“EE.UU. vive del ahorro de otras economías”
Reconocido internacionalmente como uno de los pensadores más destacados y fundamentales de América Latina, el pensador argentino Atilio Borón estuvo en Ecuador hace varias semanas participando en el primer seminario Socialismo para el Buen Vivir, organizado por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), en el marco de la construcción del nuevo Plan Plurinacional e Intercultural para el Buen Vivir.
Usted ha señalado que en la actualidad vivimos un acentuado divorcio entre lo que denomina “orden mundial”, diseñado según la correlación de fuerzas y los actores existentes al finalizar la II Guerra Mundial, y el sistema internacional, y que su reconciliación será “difícil y problemática”. ¿Cómo entender el nuevo reordenamiento mundial y ese divorcio entre las categorías que plantea?
En primer lugar, llamo orden mundial al conjunto de reglas e instituciones que regulan las relaciones entre los agentes que actúan en la línea internacional, llámense Estados, organismos privados, organismos no gubernamentales, empresas, etc. Ese orden, que es el que tenemos hoy, se diseñó a partir de la realidad económica, social, política y militar que surgió al finalizar la II Guerra Mundial. Sin embargo, esa realidad está cambiando radicalmente ahora, pero la regulación que se ejerce sobre el sistema sigue siendo el mismo.
¿Dónde se refleja ese statu quo?
A la salida de la II Guerra Mundial, había un conjunto de naciones que fue el triunfador de la guerra y que creó un sistema que de alguna manera perpetuaba esa realidad. Y la realidad era que tenía derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, es decir, era el encargado de mantener la paz y seguridad a nivel internacional. Hoy en día algunas de esas potencias del pasado ya no tienen ni más remotamente el poder de antes, concretamente Francia y Gran Bretaña, mientras que la Unión Soviética desapareció del mapa.
¿Y los Estados Unidos?
En ese momento la economía norteamericana producía casi la mitad del Producto Interno Bruto mundial, hablo de 1947 a 1948. Hoy produce entre el 20% y 21%. China no existía económicamente en ese entonces, y hoy es la segunda economía del mundo.
Todos esos cambios no se reflejan todavía en el nuevo ordenamiento internacional, por ello dicho ordenamiento está en crisis, por eso el sistema de las Naciones Unidas está en crisis y la Asamblea General toma decisiones que después el Consejo de Seguridad no se preocupa de llevar adelante. El Consejo de Seguridad refleja el viejo esquema de poder internacional y no el que ha emergido en los últimos 10 ó 20 años.
¿Cuál es el nuevo esquema que estamos viviendo?
Antes tenías un orden bipolar, en el sentido de que estaban la Unión Soviética y los Estados Unidos. Hoy en día la Unión Soviética desapareció y, desde el punto de vista económico, el poderío de China y de los nuevos países emergentes es enorme, pero nada de eso se refleja en la legalidad internacional. Además, hay un elemento muy importante, que es la ideología de toda esa época, es decir, la del liberalismo económico, ya sea en su formulación clásica o como neoliberalismo, que sigue presente en la actualidad y que ha dado pruebas de no ser capaz de resolver los grandes problemas de la humanidad.
Entonces, ¿pasamos de un relacionamiento mundial bipolar, hacia uno multipolar que descompone las tradicionales hegemonías mundiales?
La multipolaridad existe en el terreno económico. Han surgido nuevos focos de concentración económica a nivel internacional. También hay una multipolaridad política. Pero lo peligroso de la situación actual es que, desde el punto de vista militar, hay una unipolaridad excluyente, porque los Estados Unidos concentran más de la mitad de todo el gasto militar del planeta, lo cual es una proporción nunca antes alcanzada.
En la actualidad, el presupuesto militar de los Estados Unidos, entre 2011-2012, es superior al billón de dólares. A su vez, la expansión de las bases militares es completamente desorbitada. Según los estudiosos del tema, hay aproximadamente en este momento poco más de 1.000 bases militares estadounidenses en todo el mundo. En América Latina solamente tenemos 76.
¿Pero cómo puede entenderse esa situación, cuando los Estados Unidos tienen los niveles más altos de desaceleramiento del crecimiento económico y los porcentajes más elevados históricamente de desempleo?
Es cierto. Ha habido un debilitamiento de la hegemonía norteamericana, eso es muy claro. Pero como respuesta a ese debilitamiento, ellos refuerzan su brazo militar. Como ya no pueden liderar económicamente el mundo, lo que hacen es tratar de restaurar ese orden, esa primacía, apelando a la carta militar. Estados Unidos es un imperio declinante, de eso no hay duda, hasta los propios norteamericanos e intelectuales del imperio lo dicen, no con estas palabras, pero lo reconocen.
¿Qué pasa con el comercio internacional?
Hasta hace unos 20 años, el grueso de todas las operaciones de comercio internacional se hacía en dólares, hoy esa cifra llega al 60%. Las transacciones económicas entre la segunda y la tercera economía mundial, que es China y Japón, no se hacen en dólares, ni las de China con Rusia. Ecuador y el Sucre (Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos) dan cuenta de que el dólar ya no es una moneda de cuenta en el comercio internacional. Hay otro indicador que da cuenta de la vulnerabilidad de la economía norteamericana, y es que vive del ahorro de otras economías, de otros pueblos. Esta es una situación insostenible.