hoy podemos hablar de una balanza comercial positiva, obviamente a un costo bastante alto.

En esa reunión fundamentaremos dos respuestas: la balanza de pagos pasó de muy negativa a positiva y, conforme a lo que indicamos en el mismo comité con anterioridad, nosotros hemos cumplido. Tenemos el compromiso de eliminar las salvaguardias completamente hasta mediados del próximo año.

En materia de propiedad intelectual, ¿en qué aspectos el ACM crea compromisos para Ecuador que van más allá de lo que el país acordó en la OMC?

Un acuerdo siempre busca ir más allá de los compromisos que asumen los miembros de la OMC. Uno de aquellos, por ejemplo, versa sobre derechos de autor.

El acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic) otorga una protección de 50 años después de fallecido el autor, pero el Acuerdo Multipartes amplía esa protección a 70 años, lo cual está en concordancia con nuestra legislación. Pese a que hemos ido más allá en los derechos de propiedad intelectual que están establecidos en la OMC, siempre hemos tratado de guardar concordancia con nuestra legislación.

Otro tema está relacionado con la protección de los ‘datos de prueba’, es decir, con el expediente de los medicamentos que las empresas farmacéuticas realizan cuando investigan un nuevo producto o una nueva variedad de fármaco.

En este asunto, a pesar de que el Acuerdo Multipartes contempla una protección por 5 años para medicamentos y por 10 años para agroquímicos, Ecuador se reservó el derecho para -por motivos de seguridad de la salud pública- expedir licencias obligatorias y utilizar esos datos de prueba plenamente a favor del país.

En general, se reconocieron los derechos establecidos en la OMC salvo estas particularidades.

En lo relativo a indicaciones geográficas y denominaciones de origen, ¿qué le permite o inhibe hacer el ACM al país?

En primer lugar, quiero destacar el reconocimiento de ‘Cacao Arriba’, una denominación importante para nosotros. En Ecuador tenemos que empezar a identificar a nuestros productos, a darles el valor que se merecen y a posicionarlos a nivel internacional. En este momento, estamos desarrollando dos denominaciones de origen adicionales: el ‘Atún Ecuador’ y el ‘Café de Galápagos’.

En los mercados internacionales, los sellos de origen permiten lograr la diferenciación de un producto con respecto a otros similares. Implican un reconocimiento explícito de que la producción y comercialización de cierto bien cumple con estándares relacionados con derechos laborales, normas ambientales y comercio justo. Según he apreciado a través de conversaciones con los actores involucrados, los productores conciben a esos sellos, no como un problema, sino como un desafío para poder exportar a futuro.

Debemos desarrollar nuestra propia cultura de denominaciones de origen.

Usualmente, por ejemplo, un producto de marca ecuatoriana es comercializado como ‘queso parmesano’. Quizás ese producto tiene una mejor calidad que el ‘queso parmesano’ original. Sin embargo, debido al uso inadecuado de las denominaciones de origen, esa empresa y el país pierden la posibilidad de posicionar su trabajo a nivel internacional. Y esto podrían hacerlo denominando a su bien como, dígase, ‘queso del Chimborazo’. Si así sucediera, cuando ese queso sea exportado y su calidad sea apreciada por el consumidor europeo, la denominación ‘queso del Chimborazo’ será garantía de excelencia.

En el ACM se establecen distintos lapsos temporales para la internacionalización de productos hacia Ecuador, ¿cuándo podrá ingresar la leche europea?

Independientemente de los años que transcurran, existe un conjunto de productos lácteos que no podrán ingresar al país sin pagar un arancel. No vamos a importar jamás leche con cero arancel.

¿Cuál es el mecanismo para solución de disputas comerciales?

Esto está relacionado con el tema de inversiones. En otro tipo de acuerdos comerciales existen mecanismos de solución de diferencias, cuyos actores centrales son la empresa y el Estado.

En el ACM no sucede así porque la única alternativa para solucionar cualquier discordancia será a través de la negociación entre un Estado y otro Estado. Esto preserva la potestad para que el Gobierno de Ecuador pueda conversar con los países de la UE. El acuerdo contempla la posibilidad de establecer un comité en el cual nos reuniríamos a conversar de buena fe y resolver disputas. Si no pudiésemos solucionarlas, se establecería un grupo arbitral conformado por personas que serían postuladas por las partes (los Estados).

En los anexos, ¿cuáles son los principales servicios que Ecuador no se comprometió a liberalizar? ¿Qué plazos se establecieron para la liberalización de servicios financieros?

Se precauteló siempre la rectoría de la política pública en materia financiera. Por ejemplo, el acuerdo respeta el impuesto a la salida de divisas (ISD) como una medida que pueda ser implementada por el país y lo reconoce como plenamente compatible con sus disposiciones y con aquellas de la OMC.

Ecuador podrá mantener medidas de carácter prudencial para el mantenimiento de seguridad, la solidez y responsabilidad financiera. En circunstancias excepcionales, se podría incluso implementar medidas de salvaguardia con respecto a los movimientos de capitales. De manera transversal, se exceptuaron todos los servicios relacionados con el ejercicio de facultades gubernamentales.

Por otra parte, para proveer servicios financieros en nuestro país, una empresa europea requerirá autorización expresa y deberá cumplir todas las disposiciones establecidas en las leyes nacionales. A su vez, el Estado ecuatoriano mantiene su derecho para establecer medidas cautelares a una empresa europea establecida en el país. También se podrá establecer medidas que puedan contrariar cláusulas relacionadas con pagos corrientes y movimientos de capitales. Y, desde la entrada en vigencia del acuerdo, se podrían establecer empresas financieras europeas en el país.

A mediano plazo, ¿considera factible negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos? A tal efecto, con base en su experiencia con la UE, ¿qué precauciones tomaría?

Sería un gran adelanto si con Estados Unidos pudiéramos negociar un acuerdo comercial en los términos generales en los cuales negociamos  con la Unión Europea. Eso pienso.

Obviamente, el problema no es la cantidad de acuerdos comerciales que tengamos, sino las condiciones que están plasmadas en cada uno.

De hecho, ya comenzamos negociaciones con la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC) y esperamos alcanzar condiciones muy parecidas a aquellas existentes en el ACM con la UE. También estamos negociando con Corea del Sur y midiendo temas debido a las asimetrías que existen de lado y lado.

He podido reunirme dos veces con el director de comercio de Estados Unidos pero, actualmente, no estamos hablando de un acuerdo de libre comercio, porque ellos están atravesando por un período de transición de un gobierno a otro. No podemos desconocer jamás que Estados Unidos y la Unión Europea constituyen juntos el destino para más del 50% de la oferta exportable ecuatoriana. Estados Unidos es un socio comercial de primer orden al cual hay que cuidar y precautelar para así fomentar nuestras exportaciones y atraer inversiones. A mi criterio, siempre podemos sentarnos a conversar con Estados Unidos. Lo que debemos buscar es un instrumento comercial que nos permita ganar a ambas partes.

No se trata de abrir mercados para recibir cualquier cosa. Se trata de precautelar producción, períodos de amortiguamiento, transferencia tecnológica, agregación de valor, destinos de emprendimientos, comercio justo y servicios. Se trata de evitar un acuerdo de inversiones que nos someta a aquellos arbitrajes que le han pasado al país una factura muy fuerte (...). Si a mí me presentan un acuerdo con Estados Unidos que incorpore los mismos términos contenidos en el acuerdo con la UE, ¿por qué no lo haría?

Durante la semana pasada, en las reuniones con funcionarios y empresarios chinos, ¿primaron los deseos o las opciones viables?

Estoy sumamente motivado porque eventos como la Conferencia de Hábitat III, la cumbre de negocios que presentó un portafolio de proyectos por $ 40.000 millones o el último encuentro con inversionistas estadounidenses han creado un contexto favorable para Ecuador. La delegación de empresarios chinos que arribó al país comprendía a exportadores e importadores que venían avalados por su oficina nacional de fomento a las exportaciones. Nosotros presentamos todo lo que Ecuador ofrece como oportunidades que, en un determinado momento, se traducirán en industrias y alianzas estratégicas que contribuirán al cambio de la matriz productiva.

Paralelamente, a su vez, nuestros ministerios de comercio exterior y agricultura mantuvieron una reunión técnica de alto nivel con una delegación china para tratar temas como la aceleración de los procesos para la admisión de productos ecuatorianos en el país asiático. Actualmente, el ingreso de un producto agrícola a China puede demorar hasta 10 años. Queremos evitar que eso suceda a futuro.

También, en ese encuentro técnico, se planteó conversar sobre otros temas, como las exportaciones de camarón. China recibe el 18% de las exportaciones camaroneras ecuatorianas. Sin embargo, para poder ingresar a ese mercado, nuestro camarón paga hasta 17% por concepto de IVA y un 5% adicional por aranceles. (I)

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